La primavera maldita que acecha al Gobierno

Lo que mas preocupa al Gobierno de todo lo malo que le puede ocurrir en los próximos 30 días no es el desenlace de las primarias del PSOE, la puesta en marcha de comisiones de investigación del Congreso sobre la financiación del PP y el rescate bancario, la moción de censura que va a presentar Podemos o la declaración de Mariano Rajoy como testigo del caso Gurtel. Lo que tiene señalado de rojo en su calendario por la importancia de lo que representa para el Ejecutivo y para todo el país son las votaciones de los dictámenes parlamentarios que van a aprobar o rechazar la ultima semana de mayo los Presupuestos Generales del Estado de este año.

Por lo demás, el Gobierno está dispuesto a sacar el paraguas y aguantar los chaparrones de una primavera que se le plantea mediáticamente insoportable.

Para empezar, esta misma semana se debatira y probablemente aprobara la reprobación del ministro de Justicia, Rafael Catalá, acosado por una oposición que se ha apuntado al perpetuo interés del PSOE por evitar que cualquier gobierno del PP desmantele su control sobre las Fuerzas de Seguridad del Estado o la Fiscalía. Ya el año pasado los socialistas consiguieron reprobar al ministro de Interior, Jorge Fernández Diaz, con otra excusa pero coincidiendo no por casualidad con la guerra entre comisarios de Policía que se libraba en su departamento. En Moncloa relacionan un caso con el otro y no conceden la menor importancia a esas maniobras contra miembros de su Ejecutivo.

La siguiente cita caliente, la de las primarias del PSOE del próximo domingo, tienen en vilo al Gobierno, como a todo el pais, en su caso en aras de la estabilidad política que pueda suponer una victoria de Pedro Sanchez que cada día que pasa se considera mas probable. No es que el Ejecutivo espere que una Susana Diaz ganadora le facilite su labor o ni siquiera decida que sus diputados se abstengan para permitir que los Presupuestos salgan adelante. Pero al menos Rajoy sabe que se puede entender con ella en temas de Estado, principalmente la respuesta al proyectado referendum sobre la independencia en Cataluña.

En cuanto el ganador de las primarias ocupe en Ferraz el despacho de la secretaria general, el Congreso de los Diputados pondrá en marcha esa semana las dos comisiones de investigación creadas para sacar los colores al pasado reciente del Partido Popular. Casta al fin y al cabo, como diria Pablo Iglesias, PP y PSOE han conseguido en el ultimo minuto desbaratar el acuerdo de Podemos y Ciudadanos para repartirse las presidencias de ambas comisiones que, como todas sus predecesoras, no serviran para investigar lo ocurrido de verdad ni para sacar conclusiones que se ajusten a la realidad, sino para poner en aprietos al Gobierno.

El PP ya sabe que la primera decisión de la comisión sobre financiación de su partido, en la que se encuentra en minoría, sera la de pedir la comparecencia de Mariano Rajoy, que no podrá excusarse para declarar por videoconferencia como hara en el juicio de la Audiencia Nacional sobre el caso Gurtel. Y en Moncloa tienen prácticamente decidido que acuda cuanto antes para evitar la polémica sobre si va o no va que puede ocupar dias de titulares y tertulias. Quizás su comparecencia coincida con las ultimas votaciones de los Presupuestos, el clavo ardiendo al que Rajoy quiere agarrarse para seguir gobernando como si esta fuera una primavera políticamente normal, o quizás sirva de aperitivo para la moción de censura que Podemos quiere presentar contra el, que en el Congreso esperan que pueda debatirse la primera semana de junio.