Cinco monumentos históricos que no te puedes perder en Toledo
Aunque el Casco Histórico de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad cuenta con más de un centenar de monumentos de casi todos los estilos artísticos, ABC te propone hoy estos imprescindibles
TOLEDO Actualizado: Guardar 12345La catedral, la joya de Toledo
La catedral de Toledo es uno de los edificios más importantes de España - ANA PÉREZ HERRERA La catedral de Toledo es quiza el edificio más representativo de la ciudad y uno de los más conocidos en España. Su superposición pintoresca de estilos es el resultado de cinco siglos de incesante actividad arquitectónica: el renacentista para el Altar Mayor, el mudéjar en los arcos del triforio, el barroco en la sacristía y el neoclasicismo en el exterior. La torre de la catedral se eleva por encima del resto de edificios de la ciudad. En su tronco central se encuentra la popular Campana Gorda, rodeada de ocho campanas menores, cada una de ellas bajo la advocación de un santo. La catedral, primer templo cristiano, alberga un rico tesoro artístico, que resume el pasado de la ciudad. Entre sus joyas se encuentran importantes pinturas y valiosas piezas de orfebrería. Destacan el trascoro y el Transparente.
La Sinagoga del Tránsito
La sinagoga se organiza alrededor del gran salón de oración - ABC La Sinagoga de Samuel ha-Leví o del Tránsito es el edificio hispanojudío más importante de España. Fue levantada en 1366 por Samuel Leví, que trasmitió su nombre a este oratorio. Tras el decreto de expulsión de la comunidad judía, firmado por los Reyes Católicos en 1492, la sinagoga se convirtió en templo cristiano, acogiendo hoy un museo dedicado a la cultura sefardí, de titularidad estatal, que se dedica a conservar y transmitir el legado hispanojudío y sefardí, un organismo público que depende del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. La sinagoga se organiza alrededor del gran salón de oración dominado por la galería de las mujeres en la parte superior del lateral derecho. En la pared contraria se reparten otras estancias que se utilizaron como escuela rabínica, hoy dedicadas a museo, y un patio anejo con los restos de un baño ritual que incluye dos aljibes.
Cristo de la Luz, el monumento en pie más antiguo de Toledo
La Mezquita del Cristo de la Luz, anteriormente mezquita Bab al-Mardum, es uno de los edificios en pie más antiguos de Europa, una de las joyas del arte islámico en la península y una caja de continuas sorpresas, ya que se ha constatado que se asienta sobre una calzada romana.
Se levantó en el año 999 por el arquitecto Musa ibn Alí, según reza una inscripción en caracteres cúficos en la fachada principal. Interiormente las naves se compartimentan en nueve espacios cubiertos con bóvedas nervadas, todas diferentes, gracias a cuatro columnas exentas con capiteles visigóticos sobre las que voltean doce arcos de herradura.
En el siglo XII se le añadió una cabecera románico-mudéjar, formada por un ábside semicircular y presbiterio recto, y decorada interiormente con frescos románicos, para adaptarla al culto cristiano. Exteriormente se decora con arquerías ciegas de herradura, siendo el acceso compuesto de tres puertas con tres arcos diferentes: polilobulado, de medio punto y de herradura. El 30 de junio de 1182 fue consagrada como templo cristiano tras la Reconquista de la ciudad, añadiéndose entonces el ábside mudéjar y tomando el nombre de «Cristo de la Cruz».
Santa María la Blanca y su nueva iluminación
La sinagoga de Santa María la Blanca, un edificio del siglo XIII - ANA PÉREZ HERRERA La sinagoga de Santa María La Blanca o Mayor es otro de los monumentos imprescindibles de ver en una visita a Toledo. Además, este mes de abril ha estrenado nueva iluminación interior, que realza su belleza. Su construcción data del siglo XIII y perteneció a los judíos hasta 1405, cuando pasó a ser consagrada como iglesia cristiana. A mediados del siglo XIX comenzó su recuperación como monumento artístico. Su extrema sencillez exterior contrasta, una vez rebasado el pequeño patio exterior, con la suntuosidad y la luminosidad de su interior, estructurado en cinco naves paralelas cubiertas con artesonado de madera y separadas entre sí por arcos de herradura que descansan sobre pilares octogonales rematados cada uno de ellos por capiteles de estuco decorados.
Son en total 32 los capiteles que rematan los soportes de las cuatro arquerías que estructuran su interior, todos ellos diferentes entre sí y decorados mediante entramados geométricos y vegetales; principalmente tallos, piñas y volutas que recuerdan en cierto modo a los que existirían de las iglesias cristianas de la ciudad.
Es una de las sinagogas más representativas de cuantos edificios de culto hebraico medievales se conservan en España, habiendo servido su modelo para otras construcciones de similares características no solo en España, sino incluso fuera de nuestras fronteras.
El Alcázar, símbolo y testigo de Toledo
El mayor esplendor del Alcázar se da en la época del emperador Carlos I - ANA PÉREZ HERRERA El Alcázar es símbolo de la ciudad y ha sido testigo de algunos de los acontecimientos más destacados de la Historia de España. Fue resistencia regia en la época de los visigodos y su época de mayor esplendor se produjo en la época de Carlos I.
En este estado de ruina permaneció el edificio hasta que en 1773 Carlos III autoriza al cardenal arzobispo de Toledo, Francisco Antonio de Lorenzana, a instalar la fábrica de sedas y telares, cuyas obras de remodelación y adaptación fueron dirigidas por Ventura Rodríguez. En 1810, durante la Guerra de la Independencia, el Alcázar es nuevamente incendiado durante la retirada de las tropas napoleónicas.
Años después, se establece la Academia de Infantería (1875), y la Academia General Militar (1882). De nuevo otro incendio afectó al edificio en 1887. Sus consecuencias serán terribles ya que se perdieron multitud de obras de arte y riquezas artísticas, aunque el edificio fue de nuevo reconstruido. Durante la Guerra Civil, el Alcázar soportó un constante asedio durante 70 días que tuvo como resultado una nueva destrucción.
Actualmente alberga la Biblioteca de Castilla-La Mancha y el Museo del Ejército, con colecciones procedentes del antiguo Salón de Reinos de Madrid
