El timador de los coches usados

Juan Carlos Martín se compró un BMW de segunda mano por 15.000 euros en febrero del año pasado. Entregó 2.000 de entrada al compraventa y financió otros 13.000. En seis meses el coche de sus sueños pasó más tiempo en el taller que en su poder. En octubre le dijo al vendedor Mariano M. B. que ya no lo quería y le pidió que le devolviera su dinero. Firmaron un acuerdo de rescisión; el BMW se quedó en el concesionario y mientras se le entregó un Renault Clio como vehículo de sustitución.

Un año después de la compra Juan Carlos no tiene coche y debe casi 13.000 euros. «El 13 de octubre recibe llamada de quien manifiesta ser el titular del Renault Clio que solicita devolución inmediata del vehículo, ya que lo tiene sin su autorización», aparece en la denuncia presentada por Martín en comisaría a los dos días.

Juan Carlos es uno del medio centenar de afectados por la estafa de la empresa Mundimotor Huelva, cuyo dueño -el citado Mariano- está en paradero desconocido tras ser detenido tres veces en tres meses, según confirmaron a ABC fuentes policiales.

Veintiocho denuncias

Solo en la comisaría de Huelva se han presentado veintiocho denuncias, pero en total hay más de cuarenta en otras comisarías y en Guardia Civil: se han localizado coches en Toledo, Almería, Cádiz, Extremadura... La Brigada de Policía Judicial onubense instruye diligencias por estafa, falsedad documental y apropiación indebida. Uno de los problemas es que hay causas abiertas en cuatro de los cinco Juzgados de Instrucción de la capital por un engaño que asciende a unos 350.000 euros hasta el momento, ya que se da por hecho que hay más víctimas. Algunas causas ya se han archivado.

El caso de Juan Carlos es paradigmático, pero el presunto estafador se valía de otros procedimientos, según las denuncias, desde trucar el kilometraje hasta revender una y otra vez los coches sin dar de baja a los propietarios, a los que aún hoy llegan multas de personas a las que ni conocen. El BMW adquirido por Juan Carlos lo vendió Mariano M. B. cinco veces. Otro de los casos afecta a una pareja de pensionistas que pasaron por el concesionario -cerrado desde octubre, por la presión de los engañados- para ver los turismos. El dueño les pidió su documentación y la fotocopió. A la pareja no le interesó ningún coche. No supieron más de Mundimotor hasta que les llegó la primera letra del turismo que jamás habían comprado. Es una estafa de manual.

Juan Carlos Martín tenía que ingresar en el hospital para someterse a un trasplante de médula el día que decidió denunciar. Las llamadas continuas de su presunto estafador y el estrés de la situación le causaron un grave perjuicio. «Se ha valido de familias humildes y honradas que no querían problemas con nadie», relata. Ahora, casi recuperado, se ha movido junto con otros perjudicados.

El viernes crearon la Asociación de Afectados por el Motor de Huelva y dentro de unos días, de la mano de un abogado y del investigador privado Carlos Barret, van a presentar una demanda colectiva. Su objetivo es doble: resolver su problema y prevenir futuras estafas en el mundo de la compraventa de coches.

Mariano M. B. es la pieza central del puzle. La semana pasada tenía que haber comparecido ante un juez, pero no se presentó. En Huelva dicen que ha huido a Canarias con su mujer. Cuando fue detenido hace poco más de un mes declaró que él también era una víctima y que había actuado de ese modo con los compradores porque estaba amenazado por unos usureros que le prestaron a él dinero y coches. Se lo reclamaban y no podía hacer frente. La Policía arrestó a tres personas, una de ellas con antecedentes por narcotráfico. Los tres están relacionados también con la compraventa de coches y quedaron en libertad. El supuesto estafador y sus supuestos prestamistas están libres, pero medio centenar de familias tienen que pagar cada mes un crédito de un dinero que escasea por un coche que algunos ni han estrenado.