Antonio Hernando o el alto precio de la responsabilidad

En el «sanchismo» muchos lo ven como un traidor cuando dio la espalda a Sánchez y decidió apoyar la abstención a Rajoy

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Antonio Hernando, dimitido ayer como portavoz del grupo socialista tras el claro triunfo de Pedro Sánchez en las primarias de su partido, le ha tocado defender la posición del PSOE en uno de los momentos más críticos de su historia, con un partido roto en mil pedazos por las luchas internas.

En menos de ocho meses, Hernando ha pasado de fiel escudero de Pedro Sánchez y defensor a ultranza del "no es no" a Mariano Rajoy, a "correa de transmisión" en el Congreso de las directrices de la Gestora que ha dirigido el partido desde la dramática marcha del secretario general el pasado 1 de octubre. Gestora que decidió mantenerle en el puesto a la espera de las primarias y la renovación en el partido y que le encargó el duro trance de defender la posición del PSOE en esta etapa.

Como un doloroso reto personal y político -según sus allegados- Hernando se vio en la dura responsabilidad de tener que defender la abstención a Mariano Rajoy en el debate de investidura de octubre, en un giro copernicano que muchos no le han perdonado nunca. Elogiado en su difícil papel por los llamados "susanistas" y considerado casi un "traidor" en algunos sectores del "sanchismo", a Hernando no le ha quedado otra que hacerse a un lado y presentar su renuncia, a sabiendas de que sus horas estaban contadas.

Pedro Sánchez, dolido por la "infidelidad" del que fuera su mano derecha en el Congreso, ya había avanzado que no iba a contar con él en su regreso a la dirección del PSOE. "Eso seguro", aseguró Sánchez la semana pasada como anticipo de la segunda revolución que se avecina en el grupo parlamentario después de la "purga" que se vivió a finales del año pasado con la traumática marcha del secretario general.

Será difícil sustituir a Hernando, un diputado experimentado, brillante orador y bregado en mil negociaciones parlamentarias desde que llegó al Congreso en las elecciones de 2004. Secretario de Política Municipal del PSOE de 2008 a 2012 y de Relaciones Institucionales y Política Autonómica entre 2012 y 2014, Pedro Sánchez le confió el puesto de portavoz en el Congreso cuando fue elegido por primera vez secretario general en julio de 2014. Pasadas las elecciones de diciembre de 2015, en las que revalidó su escaño por Madrid, Sánchez lo eligió para dirigir el grupo negociador para aunar apoyos a su frustrada investidura.

Hernando se mantuvo fiel a Sánchez hasta pasadas las segundas elecciones de junio de 2016, en las que el PSOE empeoró el que ya era el peor resultado de su historia. Entonces -ha reconocido después- le surgieron "dudas" sobre si la abstención a Rajoy podría ser "el mal menor" antes que unas terceras elecciones, aunque reconoció que no llegó a transmitir esta impresión a los órganos del partido hasta que el 1 de octubre Sánchez dimite.

Con el encargo de la Gestora de mantener el "tipo" del grupo parlamentario en esta etapa de interinidad, ha cumplido con las directrices que le marcaba la dirección del PSOE pero se ha mantenido públicamente al margen de la vida orgánica del partido, y tampoco se ha posicionado a favor de ninguno de los tres candidatos. Se avecina ahora una profunda y dolorosa renovación en el grupo parlamentario que, con toda seguridad, no afectará sólo a la figura de Hernando, sino también al portavoz en el Senado, el asturiano Vicente Álvarez Areces.

También se da por segura la marcha del secretario general del grupo parlamentario, Miguel Ángel Heredia, persona cercana a la gran derrotada de las primarias socialistas, la presidenta andaluza, Susana Díaz.

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