Sánchez, ayer en el Prat de LLobregat con Carme Chacón
Sánchez, ayer en el Prat de LLobregat con Carme Chacón - efe

Sánchez rechaza el Pacto por España que plantea Ciudadanos y vuelve a cargar contra Rajoy

Preocupa en el PSOE el fuerte protagonismo de Rivera e Iglesias a un mes de las elecciones

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Pedro Sánchez telefoneó ayer, a las 15.15, al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, para comunicarle oficialmente el «no» del PSOE a la firma del«Pacto por España» que ha propuesto.

Según fuentes socialistas, durante la charla, que duró aproximadamente veinte minutos, el líder del principal partido de la oposición trasladó al de Ciudadanos que el «único punto» realmente necesario de su propuesta es la defensa «contundente» de la Constitución, algo en lo que ya están de acuerdo; lo que hay que plantear, le replicó Sánchez, son «soluciones, no solo una reacción» a la declaración independentista del Parlamento de Cataluña que se quede simplemente en eso.

La llamada del secretario general socialista -que también habló luego con Pablo Iglesias- se produjo 24 horas después después de un «viernes negro» para el PSOE, que vio impotente y con cierto pánico como los dos emergentes que le disputan su electorado, Ciudadanos y Podemos, cobraban un protagonismo inusitado en su primera visita a La Moncloa.

Un hecho que le está trayendo a Sánchez críticas en privado de barones y cuadros socialistas. Comparan el éxito de Rivera e Iglesias con el almuerzo «excesivamente discreto» y «sin brillo» que Sánchez había protagonizado con Mariano Rajoy tan solo dos días antes, el miércoles: la única referencia fue un comunicado de tres líneas, a posteriori, y una foto de ambos en los jardines de La Moncloa suministrada a los medios.

Temor al «abrazo» del PP

El líder del PSOE lo quiso así, aseguran fuentes gubernamentales, probablemente para no ser víctima del «abrazo del oso» y quedarse sin discurso contra Rajoy a solo veinte días de una campaña electoral en la ambos se van a disputar la Presidencia del Gobierno.

Su problema es que el jefe del Ejecutivo decidió el mismo miércoles, tras ese almuerzo, citar a Rivera el viernes en La Moncloa; y el jueves, cuando cayó en el error que iba a cometer excluyendo a Iglesias de la ronda de contactos, optó por citar también al de Podemos, el viernes por la tarde.

El resto ya es conocido: Los dos líderes emergentes se «adueñaron» de La Moncloa -eclipsaron hasta la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros- y Rajoy salió a informar después, convirtiendo así algo que había empezado dos días antes con una cita discreta con el líder de la oposición en una ronda de partidos de la que, paradójicamente, Pedro Sánchez va a salir damnificado.

El panorama ha desatado la alarma en barones y cuadros del PSOE y un profundo malestar en Sánchez y su equipo, que ahora se van a ver obligados a recuperar el terreno perdido; justo cuando Ciudadanos aparece en algunos sondeos disputándole la segunda plaza en las elecciones generales del 20 de diciembre, algo a lo que Ferraz viene restando importancia.

De momento, el líder socialista recompuso ayer su figura. Por la mañana estuvo en Cataluña presentando a los candidatos del PSC y luego reiteró a Albert Rivera por teléfono sus prioridades: «la necesitad de abrir reformas en la próxima legislatura, una reforma de la constitución en cuatro puntos: blindar derechos sociales sociales y que se reconozcan otros nuevos derechos y nuevas libertades; reformas que mejoren la calidad democrática en nuestro país; una reforma que mire a Europa, y una reforma que camine hacia la estructura federal».

Antes, en el mitin que había dado en El Prat de Llobregat (Barcelona), Pedro Sánchez volvió a tomar distancias con Mariano Rajoy, como le aconsejan sus barones si no quiere quedarse sin discurso. Sánchez hace corresponsable al presidente del Gobierno de la situación a la que se ha llegado en Cataluña. Acusó a Artur Mas de ser «el único culpable» de la situación, pero apuntó también al presidente del Gobierno «por no haber actuado ante el desafío secesionista».

Por contra, dijo, Los socialistas «no dimitiremos de nuestra responsabilidad ni abandonaremos a los ciudadanos de Cataluña». Al respecto, precisó que «con distintos matices, son muchos los que defienden, como nosotros, la unidad de España. Hay otros que defienden, como nosotros, la aplicación de la ley. Pero sólo los socialistas tenemos una propuesta política que garantiza una solución para Cataluña y para toda España».

Solo el PSOE tiene la solución

Desde el PSOE, subrayó, «defenderemos la democracia y que nadie tenga que eelgir entre ser catalán o español, cuando ambas identidades siempre han sumado. Lo haremos con palabras, con diálogo, pero vamos a hacerlo con propuestas». Y, según dijo, «a partir del próximo 20 de deciembre lo haremos con hechos porque solo nosotros tenemos soluciones para evitar la fractura emocional» que pretenden los independentistas. «Ha llegado el momento del cambio democrático», insistió, lahora de decir adiós a Rajoy.

Sánchez fue especialmente duro con «el hijo político de Pujol», Artur Mas, por querer eliminar la herencia del catalanismo representada por los padres de la Constitución Miquel Roca o Jordi Solé Tura. Y también por ignorar que en las elecciones del 27-S no logró la mayoría que deseaba: «El único porcentaje que a Mas le importa es el 3%».

La número uno del PSC en las generales, Carme Chacón, acusó al PP de dar su «visto bueno y complicidad» a la corrupción y de pactar con CiU. Afirmó que Mas lleva más de 15 años al frente de Convergència, que tiene «las sedes embargadas y una familia política imputada por corrupción».

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