Difícil pero posible

El milagro consiste en que la participación electoral supere el 75 por ciento del censo que ya se registró en las autonómicas catalanas de 2015

Curri Valenzuela

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El Gobierno ya sabe que será muy difícil, aunque no imposible, que el bloque constitucional consiga gobernar en Cataluña . Aún así, echará el resto las próximas semanas para lograr un buen resultado el 21-D , un aumento suficiente de los votos de los catalanes contrarios a la secesión que haga renunciar a los ganadores a plantear de nuevo la independencia durante bastante tiempo.

«El milagro aún es posible», siguen diciendo en el PP. El milagro consiste en que la participación electoral supere el 75 por ciento del censo que ya se registró en las autonómicas catalanas de 2015, un índice muy alto que, sin embargo, los expertos consideran que se puede aumentar si de verdad todos quienes se oponen a la independencia acuden a las urnas. Además,.hay indicios recientes para la esperanza gubernamental: uno de ellos, la decisión del tribunal belga que examina la posible extradición de Carles Puigdemont a España. Su retraso para tomar la decisión, que podrá ser apelada por los abogados del ex presidente catalán, supone evitar la imagen de este ingresando en la prisión de Estremera, que daría alas a su candidatura. «A él no le viene bien ir a la cárcel; a nosotros, tampoco», afirma un dirigente del PP.

Otro factor positivo para los populares es el de que la crispación se ha instalado en el bando de los secesionistas, pero está ausente del bloque constitucional. El exabrupto de Marta Rovira, acusando al Gobierno de haberles amenazado con causar muertos, las constantes entrevistas de un Puigdemont enrabietado, las peticiones del tipo de mandar a Inés Arrimadas a que se vuelva a Cádiz indican un interés de los partidarios de la independencia por elevar la tensión durante la campaña electoral para movilizar a sus votantes, una táctica que puede volvérseles en su contra; puede llevar a muchos mas catalanes constitucionalistas a sacudirse la pereza de acudir a las urnas.

Además, desde PP, PSOE y Ciudadanos se están llevando a cabo campañas moderadas de baja intensidad, sin agredir al contrario, ni levantar polémicas innecesarias, otro ingrediente imprescindible para no provocar el deseo de ir a votar entre los partidarios de sus adversarios. Y, por último, se ve positivo también desde el PP que este bloque constitucional, que se puso de acuerdo para aprobar el 155, continúa disfrutando de buena salud y esté superando las grietas que un coqueteo de Iceta con los independentistas o una critica de Ciudadanos al Gobierno le abren cada pocos días antes de cerrarse. De momento.

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