Unió estudia crear un nuevo partido para plantar cara «al fuego de la CUP» y «a las brasas de Colau»

El Consell Nacional de Unió ha apostado hoy por liderar la creación de un nuevo «espacio político» de catalanismo moderado, instrumento que podría ser un nuevo partido político, que impida que la única alternativa al Govern actual, que en su opinión está dominado por la CUP, sea el proyecto de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

En una reunión excepcionalmente abierta a la militancia, el Consell Nacional ha apoyado hoy buscar un «nuevo formato» para dar continuidad al ideario de Unió «interlocutando» con otras formaciones de catalanismo centrado -como la recién creada Lliures-, según ha explicado el líder del partido, Ramon Espadaler.

El propósito de Unió, ha explicado hoy Espadaler, es ocupar «ese espacio del medio que empieza a existir conciencia que tiene sentido» y formular una alternativa que permita a Cataluña «huir del fuego de la CUP y caer en las brasas de Colau».

«No nos gusta lo que hay y nos da miedo lo que viene», ha insistido Ramon Espadaler, que cree «verosímil» que en un futuro pueda reeditarse un nuevo gobierno tripartito al frente de la Generalitat como alternativa al actual, a juzgar por las alianzas políticas en el Ayuntamiento de Barcelona.

El líder de Unió se ha mostrado convencido de que «algo se está moviendo en la centralidad del movimiento político» en Cataluña y existe una «necesidad» política que dé voz a los ciudadanos que no se sienten representados por situaciones como la vivida ayer, con la detención de la alcaldesa de Berga (Barcelona), Montse Venturós.

En ese sentido, Espadaler ha explicado que los miembros del Consell Nacional han expresado hoy su distancia hacia las «posiciones absolutamente indefendibles» como la de la alcaldesa, que fue detenida por los Mossos d'Esquadra para que compareciera ante el juez que la investiga por delito electoral, al que había plantado en dos ocasiones.

«La ley hay que cumplirla», ha defendido Ramon Espadaler, que cree que es inaceptable que la alcaldesa se negara a retirar un «símbolo de parte» como es una 'estelada' en una jornada electoral, algo que, ha advertido, sería censurado por observadores internacionales en un eventual referéndum.