Beltrán Gutiérrez, el hombre que fue despedido y readmitido en 24 horas por el PP de Madrid

Beltrán Gutiérrez era un hombre en la sombra, un escudero fiel siempre muy cerca de Esperanza Aguirre, hasta que se cruzaron en su camino las tarjetas «black». En el curso de las investigaciones por este asunto, se supo que él presuntamente había gastado 58.000 euros por esta vía.

La dirección nacional del PP exigió su cese inmediato, y fue dado de baja como gerente. Pero al día siguiente, el PP de Madrid le dio de alta como empleado regional. Y ahí continuó, con el consiguiente enfado de María Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, cuando un mes después se conoció su nuevo destino y la número dos popular tuvo que afrontar la rocambolesca situación y pedir públicamente al PP de Madrid que diera explicaciones de por qué había mantenido como trabajador al exgerente.

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, tuvo que explicar que Beltrán Gutiérrez seguía trabajando en el PP de Madrid como un empleado del partido —lleva casi 20 años en el partido— pero que no había «ni baja encubierta ni despido ni contratación».

«Nadie ha dicho que Beltrán Gutiérrez haya sido despedido. Cesó de su responsabilidad como gerente», explicaba Aguirre en relación a Beltrán Gutiérrez, cuyo ordenador fue confiscado este jueves en la propia sede de Génova, hasta donde ha ido la Guardia Civil.

En cuanto a su puesto en el Ayuntamiento de Madrid, tras conocerse su implicación en el caso de las tarjetas opacas, la entonces alcaldesa de la capital Ana Botella también le cesó como asesor del Grupo Popular en el Consistorio, varios días antes de que Gutiérrez presentara su renuncia como gerente.

Por su cargo de gerente del partido en Madrid, era habitual que despachara con Francisco Granados, a la sazón secretario general de la misma organización años atrás. Ahora, Granados está en prisión encausado en la llamada operación Púnica», y a Gutiérrez le han registrado la casa y el despacho dentro de la misma investigación.