La Guardia Civil se incauta de aceituna robada en la provincia de Jaén
La Guardia Civil se incauta de aceituna robada en la provincia de Jaén - ABC

Tras los pasos de los ladrones y furtivos del campo

El año pasado hubo casi tantos robos en explotaciones agrarias y ganaderas (16.571), como en domicilios (17.815)

Madrid Actualizado: Guardar
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Cinco de la mañana. El sol tardará aún tres horas en salir. En la oscuridad de la noche cerrada resaltan los faros de tres coches. Un pequeño grupo de diez personas varea los olivos para desprender sus aceitunas. Mientras, dos o tres vigilan. Las recogerán con los mantos y, una vez cargadas en la furgoneta, huirán, deseando que por el camino no les pare la Guardia Civil, porque, al no tener documentación, decomisarían lo recogido. Entretanto, el agricultor o propietario de los terrenos duerme ajeno al robo de lo que ha cultivado durante todo el año. Pero no solo de aceitunas viven los ladrones o furtivos.

Con la llegada de la primavera, los ciervos y gamos pierden las cuernas para cambiarlas, y los guardas rurales esperan también la visita a las fincas de personas que las recogen pensando hacer negocio ilegal con ellas.

Jesús Molina, que trabaja en la sierra de Andújar, comenta a ABC la agresividad de estos grupos que aprovechan, por lo general, los relevos de la Guardia Civil para actuar: «He tenido que utilizar espray de defensa, protegerme con perros, me han reventado el coche y he ganado en juicio». Denuncia la desprotección de alguien que, aislado, debe hacer frente a estos grupos tan agresivos.

Para combatir los robos en el campo se puso en marcha en 2013 el equipo Roca

En mayo de 2015, dentro de la « Operación Jamaica», la Guardia Civil de Jaén detuvo a diez personas por robar trofeos de caza y cornamentas para luego enviarlos a China. «Pueden robar 300 o 400 kilos, que se pagan a alrededor de 50 euros el kilo y luego se envía al mercado asiático, donde está muy bien valorado», asegura Molina. La temporada pasada él y otros compañeros pusieron quince denuncias, «pero la multa que les cae es irrisoria», y el miedo, demasiado grande. El pasado mes de febrero, la Guardia Civil de La Carolina (Jaén) intervino 1.285 kilos de cuernas valoradas en unos 40.000 euros, además de detener a tres personas.

Para combatir los robos en el campo se puso en marcha en 2013 el equipo Roca, que pertenece a la Guardia Civil. Desde entonces, las infracciones de este tipo han descendido un 27% según datos del Ministerio del Interior, hasta situarse en 17.602 el pasado año, alcanzando cifras como las previas a 2010. En este periodo se han presentado en Andalucía 4.979 denuncias, detenido a 2.140 personas e imputado a 2.068.

Los Equipos Roca investigan los robos en el campo, pero también en explotaciones productoras, cooperativas o plantas de producción. En un principio, se crearon 54 para cubrir las 15 provincias más afectadas, pero ya han crecido hasta los 96, presentes en todo el territorio nacional excepto en Cataluña y País Vasco. El año pasado hubo casi tantos robos en explotaciones agrícolas y ganaderas (16.571), como en domicilios (17.815).

Esquilmación del monte

Extremadura es, junto a Andalucía, la comunidad que más sufre estos robos Esta campaña de aceituna, las Comandancias de la Guardia Civil de Badajoz y de Cáceres han registrado 228 infracciones penales, de las que ha esclarecido el 23 por ciento. Hasta diciembre, se han recuperado 120.076 kilos de aceituna de los 535.070 robados, se han detenido a 20 ciudadanos rumanos e investigado a 146 personas.

Pero el norte de la península tampoco se libra. En Castilla y León, los ayuntamientos tratan de hacer frente, con la llegada del otoño, a la esquilmación del monte. Allí hay 400.000 hectáreas reguladas para la recolección. Esta temporada micológica (de recogida de hongos) pasada, bandas de rumanos han acampado ilegalmente en los montes y en total, en 2015 se decomisaron 5.978 kilos (la mayoría, de boletus) en la comunidad. Se presentaron 521 denuncias (9 por instalarse ilegalmente en el monte, haciendo fuegos y dejando después todo cubierto de basura). Un kilo de hongos vale 25 euros en el mercado, lo que explica por qué son tan cotizados.

El problema de los robos y de los furtivos es que haya gente dispuesta a pagar por esa mercancía

El capitán Espinosa, del Seprona de Castilla y León, señala que esta actuación descontrolada por parte de personas que no cuentan con licencia para recolectar estropea los bosques porque no se recogen de la manera adecuada y, además, los llenan de basura. La polémica, según explica, tiene su origen en que hay que solicitar el acotamiento del aprovechamiento micológico. Si no, el terreno es libre y puede recolectar cualquier persona. Desde Fetruse, la Federación Española de Empresarios de Trufas y Setas, comentan que han acordado «con la asociación de propietarios forestales un contrato marco que regula la relación entre el propietario forestal, el recolector y el empresario; acuerdos para establecer la cantidad de setas que se va a recolectar; y el precio».

La Guardia Civil, en todos los casos, tiene la potestad de parar a los vehículos que transporten productos del campo y pedir la identificación. Desde el cuerpo apuntan que el recolector «legal» tiene amparada su mercancía hasta el punto de entrega. En el caso de la aceituna, el documento «Guía Conduce» es el que protege lo cultivado desde el origen hasta la fábrica.

El problema de los robos y de los furtivos es que haya gente dispuesta a pagar por esa mercancía. Fábricas de aceituna que compran el fruto robado y lo declaran entre el de sus agricultores. Proveedores de cornamentas que, sin declarar el IVA, hacen negocio con lo que pertenece a otros. Grupos organizados que, durante el otoño, estropean el campo para sacar provecho de unas setas que, mal recogidas, tardarán mucho más en crecer.

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