Pedro Sánchez, durante su entrevista con ABC en la terraza del Thyssen
Pedro Sánchez, durante su entrevista con ABC en la terraza del Thyssen - JAIME GARCÍA/MATÍAS NIETO

Entrevista exclusivaPedro Sánchez: «La diferencia entre un buen y un mal resultado será quedar primeros»

En plena tormenta de sondeos que ponen en duda incluso la segunda plaza para su partido, Pedro Sánchez desafía ese pronóstico, aparentemente convencido de que puede ganar al PP

MADRID Actualizado: Guardar
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Pedro Sánchez recibe a ABC en la terraza del Museo Thyssen recién llegado de un periplo por Andalucía y cuando esa misma mañana su partido acaba de instar a Mariano Rajoy a que acepte el «cara a cara» que pedía una cadena de televisión. Un intento, el enésimo, de intentar sacar cabeza en una campaña que empieza a perfilarse de dos: PP y la coalición Podemos-IU, que puede arrebatar al PSOE su histórica hegemonía en la izquierda.

-Ustedes afearon a Rajoy en la campaña del 20-D que no quisiera debatir con todos. Pedir ahora un «cara a cara» ¿no supone un cambio de postura?

-Nosotros no rechazamos ningún debate, tampoco uno a cuatro, pero creemos que tiene que haber un debate a dos.

De lo que va este 26-J es de elegir a quien habrá de ser presidente del Gobierno. Y si algo ha quedado claro en estos cinco meses es que la elección está entre Rajoy o yo. Por tanto, creo que a los españoles no se les puede hurtar el derecho a tener un debate entre los dos que pueden serlo.

-¿La diferencia entre un buen y un mal resultado para el PSOE qué es, mejorar los 90 escaños del 20-D o poder formar gobierno?

-No. Tiene que ser el que seamos primera fuerza política. Si algo he aprendido en estos cinco meses de legislatura fallida es que el PSOE es el partido del cambio, que no hay interme- diarios y que solo si gana el PSOE será posible el cambio porque Iglesias nunca va a apoyar a un presidente socialista

-Si no logra superar esos 90 escaños del 20-D, ¿Se irá?

-Hombre, honestamente creo que el PSOE está en mejor disposición de ganar que el pasado 20-D. Cuando se pregunta: ¿Cómo calificaría estas elecciones: una repetición, como dice Rajoy; una segunda vuelta, como dice Iglesias...? No. Son unas nuevas elecciones porque aunque nos presentamos los mismos, de cara a la opinión pública somos bien distintos de lo que que éramos el 20-D.

-El «manual del perfecto candidato» dice que en campaña no se debe anunciar subida de impuestos. ¿Por qué lo ha hecho?

-Nosotros, para garantizar las pensiones de hoy y de mañana, no vamos a utilizar la fórmula clásica que ha utilizado la derecha en estos cuatro años, que es la de congelar o recortar las pensiones, sino la de garantizar la financiación pública del sistema. Y tiene que estarlo a través de las cotizaciones a la Seguridad Social y a través de un «recargo de solidaridad», que pagarían las grandes fortunas.

La campaña tiene que servir para decir las cosas de verdad. Lo que no puede ser es que Rajoy, el mismo día en que es apercibido por la Comisión Europea diciendo que tiene que hacer un ajuste de 8.000 millones de euros, diga que va a bajar los impuestos en este país y no va a tocar el Estado de bienestar, porque no es verdad.

-Acusa a Rajoy de «mentir sin pudor» sobre recortes y bajada de impuestos, pero añade: «Yo no haré recortes» ¿Por qué piensa que los españoles le creerán?

-Creo que he demostrado que soy un político que hace lo que dice. Rajoy se presentó en 2011 diciendo que iba a bajar los impuestos y no iba a tocar el Estado de bienestar. Pues bien, aumentó los impuestos en 20.000 millones de euros y tocó la educación, la sanidad y también la dependencia... De hecho, le ha apercibido no solo la Comisión Europea sino el propio Aznar, que ha criticado la política fiscal del PP.

-Ya, pero ¿usted aceptará el recorte de 8.000 millones que impondrá la Comisión Europea al próximo gobierno o tiene una alternativa?

-La alternativa que he dicho: auditoría del gasto público para eliminar gasto superfluo, reforma fiscal y tapar el agujero de la Seguridad Social, que es, de verdad, el problema que tienen ahora mismo las cuentas públicas españolas: 15.000 millones de euros de déficit el año pasado, 12.000 millones sistemáticamente durante estos últimos cuatro años.

-Se ha referido a la crítica de Aznar a la política fiscal de Rajoy en «La Tercera» de ABC ¿Qué le pareció?

-Que demuestra que dentro del PP hay una crisis de liderazgo. Honestamente, creo que el PP tiene que renovar su liderazgo y solo podrá hacerlo desde la oposición. Respeto a los votantes conservadores. Ha habido gente que en 2011 votó al PP, que en diciembre de 2015 votaron PP y que espero que el próximo 26 de junio voten al PSOE como alternativa de centro izquierda que va a construir un proyecto que convoque, no que confronte; que supere y trascienda las trincheras ideológicas, y que vean en el PSOE a ese partido del cambio que hizo que España en 1986 entrara en la UE, que reindustrializó y modernizó la economía y que supo conjugarlo con la construcción de un Estado del bienestar que ahora está puesto en cuestión.

-Uno de sus futuros «ministros», José Borrell, dice que en política «el no, nunca, jamás es relativo», ¿Si el 26-J se repiten los resultados, seguirá manteniendo su no al PP?

-Bueno, el lema del PSOE es «Un SÍ al cambio». Creo que lo que se ha demostrado en estos cinco meses es que aquellos españoles que quieren cambio, que son mayoría, el 72% que no votó al PP, lo que dicen es que quieren cambio. Y es evidente, también, que para ese cambio no puede haber intermediarios que encarecen el precio de las cosas. Y el precio de no aceptar el chantaje de Iglesias no puede ser que un gobierno multado por la UE y amenazado de embargo su partido, el PP, por los jueces, siga al frente de este país.

-Ese «intermediario», Pablo Iglesias, quería ser vicepresidente de su gobierno y le dijo no. ¿Mantiene el veto?

-Sobre todo, a los chantajes. De alguna manera, Rajoy e Iglesias comparten una misma visión de la política, que es la de los contratos de adhesión: o se hace lo que yo digo o no hay acuerdo. Rajoy claramente así lo dijo cuando planteó que quería seguir siendo presidente del Gobierno y que nada cambie en nada («lo que tienes que hacer es apoyarme»); e Iglesias lo que dijo es: o aceptas el trágala de que yo sea vicepresidente del Gobierno con el CNI, la RTVE... En fin, era sarcástico la cantidad de ministerios «sociales» que se proponía dirigir, dejándome una Presidencia del Gobierno honorífica. El problema de Iglesias nunca se llamó (Albert) Rivera, el problema de Iglesias era votar a un candidato socialista a la Presidencia. Desgraciadamente, en España hay una izquierda que siempre antepone que no gobierne el PSOE.

-Dicho lo cual, si el 26-J usted e Iglesias suman, volverá a descolgar el teléfono.

-Se lo digo de otra manera: si el PSOE no es primera fuerza, Iglesias no me apoyará.

-¿Porque no se lo volverá a proponer?

-No, no. Porque sé, por experiencia, que él nunca lo querrá. Iglesias vive mejor con Rajoy de presidente del Gobierno que conmigo. La única opción para que se imponga el ala moderada de Podemos, que representa (Íñigo) Errejón, y con el que sí nos podríamos entender, frente al ala dura que representan Iglesias y (Juan Carlos) Monedero, es que el PSOE sea la primera fuerza política el próximo 26 de junio.

-Iglesias no deja de repetir que usted «será el árbitro», para dar así sensación de que el «sorpasso» está consolidado ¿Cómo va a combatir esto?

-Yo creo que el PSOE va a ganar las elecciones porque se ha demostrado que hay una mayoría de la sociedad que quiere cambiar el rumbo de este país. Y eso solamente es posible si el PSOE es primera fuerza. Hay dos formas de apoyar a Rajoy: una, votando a favor, como hacen los diputados del PP; y otra, que es bloquear el gobierno del cambio liderado por un socialista.

-Reconocerá que están en una situación complicada porque tiene a un Ciudadanos a su derecha jugando a robarle votos de centro-izquierda.

-No, a quien está robando votos Ciudadanos es al PP.

-Rivera argumenta que el crecimiento de Ciudadanos está en el centro izquierda y, a su vez, Podemos está comiéndoles terreno.

-No es cierto. Si uno mira los datos cualitativos de las encuestas, es evidente que la transferencia de votos del PP va hacia Ciudadanos y, de hecho, nosotros estamos recuperando, por primera vez en dos años, voto de Podemos. ¿Por qué? Pues porque hubo gente, el 20-D, que consideró que revitalizando la izquierda en un entendimiento hipotético entre Podemos y el PSOE se iba a poder cambiar las cosas en España. Pero lo que han visto durante estos últimos cinco meses es que ha habido un Pablo Iglesias más empeñado en que no gobernara el PSOE.

-Asegura que hoy no esperaría para buscar alianzas a que Rajoy lo intente ¿Qué pudo haber hecho determinante, qué no hizo y le impidió ser investido presidente el 2 de marzo?

-Es que la «huida» de Rajoy trastocó el orden lógico de la política. Hemos vivido cinco meses en los que la primera fuerza, el PP, ha renunciado a la investidura y a formar gobierno, y también ha bloqueado su pase a la oposición. Mi fracaso hubiera sido decirle no al Rey y creo, honestamente, que el PSOE cumplió con la democracia, con las instituciones y con los españoles. Demostramos que somos capaces de llegar a acuerdos. Al final, en un panorama tan fragmentado como el que salió el 20-D y como el que va a salir el 26-J, el único que tiene capacidad para gobernar es el PSOE, un partido con voluntad de acordar y con capacidad para dialogar.

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