Cultura

El feminismo y el humor de «Cinco horas con Mario» afloran con los años

Una mesa redonda analiza en la Feria del Libro de Valladolid la obra de Delibes con motivo del 50 aniversario de su publicación

Valladolid Actualizado: Guardar
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La versión teatral de «Cinco horas con Mario», la novela de Miguel Delibes que en 2016 cumple 50 años, ha evolucionado hasta el punto de que sus artífices están sorprendidos al comprobar que, liberado ya del lastre dictatorial, el público «se ríe más ahora que antes» y el trasfondo feminista se aprecia mejor.

Una mesa redonda sobre el medio siglo de la obra de Delibes, organizada ayer en la Feria del Libro de Valladolid, reunió en la capital vallisoletana a los tres pilares de la versión teatral: la actriz Lola Herrera, la directora Josefina Molina y el productor José Sámano, quienes vuelven a cosechar éxitos en el madrileño Teatro Reina Victoria y buscan cuadrar agendas para girar de nuevo por España.

«Ahora Lola lo hace mejor», resumió Sámano, convencido de que el tiempo que ha pasado por esta obra, por quienes la ponen en pie y por el público que llena el teatro cada función la hacen diferente, para bien, con visiones más ajustadas a la intención inicial de la obra, sobre todo en el trasfondo feminista que entraña y la mirada hacia la dictadura, según el productor.

Para Sámano, la obra «era feminista», a pesar de que proliferó la idea de que se ridiculizaba a la mujer con el personaje de Carmen Sotillo, cuando en realidad la intención del autor de la novela y los propios creadores de la versión teatral era evidenciar que esta mujer era así precisamente por «responsabilidad de la actitud masculina».

Más risas del público

También el paso del tiempo ha influido en que el patio de butacas ahora emita más risas que al inicio de las representaciones, en plena transición hacia la democracia, porque «el público interpreta mejor y en su punto cosas que antes eran dramáticas», subrayó Josefina Molina, convencida de que la obra es una «radiografía esencial del Franquismo», informa Efe.

La propia Lola Herrera confesó que para ella también era diferente representar el «papel de su vida» cuando acababa de llegar la democracia que ahora, con la perspectiva que le dan sus ochenta años de vida, y ante un público que comparte esa visión «distanciada» de los años de la dictadura. «Era una postura más dramática que no nos dejaba ver», resumió la actriz.

El productor destacó que el éxito también ha mutado y ahora lo es «más que nunca», porque «cada día» el público termina la obra en pie, lo que antes sólo «pasaba a veces».

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