Fernando Álamo
Fernando Álamo - ABC

El pintor canario Fernando Álamo expone sus huellas en 'La Rosa de los Vientos'

Desde este fin de semana en la sala El Espacio Cultural de la capital grancanaria

Las Palmas de Gran Canaria Actualizado: Guardar
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Fernando Álamo, uno de los brillantes pintores contemporáneos de las islas, expone desde este fin de semana en 'El Espacio Cultural' de la calle de Enmedio, 1, Las Palmas de Gran Canaria, una exposición que, como siempre, supone un guiño intelectual a la altura de su obra.

Ofrece sus memorias plásticas. Regala, una vez más, flores. Flores de un tiempo eterno como reconocimiento a la que fuera la revista literaria mensual, 'La rosa de los vientos', nacida en Santa Cruz de Tenerife en 1927, de la mano de Juan Manuel Trujillo, Agustín Espinosa García y Carlos Fernández del Castillo.

La publicación 'La rosa de los vientos' (1927-1928) surgió como acción-reacción cultural desde el ámbito de Revista de Occidente. Referentes de la época, ambas dejaron su acento en el panorama insular y español de forma permanente, como las rosas de Álamo.

Son las rosas que Álamo dejó en el camino y el viento que Fernando trae en su mirada, los que ahora se asoman a la sala de este espacio cultural, como ya hiciera en abril de este mismo año en la Sala Stampa (Madrid).

Como también encarnara el personaje de Gonzalo Torrente Ballester en su novela de 'La Rosa de los Vientos', Fernando Álamo reconstruye lo que han sido sus viajes de este otro reinado que supone la creación artística desde una isla.

Seguramente, detrás de esta treintena de lienzos entre óleos y collages, también se escondan otras cartas que Fernando cruzó vaya uno a saber con quién. Y que, al igual que el duque protagonista de Torrente Ballester, hicieron mella en su espíritu.

Al menos en el del artista (¿acaso no son el mismo?). Encuentros y desencuentros con mil y uno, que dan como fruto las mil y una formas, los mil y un colores de estas rosas de Fernando.

Y es que Fernando Álamo ha paseado el alma de sus pinceles por ciudades deslumbrantes como Nueva York, Jerusalén, Munich, Santiago de Chile, La Habana o Bruselas. Pero también por Icod de los Vinos, Las Palmas, Agaete o La Laguna.

Sin que sea lo mismo hacer memoria del camino recorrido que plasmar ese itinerario en unas memorias... El arte de Álamo esconde siempre una metáfora de identidad. De lo que fue y es. De todo cuanto encontró y de aquello que aún espera.

Por ello la invitación a esta exposición es un repaso de lugares y formas, nombres y colores. De cuanto sopla el viento y Fernando se detuvo a escuchar. Pétalos desgajados y capullos aún por florecer. Son los pasos del artista.

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