Calma tensa en Lérida, donde el secesionismo llena los centros de votación

La actitud condescendiente de los Mossos permite que los independentistas acudan a los centros de la Generalitat

Mossos ante el colegio Gili Gayà de Lérida EFE

LUIS P. ARECHEDERRA

Una mujer joven da el pecho a un bebe, mientras sus otras dos hijas pintan un cuaderno. Su marido, al lado, sostiene un carrito. Toda la familia hace cola, tranquila, en el centro de formación de adultos Juan Carlos I de Lérida, uno de los centros de votación habilitados en esta ciudad por los independentistas para votar en el referéndum ilegal. Como ellos, decenas de personas aguardan su turno para introducir la papeleta en las urnas. La escena familiar transmite la calma que viven algunos puntos de votación de esta ciudad catalana, pero esconde una inquietud de muchos: que en cualquier momento aparezcan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para evitar la votación, suspendida por el Tribunal Constitucional.

Patricia, natural de Lérida y de 41 años, habla por teléfono con familiares y amigos, que le cuentan como la Policía ya ha llegado a otros puntos de votación de Lérida. Ella, contenta pero inquieta, ya ha votado y continúa en las inmediaciones del centro. Considera que el Gobierno no les ha dejado otra salida que votar sin garantías, al evitar el diálogo, según su opinión. Explica que se convirtió en independentista cuando el Constitucional declaró nulos algunos artículos del Estatuto de Autonomía aprobado en 2006 y se ríe al contar que su marido, socialista, se ha quedado en casa, en desacuerdo con la votación ilegal.

En la entrada de este centro de votación, en la calle de la Mercé de Lérida, dos agentes de los Mossos hacen ronda sin impedir la celebración del referéndum. Presencian con calma cómo los militantes independentistas colocan un contenedor para bloquear la calle por si llegan otros agentes policiales.

Esa actitud pasiva de los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica de Cataluña, también ha permitido que reine la calma en el instituto Ronda, en el que d ecenas de personas hacían cola para introducir la papeleta que les pregunta si quieren que Cataluña se convierta en una república independiente. Los agentes se ponen nerviosos al ser preguntados por qué los independentistas votan con tanta normalidad, después de que la jueza del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña Mercedes Armas ordenara precintar los centros.

En el instituto Ronda, uno de los más grandes de Lérida, los vocales de las mesas electorales apuntan a mano los nombres e identidades de los votantes, que han acudido en grupos familiares y de amigos. El sistema electrónico y el censo universal anunciado por la Generalitat no ha funcionado. Los dos agentes de los Mossos presentes en este centro se excusan en que una multitud de gente les bloqueó la entrada al llegar al lugar, a primera hora de la mañana, y que se limitaron a levantar acta. Los militantes independentistas ocuparon este centro e hicieron noche durante todo el fin de semana para evitar precisamente que los Mossos impideron su apertura. Un independentista que ha hecho ronda por todos los centros durante la noche del sábado, Salvador, reconoce que sabían que los Mossos no serían un obstáculo.

Con esta movilización y la disposición de los espacios de la Generalitat, los independentistas han conseguido votar sin apenas problemas en la ciudad de Lérida, a pesar de que algunos votantes explican que ha habido cargas de la Guardia Civil en otros puntos, como en el barrio de Cappont. El secesionismo también ha esquivado así la negativa del alcalde socialista de la ciudad, Ángel Ros, que se negó a cedes espacios municipales para el referéndum ilegal y que fue señalado por las juventudes de la CUP.

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