El cajón de Sants, junto a la casa okupada de Can Vies
El cajón de Sants, junto a la casa okupada de Can Vies - PEP DALMAU

Can Vies, la «reserva» okupa de Sants que consiente Colau

La oposición exige demoler el edificio para concluir la nueva Rambla de Sants

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Desde el «porche» de Can Vies, a la sazón parte del interior del centro y reconvertido en un espacio abierto tras el derribo parcial que sufrió la histórica casa ‘okupa’ en 2014, tres personas charlan aparentemente ajenos a las miradas incesantes que, desde una suerte de balcón, se ciernen sobre ellos. Las reciben desde el pasado sábado, cuando el llamado «cajón de Sants» abrió al público tras diez años llenos de vicisitudes en su construcción y conciliación con los vecinos de los edificios colindantes.

En su garbeo por los bautizados como Jardines de la Rambla de Sants los paseantes se detienen continuamente ante la barandilla que separa el corredor del centro, atrapados por las paredes medio demolidas, el colorido mural combativo que tiñe la fachada, y una pancarta que cuelga sobre ella y reza: «Aunque el cajón se vista de seda, cajón se queda».

Can Vies no olvida el episodio que a punto estuvo de costarle la existencia hace dos años, cuando aquel buldócer después pasto de las llamas lo dejó irreconocible. Su futuro hoy, a pesar de que todo apunta a que se salvará, es un enigma. Tras concluir la segunda fase de la construcción de la rambla, de 760 metros de largo y doce de alto, la tercera y última girará en torno a qué hacer con el centro tras el intento frustrado de hacerlo desaparecer para implementar una zona verde y una rampa en su lugar.

Intenciones desconocidas

Ante algunas de las últimas informaciones, según las que el Ayuntamiento se inclinaría más por mantener el edificio y conectar su parte trasera con el paseo de alguna forma los integrantes del centro aseguran no saber nada al respecto. «De estas cosas somos siempre nos enteramos cuando se hacen, no antes» afirma uno, que añade con sorna que «lo único nuevo que tenemos de momento es el circo de ahí arriba», en referencia a los curiosos que desde lo alto rotan para contemplar con asombro el inmueble.

Es algo que también desconocen los principales partidos de la oposición del Ayuntamiento, PP y Ciudadanos, que reclaman desde siempre la demolición del edificio para poder afrontar la última fase del proyecto y también atajar los problemas de ruido e incivismo que según ambas fuerzas sufren vecinos de la zona habitualmente. «Son situaciones frecuentes que el vecindario lleva años arrastrando por parte de un inmueble okupado y que obstruye el plan de desarrollo de un paseo muy reivindicado», asegura Marilén Barceló, concejala de C’s en el Consistorio.

Populares y naranjas se muestran broncos con la falta de explicaciones del equipo de Colau respecto a sus intenciones respecto a Can Vies y alegan que «los planes de construcción hay que cumplirlos, no se pueden cambiar al antojo». Barceló manifiesta que el grueso de residentes han quedado satisfechos con el resultado, e incide también en que Can Vies es un obstáculo para conectar el barrio de La Bordeta con la zona del Mercado de Sants y concluir de esa forma el proyecto.

Además, tanto C’s como PP instan al PSC, ahora parte del gobierno, a desvincularse del propósito de Colau de mantener el centro, dado que el planeamiento urbanístico fue aprobado durante el mandato socialista de Jordi Hereu en 2010.

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