Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones durante la entrevista JAIME GARCÍA/MATÍAS NIETO
ENTREVISTA

Rajoy: «Sánchez no puede seguir bloqueando el Gobierno de España»

El candidato del PP ve «posible restañar heridas» y se muestra dispuesto «a ceder» para lograr un gran pacto a tres, e insiste en que el PP «no va a dar el voto para hacer una enmienda a la totalidad de lo que ha sido una muy buena gestión»

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Está acostumbrado a que le pongan adjetivos de todo pelaje, pero Mariano Rajoy solo se adorna con uno a lo largo de una hora de entrevista con ABC en La Moncloa. «Yo tengo pocas cualidades, pero una es que no soy rencoroso». Lo confiesa el mismo día, viernes, en que Pedro Sánchez ha perdido su segunda votación de investidura, tras haber rechazado 17 veces hablar siquiera con el candidato popular y haber escuchado a cambio, de boca de este, severos reproches en la tribuna del Congreso. Quizá las cosas han llegado demasiado lejos, mientras España no se ha movido del 20-D. [Lee aquí la segunda parte de la entrevista a Rajoy, donde habla de su futuro]

–¿Y ahora, qué?

–Mantengo la misma posición que expresé el 21 de diciembre.

Se trata de defender los intereses de los españoles, de los que poca gente habla en esta etapa. Y lo que quieren los españoles, fundamentalmente, es consolidar la recuperación para crear empleo y conservar y mejorar el Estado del Bienestar. Es evidente que eso solo se puede hacer con un gobierno estable y perseverando en las políticas que nos han permitido salir del pozo en el que estábamos. Y el único gobierno estable que veo es del Partido Popular con el apoyo del PSOE, porque la aritmética es así. Se puede incorporar a Ciudadanos para ser más, naturalmente.

–¿Sigue creyendo que no se equivocó cuando rechazó la propuesta del Rey de intentar la investidura?

–Yo no engañé a nadie. Ni al Rey, ni a la Cámara, ni a los españoles. Tras hablar con el señor Sánchez, tenía la total y absoluta certeza de que era imposible ser investido. Sumaba, al menos, 180 votos en contra. No hice perder el tiempo ni engañé a nadie.

–¿Piensa que ahora va a ser diferente tras el fracaso de Sánchez?

–Debo volver a intentar lo que intenté el 21 de diciembre: la defensa de los intereses de los españoles exige mantener las políticas económicas de los últimos años, aunque se puede hablar de algunas, y formar un gobierno estable. Y no hay otro que el que yo planteo: PP y PSOE. Por tanto, si el señor Sánchez quiere atender mi llamada, le diré exactamente lo mismo que ahora a ustedes.

–¿Aún es posible restañar las heridas con Pedro Sánchez?

–Creo que se pueden restañar las heridas con todo el mundo, si hay voluntad de hacerlo. No es una cuestión personal, sino de qué somos capaces de hacer para dar solución a una situación tan compleja como esta y, sobre todo, para atender a lo que quieren los españoles. Eso es lo que pretendo a estas alturas de mi vida, es mi objetivo.

«Me dolió mucho»

–¿Pero cómo se consigue?

–Cediendo, evidentemente. Hay cosas que uno no puede hacer porque no tiene los votos suficientes. En la unidad de España, en la soberanía nacional, yo no puedo ceder. Pero hay otras cuestiones en las que sí tendríamos que hacerlo. Eso es la política. El pacto, el acuerdo. Nadie está en condiciones de aplicar la totalidad de su programa y sus convicciones. Ni con votos, ni sin ellos; fíjese lo que le digo.

–Tras las dos sesiones de investidura de esta semana, sin embargo, parecen estar más alejados que nunca. Incluso de Albert Rivera.

–Yo tengo pocas cualidades, pero una es que no soy rencoroso, se lo recomiendo a todo el mundo porque hace que uno sea más feliz y pueda seguir teniendo amigos a lo largo de su historia. He tenido problemas con Pedro Sánchez, pero en particular me dolió su acusación en televisión. Me dolió mucho, pero todas las cosas son superables en la vida. Y yo, con el señor Rivera, jamás he tenido ningún problema. Rivera quiere votar a Sánchez, y yo no quiero hacerlo, pero eso no creo que sea un problema personal de ninguna manera. Respeto que Rivera diga que el presidente tiene que ser Sánchez, y respeto que él crea que eso es lo que quieren sus electores. Yo solo pido respeto a mi gente, que no nos ha elegido para darle el voto a un señor que quiere demoler los cuatro años de Gobierno del PP; la primera fuerza. Hay que tener un poquito de respeto a los demás. Yo a la gente se lo tengo, y mucho.

«Sánchez no puede seguir bloqueando el Gobierno de España»
Mariano Rajoy

–Durante los últimos días, ¿ha recibido presiones de círculos económicos o de influencia pública para que permitiera formar gobierno a Sánchez con el apoyo de Ciudadanos?

–Por sorprendente que a algunos les pueda parecer, no he recibido ninguna presión. Además, si recibiera alguna, lo contaría.

–¿A España le conviene más una gran coalición o nuevas elecciones?

–A mí me gustaría un gobierno como el que acaba de plantear. Sánchez lo ha impedido en un primer momento, por eso no fui a la investidura. Él se ha presentado y no ha salido. No puede bloquear más la situación. Si lo hace, nos iremos a las elecciones del 26 de junio. Insisto, creo que no es lo mejor pero, si hay elecciones en verano, nosotros explicaremos a los españoles que España no se ha recuperado todavía totalmente de la crisis, que se puede crear empleo si hacemos las cosas con sensatez y que el PP y yo estamos dispuestos a dar la batalla como en los últimos cuatro años.

–¿Qué opinan en Europa de esta situación?

–En general, los socios europeos tienen un modelo de gobierno que es el que les gustaría para España. En Alemania, gobiernan Partido Popular y Partido Socialdemócrata. Igual que en Austria, pero el presidente allí es socialdemócrata. En una mayoría de países. Y luego está la Unión Europea. El presidente de la Comisión es Juncker, del Partido Popular, pero el presidente del Parlamento Europeo es Martin Schulz, socialista. Igual que el ministro de Exteriores… Esas son las condiciones. El gran cambio político en España no es que el PP no gobierne, que por cierto es el que ha ganado. El gran cambio sería que fuéramos capaces de hacer un acuerdo entre los tres grandes partidos, cosa que no se ha hecho desde 1977. Eso sí que sería un cambio. El cambio del cambio.

Mariano Rajoy en un momento de la entrevista
Mariano Rajoy en un momento de la entrevista - J.G./M.N.

–Si el PSOE hubiera sido la fuerza más votada el 20-D, ¿el PP le habría ayudado a formar Gobierno?

–Estaríamos sin duda en otra situación: por ejemplo, la que hay en Austria. El problema es que el escenario no es ese.

–¿Cree que con otro candidato socialista le sería más fácil entenderse?

–No. Mi interlocutor es el señor Sánchez y, en las próximas fechas, intentaré hablar con él. No lo he hecho con ningún otro socialista a lo largo de todos estos meses, y no lo haré. Solo hablaré con el señor Sánchez, porque me gusta respetar las reglas del juego.

–¿Pero por qué se lo pone tan difícil?

–Lo desconozco, nosotros estamos abiertos. Pero todo el mundo sabe que, cuando vi a Sánchez por primera vez tras las elecciones, me dijo que nada quería saber ni de mí ni de mi partido. Después, cuando fue propuesto candidato a la investidura, envió un programa a gran número de fuerzas pero excluyó a Bildu, al PP y a ERC. Por tanto, lo que pasa habría que preguntárselo a él. En España no estamos para practicar cordones sanitarios, ni nuevas versiones del Pacto del Tinell, con nadie. Y mucho menos, desde luego, con una fuerza política a la que han apoyado más de siete millones de ciudadanos, que también son españoles y tienen derecho a ser respetados.

Contundencia pero justicia

–¿La corrupción es el gran obstáculo para ese gran acuerdo?

–En absoluto. Esa es la coartada que ha planteado Pedro Sánchez, siendo conocedor, como lo es, de lo que pasa en su partido. Yo no voy a entrar en ese viejo juego de «y tú, más», pero tampoco le voy a aceptar al señor Sánchez el «yo, menos». Desgraciadamente, este es uno de los peores temas que hemos sufrido en España en los últimos años: nosotros hemos tomado medidas importantes desde el punto de vista legislativo, hemos dejado actuar con absoluta independencia a todos los que tienen que sancionar estas conductas y haré todo lo que esté en mis manos, y un poco más, para evitar que se vuelvan a producir en el futuro, o dejarlas reducidas al mínimo.

«El gran cambio para España sería que fuéramos capaces de hacer un acuerdo entre los tres grandes partidos»
Mariano Rajoy

–¿Cómo lograr credibilidad en esto?

–Le voy a decir que no es lo mismo combatir la corrupción que intentar aprovecharse de ello. La corrupción no es propia de un partido político, o de una profesión, está en la naturaleza humana. Por tanto, no hay partidos más o menos corruptos. Quien gobierna normalmente tiene más personas que no han hecho lo que debían. Quien no ha gobernado tiene menos posibilidades. Estoy dispuesto a escuchar todo lo que quieran señalar, y a aprobarlo con los votos del PP, para ser más eficaces y útiles en la lucha contra la corrupción. Le puedo asegurar que es el tema que más me preocupa últimamente, junto con la unidad de España. Y el bienestar de los españoles.

–Hay quien le reprocha falta de contundencia frente a compañeros de partido

–En la lucha contra la corrupción, hay que ser contundente contra los corruptos, pero también ser prudente, tener buen juicio y ser justos con los que no son corruptos. Hay mucha gente en mi partido que ha estado imputada y luego no ha pasado nada. Por ejemplo, el presidente de Murcia (Pedro Antonio Sánchez) ha tenido catorce querellas, y no ha sido condenado a nada. Con el actual ministro de Industria, José Manuel Soria, sucedió lo mismo. También me pedían con insistencia su dimisión y ahora sabemos que esa dimisión hubiera sido muy injusta. No es fácil dirimir unos comportamientos de otros. En la vida hay que ser contundente con el que se lo merece, y justo con todos.

–¿El PP ha alcanzado su techo electoral?

–Creo que no tenemos ningún techo electoral. Hemos recibido 7,2 millones de votos gobernando en la peor de las situaciones posibles. En Irlanda, que como España ha superado la crisis y ha tenido cifras de crecimiento incluso mejores, el primer ministro ha ganado con un 25%. Cuando se gestiona en contextos complicados, tiene un coste. Pero mayor lo habría tenido no tomar ninguna decisión: habríamos obtenido un resultado electoral peor y no habríamos sacado a España del pozo en el que estaba. Al final, lo único serio en la vida es ser serio. O, al menos, intentarlo.

–¿Qué hará el 26 de junio si el resultado de las urnas vuelve a arrojar una aritmética imposible?

–Mantener, como es natural, la misma posición. Tengo que defender aquello en lo que creo. Estos cuatro años han sido muy duros y los datos indican que se puede poner en riesgo la recuperación. Por ejemplo, la evolución del índice de confianza del consumidor llegó a estar a principios de 2012 en 37 puntos sobre un total de 200. En diciembre alcanzó su máximo histórico y ahora llevamos dos meses de descensos, y es por lo que estamos viviendo en España. La gente quiere que el político esté en el crecimiento económico, en el empleo, en el Estado de Bienestar. Y pide un gobierno estable, que genere confianza, con un programa pactado en el que todo el mundo tendrá que renunciar. Es lo que defiendo hoy, y lo que defenderé siempre con esta composición parlamentaria.

–ABC publicó hace unos días que altos cargos de su partido y del Gobierno le recomiendan intentar ir de la mano con Ciudadanos a esas nuevas hipotéticas elecciones. ¿A usted le agrada la idea? ¿La ve posible?

–Eso no es así con absoluta franqueza. Recuerde cómo calificó eso el señor Rivera (entre broma y chiste). En este momento, eso no es posible. Sinceramente, no tiene sentido.

«No he recibido ninguna presión para dejar gobernar a Sánchez. Y si la recibiese, lo contaría»
Mariano Rajoy

–Usted no oculta que a nivel personal no se lleva mal con Pablo Iglesias… ¿No le inquieta que pueda acabar de vicepresidente?

–Yo no quiero que el señor Iglesias sea vicepresidente del Gobierno, y le voy a decir una cosa: si mi actitud con Pablo Iglesias la tuvieran el señor Sánchez y el señor Rivera, ni Podemos ni el señor Iglesias serían nunca vicepresidentes del Gobierno. Yo soy poco sospechoso. Sánchez está todo el día pidiendo a Podemos su voto y su apoyo. Y el señor Rivera no se lo reprocha. De hecho, Rivera también pidió la abstención de Podemos.

–¿Cómo afectaría a España un gobierno PSOE-Podemos?

–Tengan la absoluta certeza de que ese gobierno mandaría un mensaje de desconfianza, muy difícil de superar. Eso no le conviene a España. Sería letal para la recuperación económica de nuestro país.

–¿Se plantearía dar un paso atrás si continúa el bloqueo tras el 26-J?

–Hay alguna gente que afirma eso, incluso algún líder de algún partido, probablemente porque creen que yo soy el obstáculo para hacer al señor Sánchez presidente. Eso solamente me lleva a hacer una afirmación: desconocen lo que es el Partido Popular.

Enmienda a la totalidad

–¿Qué es el Partido Popular?

–El Partido Popular no puede hacer presidente a Pedro Sánchez, no porque el PP haya ganado las elecciones, que también, sino porque el programa de gobierno del señor Sánchez consiste en la demolición de toda la obra que el PP ha llevado a cabo en los últimos cuatro años. Es una auténtica contrarreforma, lo cual es grave, pero mucho más grave es si tenemos en cuenta que todas esas reformas se demostraron útiles para evitar la quiebra de España y el rescate. El señor Sánchez tiene un programa electoral donde quiere derogar la reforma laboral, la reforma energética, la reforma sanitaria, la reforma de la educación, la Ley de costas, la Ley de la administración pública, la prisión permanente revisable, la Ley de enjuiciamiento criminal, la Ley orgánica del poder judicial... no continúo para no aburrirles… Quiere derogarlo todo. Es evidente que el PP no va a dar el voto para hacer una enmienda a la totalidad de lo que ha sido, y lo reconoce mucha gente, una buena gestión. Y el señor Rivera está empeñado en apoyar al señor Sánchez. Está en su derecho. No se lo reprocho. Pero le agradecería que él no nos dijera a nosotros lo que tenemos que hacer, por respeto a los votantes.

–Si finalmente vuelve a ser presidente, ¿qué hará distinto respecto a su primera etapa?

–Yo me he ocupado de lo importante: evitar la quiebra y el rescate, volver al crecimiento, generar empleo y mantener el Estado del Bienestar. Fíjense que, en pensiones, hemos gastado el 17% más en 2015 que en 2011, 19.000 millones de euros más. Eso es lo que no cambiaría. ¿Qué podría hacer a mayores? Tendría que ser más eficaz –no digo tener mejor intención, porque siempre la he tenido– en la lucha contra la corrupción. Tendría que haber sido más eficaz, es uno de los temas que más me preocupa de cara al futuro. Sobre todo durante los años 2012 y 2013, tendría que haber estado más en contacto con muchas más personas. No he podido hacerlo. He tenido otras prioridades, pero escuchar siempre es bueno; hablar, intercambiar opiniones y criterios... Pero, sinceramente, creo que hemos dado la batalla en lo importante. Tengo una satisfacción, que es mía, difícil de transmitir, de que en lo sustancial hemos hecho lo que debíamos. Y tengo la convicción de que esa política es la que hemos de mantener.

Gobierno cruel

–Hay quien le reprocha que su gobierno ha sido más bien socialdemócrata, poco liberal...

–Soy consciente de que tuve que subir los impuestos a los diez días de llegar al Gobierno. Pero en 2015 los hemos bajado dos veces, y hoy se paga menos IRPF en España que en 2011. Sé perfectamente que tuve que hacer un presupuesto duro, pero no hay en la reciente historia política española –si acaso en la Transición– un gobierno tan reformista. ¿La reforma laboral es socialdemócrata? ¿La Ley de costas es socialdemócrata? ¿La reforma energética es socialdemócrata?... Ha sido una etapa muy reformista, y todavía tenemos que seguir haciendo cosas en el futuro. De lo que más orgulloso estoy es de las reformas que hemos llevado a cabo.

–Susana Díaz calificó hace pocos días el Ejecutivo de Mariano Rajoy de «cruel».

–Eso es una frase que está en los argumentarios del PSOE, pues no solo se la he oído a la persona que ha citado, sino a otras muchas. Pero este Gobierno ha mantenido el Estado de Bienestar después de haber heredado un presupuesto con 70.000 millones de euros menos de ingresos. Con eso hemos mantenido el sistema de pensiones, que ha sido una línea roja intocable, el seguro de desempleo y los servicios fundamentales. Me hubiera gustado ver a algunos de los que ahora hablan gestionando la situación que tuvimos que afrontar nosotros. Me habría gustado verlos.

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