Rajoy pide dejar la corrupción a los jueces y «construir» estabilidad

El presidente Rajoy llegó ayer a Bruselas después de su visita oficial a Brasil y Uruguay, donde recibió elogios por su política reformista, muy lejos del «incendio» político que se vivía en España durante toda la semana por los escándalos de corrupción. En la Unión Europea Rajoy también puede presumir, y lo hace, de datos económicos, con una España a la cabeza del crecimiento y la creación de empleo. En esta situación, y con el creciente prestigio exterior de España, cuando se le pregunta si la corrupción puede poner en riesgo la estabilidad política en el país, lo primero que hace Rajoy es recordar uno a uno los éxitos de los grandes números económicos. Y a partir de ahí solo le queda decir que se deje trabajar a los jueces y se mantenga la estabilidad, porque de ella depende la recuperación.

Rajoy ha afrontado esta semana repleta de noticias de corrupción con serenidad, sin perder de vista ni un segundo las que considera sus prioridades absolutas: el crecimiento económico y la creación de empleo. «Es importante que podamos mantener la estabilidad política. Hemos conocido datos económicos muy relevantes, pero se requiere un esfuerzo por parte de todos para tener estabilidad», explicó Rajoy al finalizar el Consejo Europeo extraordinario sobre el Brexit. Está en juego recuperar los millones de puestos de trabajo perdidos durante la crisis, y llegar a los 20 millones empleos, objetivo de la legislatura. «Desde el punto de vista económico es fundamental», insistió.

Máxima colaboración

Zanjó así las polémicas políticas sobre los casos de corrupción, que han abarcado el debate nacional en las últimas semanas: «Lo que necesita el país es construir, y no todo tipo de debates que ahora están en manos de los tribunales». La posición de Rajoy siempre ha sido dejar trabajar a la Justicia y ofrecer la máxima colaboración.

El presidente, relajado, tiró de su conocida ironía cuando se le preguntó si estaba preocupado por la moción de censura que había anunciado el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y que no ha conseguido ningún apoyo. Más aún, Iglesias ha logrado dividir y enfrentar a la oposición, mientras que Rajoy, en minoría parlamentaria y, en teoría, en una legislatura que iba a ser especialmente complicada, observa con total tranquilidad cómo sus adversarios se pelean entre ellos.

«He estado muy atento a la decisión del señor Iglesias», comentó el presidente. « He visto que ahora va a hacer una consulta entre sus afiliados para ver si la ponen o no», prosiguió. «Yo he decidido que no voy a hacer ninguna moción de censura contra el señor Iglesiasporque, sinceramente, creo que no me conviene. Por tanto, tampoco consultaré a nadie de mi partido», se burló.

Presupuestos y PNV

Al mismo tiempo que comprobaba cómo el intento de moción de censura se quedaba en un fracaso estrepitoso nada más nacer, Rajoy cerraba él mismo esta semana un principio de acuerdo con el PNV. Evitó así una enmienda a la totalidad de los cinco diputados nacionalistas vascos, que habría hecho muy complicada la aprobación de los Presupuestos Generales del 2017, cuyo primer debate empieza el próximo miércoles en el Congreso.

El presidente elogió la actitud del PNV, que lleva camino de ser un socio fundamental para el Gobierno, no solo en estos Presupuestos, sino en toda la legislatura: «Es de alto nivel político que decida no presentar una enmienda a la totalidad», aseguró Rajoy. Sus cinco votos son imprescindibles para que el PP, junto a Ciudadanos, Coalición Canaria y sus socios electorales (UPN y Foro Asturias), frenen las ocho enmiendas que han presentado otros tantos partidos de la oposición contra las cuentas públicas del Gobierno.

«Si el PNV hubiera presentado la enmienda, sería muy difícil, por no decir prácticamente imposible, sacar adelante los Presupuestos», recordó Rajoy. No obstante, dejó claro que de momento no hay nada cerrado. Es un principio de acuerdo que se hará realidad en los próximos días. «Las negociaciones continúan con el PNV, y esperamos cerrarlas en un plazo breve». Rajoy subrayó que no se trata de prometer nada, ni de un intercambio de cromos, sino de intentar «construir en una situación parlamentaria difícil».