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El fiscal general del Estado Jose Manuel Maza junto a Manuel Moix, Fiscal Jefe Anticorrupcion - Ignacio Gil

Maza y Catalá respaldan a Moix frente a toda la oposición

Ante las críticas de todos los grupos el fiscal general del Estado pide a los diputados «herramientas» para controlar las filtraciones

Madrid Actualizado: Guardar
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Todos los grupos de la oposición solicitaron ayer al fiscal general del Estado, José Manuel Maza, que cese al fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, como único camino para «recuperar la credibilidad» del Ministerio Público. Pero ante las críticas de toda la oposición, Maza cerró filas con Moix, pese a las advertencias de los grupos de que de no hacerlo su ofensiva política se dirigiría contra él. Así se lo reconoció el diputado de Ciudadanos, José Ignacio Prendes, que le anticipó que de no tomar medidas estaremos ante «el caso Maza».

Pero el fiscal general respaldó absolutamente a Moix, denunciando que «se está confundiendo el control democrático de la Fiscalía con una injerencia constante». Y se mostró «atónito» por las críticas a su subordinado, especialmente por su propuesta de relevar a los fiscales encargados del caso 3 por ciento, recordando que «forma parte de las competencias de los fiscales jefe la atribución del trabajo».

Achacó la situación a «informaciones desviadas, infundadas y gravemente perjudiciales» contra el Ministerio Público. «No puedo aceptar que el Ministerio Público, ni en su conjunto ni en parte de él, deba sufrir merma alguna en el concepto público», señaló Maza, antes de resaltar la «excelente y elogiable» labor del cuerpo de 2.500 fiscales. Criticó así mismo que se ha generado una «injusta desconfianza».

En su comparecencia inicial Maza quiso poner de manifiesto que en los 77 días que lleva Moix al frente de la Fiscalía Anticorrupción no se ha paralizado ninguna causa «de manera que yo tenga que arrepentirme de su designación». Llegó a decir incluso que se sentía «satisfecho por el acierto de dicha designación» y a destacar su «valentía y firmeza».

Controlar las filtraciones

En mitad del asedio del resto de grupos, Maza aprovechó una de las cuestiones del grupo parlamentario popular sobre las filtraciones para llevar por otra senda la comparecencia. «Me interesa especialmente el tema filtraciones», disertó Maza, que reconoció que siempre que éstas se producen se abren unas diligencias «que no suelen conducir a nada». Y en ese punto, dirigiéndose a los mismos diputados, que no solo cuestionaban la continuidad de Moix sino la suya misma, les solicitó «herramientas» para «controlarlas».

Maza justificó su petición en que la revelación a través de los medios de comunicación de informaciones bajo secreto de sumario «no mejoran el conocimiento de los ciudadanos, porque al final todo acaba siendo público y conociéndose». Pero no se quedó ahí: «No aporta nada de cara a la verdad, sino que se perjudica a personas que son citadas y, más grave aún, se perjudica la eficacia de la justicia, porque si se revelan datos se está ayudando, colaborando con las personas investigadas por corrupción porque para ellas la causa está secreta. Las filtraciones no favorecen a nadie con intenciones limpias. Son dosificaciones parciales y tienen una intención que convendría investigar».

Como si de una repetición de la misma jugada se tratase, tras un receso de unos minutos, sustituía a Maza como compareciente el ministro de Justicia, Rafael Catalá. Éste fue directo al choque con la oposición: «Este ministro jamás ha interferido ni interferirá nunca en una investigación judicial, y quien diga lo contrario, miente, miente intencionadamente, miente con mala fe y miente con una saña, un rencor y una crueldad injustificable en ningún ámbito de la vida, ni siquiera en el de la política», señaló en su turno inicial.

Catalá defendió que «en ningún momento» se ha tratado de paralizar ninguna investigación relacionada con el caso Lezo, porque «todas las medidas solicitadas por los fiscales del caso fueron practicadas». El ministro se preguntó «a quién le interesa alimentar los bulos y las falsedades que se lanzaron en su día sobre este tema», respecto al relevo de los fiscales del 3 por ciento, porque «nada hay más insidioso e injusto que lanzar acusaciones precipitadas sin tener pruebas». Varios grupos de la oposición, entre ellos Pablo Iglesias, ironizó por haberle visto «a la defensiva». Mientras que desde Ciudadanos, incluso más dura, se dijo que su intervención fue «una tomadura de pelo».

Ante las preguntas de la oposición sobre la actuación de Moix, afirmó: «La Fiscalía Anticorrupción, con su fiscal jefe al frente, ha actuado siempre en el más estricto cumplimiento de su estatuto orgánico, sin salirse ni un milímetro del cauce que dicho estatuto establece para dirimir controversias jurídicas. No hay quien levante un teléfono para decirle a un fiscal lo que tiene que hacer». La semana que viene se llevará al pleno la reprobación de Catalá como ministro de Justicia, que reclamará el PSOE a través de una moción. También se votará la reprobación de Maza y Moix, tras una propuesta conjunta de PSOE y Ciudadanos.

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