Ángel González Abad - Los martes, toros

Sin miedo hacia la Monumental

«Queremos libertad» gritaron una vez más cientos de aficionados catalanes el pasado domingo en una maravillosa jornada de fiesta

Ángel González Abad
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Fue un gran día de fiesta. La sentencia del Tribunal Constitucional, que tumbó la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, merecía la celebración por parte de quienes durante seis años han mantenido viva la pasión por la Fiesta, de quienes han luchado a brazo partido porque la llama de la afición no se apagase, de quienes se han batido el cobre y clamado libertad.

Libertad, qué palabra. Por la libertad perdida gracias a una mentira política, por la libertad recobrada gracias a la Justicia. "Queremos libertad" gritaron una vez más cientos de aficionados catalanes el pasado domingo en una maravillosa jornada de fiesta. Porque la comida que organizó la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña agotó el aforo y dejó fuera a muchos.

Era el momento de celebrar una sentencia perseguida durante más de un lustro, era el momento de abrazarse con gozo, de disfrutar de esa libertad recobrada. Y todo sin excesos, solo con la alegría que da tener la razón. Sin acritud hacia nadie, ni hacia los de fuera ni hacia los de dentro que no han estado a la altura esperada, pero con firmeza contra quienes utilizan la Tauromaquia como moneda política, contra quienes quieren amedrentar con frases altisonantes que solo buscan provocar miedo. Y sin miedo, con el valor ante todo ese aluvión antitaurino al que ya se han enfrentado con gallardía una y mil veces.

La ley esta de parte de quienes defienden que los toros no son algo ajeno a Cataluña, y con la ley a favor se afronta la lucha que queda por alcanzar el sueño de volver a abrir la Monumental.

Allí, a la orilla de ese Mediterráneo con hondas raíces taurinas, no faltó nadie, porque a nadie se echó en falta, pues los aficionados sintieron el calor de unos toreros, unos ganaderos y unos empresarios que no rehuyeron la cita, que allí han estado y estarán luchando por todo lo que significa la victoria de Cataluña. Que cada uno es preso de sus actos, figuras del toreo, grandes empresarios y propiedad de la Monumental incluidos,

Hacía falta esta celebración para tomar oxígeno, para coger fuerzas de cara a la batalla final. Hay fuerza, vaya si la hay. Y sin miedo.

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