Teruel, la provincia que sigue plagada de explosivos de la Guerra Civil

La provincia de Teruel sigue siendo una tierra plagada de explosivos de la Guerra Civil, y muchos de ellos siguen conservando su potencial letal, lo que obliga a una constante intervención de los equipos especializados en desactivación, los Tedax.

Las cifras dan fe de ello: en menos de cinco meses, desde el pasado 1 de enero, los Tedax de la Guardia Civil han tenido que intervenir en la recogida y desactivación de un total de 23 artefactos hallados en diversos puntos de la provincia de Teruel. El año pasado neutralizaron más de 60. Todos ellos era material bélico que quedó sobre el terreno durante la Guerra Civil en una provincia que fue escenario de numerosas y cruentas batallas.

Setenta y siete años después del fin de la Guerra Civil, parte de los arsenales utilizados por ambos bandos siguen aflorando y son objeto de hallazgos casuales por parte, por ejemplo, de caminantes o de agricultores que se topan con ellos en campos y montes.

Fuentes de los Tedax insisten en que aquel que se encuentre con un artefacto de este tipo no debe manipularlo en ningún caso por «la extrema peligrosidad de estos artefactos», como ya se ha puesto de manifiesto en más de una ocasión con dramáticos resultados. «Si no se les somete a ninguna acción permanecen en estado latente, pero en caso de cualquier manipulación, por pequeña que sea, el resultado más probable es la explosión», indican estos especialistas.

Destacan que «en muchas ocasiones existe un exceso de confianza debido al aspecto deteriorado del artefacto, por la acción del óxido y del paso del tiempo, pero hay que tener en cuenta que la mayoría tienen intacta su carga explosiva y son muy peligrosos».

De los 23 artefactos desactivados en lo que va de año en la provincia de Teruel por los Tedax de la guardia Civil, trece eran proyectiles de divesos calibres, ocho eran granadas de mano, uno era una bomba de aviación y otro una granada de mortero.