El líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante su intervención este miércoles en el Congreso de los Diputados
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante su intervención este miércoles en el Congreso de los Diputados - EFE

La ambigüedad de Podemos en el desafío soberanista rompe la unidad interna del partido

La dirección estatal no tiene una posición clara, mientras que Podemos Cataluña, los anticapitalistas y En Marea se posicionan a favor del referéndum unilateral

Madrid Actualizado: Guardar
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El debate territorial y el independentismo catalán siempre han mantenido a Podemos en una suerte de indefinición. Pero ahora, la propuesta de referéndum unilateral de Junts Pel Sí en Cataluña ha supuesto un refuerzo mayor que nunca del discurso ambiguo de la formación, después de que el PP constatara y pusiera en el centro de su propio discurso el hecho de que el referéndum unilateral supondría la ruptura definitiva del principio de soberanía nacional.

Hasta en tres ocasiones el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le preguntó a Pablo Iglesias en el debate de la moción de censura de este martes sobre la cuestión de la soberanía nacional y su situación en caso de celebrarse el referéndum unilateral en Cataluña.

También fueron tres las veces que el líder de Podemos se negó a contestar sobre el tema en cuestión. «¿Cree en la soberanía nacional o tenemos que suprimirla?», le preguntó Rajoy. Pero no recibió una respuesta clara de Iglesias, que se refugió bajo recomendaciones de lecturas de Jordi Solé Tura y Herrero de Miñón.

La deriva argumental del partido sobre cuestiones como la soberanía y la plurinacionalidad cuenta con varias etapas y momentos que se remontan a las primeras elecciones generales a las que concurrieron, en 2015. Otros partidos ya habían acusado a Podemos de ser ambiguo en ciertos temas controvertidos como estrategia para no perder electores, pero con el referéndum unilateral fijado en el calendario y tras conocerse las maniobras de la Generalitat con la denominada Ley de Transitoriedad Jurídica, la ambigüedad podría perder su posible utilidad a medida que se suceden los días.

La falta de claridad de Podemos ha terminado por romper la unidad entre la dirección estatal, las direcciones territoriales, las confluencias y algunos liderazgos internos. La corriente anticapitalista, que logró aumentar su poder en las estructuras de la formación al lograr entrar en la Ejecutiva tras la celebración de Vistalegre II, dio a conocer hace unos días un comunicado en el que se desmaracaba de Iglesias apoyando la consulta unilateral que quiere celebrar Puigdemont.«Apoyamos el referéndum del 1 de octubre, y llamamos a toda la izquierda del Estado español a organizar la solidaridad con los derechos democráticos del pueblo catalán», manifestaba el líder anticapitalista, Miguel Urbán.

A nivel territorial, Podemos Cataluña también se negó a esperar la salida de la ambigüedad de la dirección estatal y, tas una consulta en la que participaron 1.000 inscritos, el secretario general del partido en la Comunidad, Albano Dante Fachín, anunció su apoyo al referéndum «como un acto de movilización cívica», aunque una parte de las bases de la organización autonómica votaron apoyar al referéndum sin cortapisas, con todas sus consecuencias e implicaciones.

A la postura de los anticapitalistas y de Podemos Cataluña también se suma En Marea, la confluencia gallega de la formación. Su portavoz, Luís Villares, se manifestó a favor de la celebración de un referéndum unilateral, «dada la cerrazón del Estado». «Tanto las exigencias derivadas de la plurinacionalidad como las derivadas del carácter democrático del Estado deberían generar por sí solas la inercia de no intentar demonizar estas consultas, sino de auspiciarlas», aseguró Villares.

Confusión entre los independentistas

Esta ambigüedad también ha terminado por hacer saltar las alarmas de sus propios socios indpendentistas. En su intervención en el debate de la moción de censura, la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Marian Beitialarrangoitia, manifestó que «la principal incógnita que se nos plantea ante la postura de Unidos Podemos-En Común Podem-En Marea es cómo piensan ustedes democratizar el Estado para que su defensa de la plurinacionalidad que hoy han manifestado, del derecho a decidir, se pueda llevar a la práctica». La postura del PDECat fue diferente, aunque con la intención de buscar también la salida del maniqueísmo de los populistas. Su portavoz, Carles Campuzano, pidió a Iglesias que no «dejen solo» a Puigdemont en las decisiones que tome la Generalitat en los próximos meses.

Una de las primeras referencias de Podemos sobre la cuestión se produjo tras conocer los resultados de las elecciones generales de diciembre de 2015. En ese momento, el líder del partido declaró que los comicios «han dejado claro que nuestro país es plurinacional». La posición de la formación se hizo más clara cuando Iglesias supeditó, unos días después, su apoyo a un posible gobierno de Pedro Sánchez con la condición de que el PSOE aceptase la celebración del referéndum.

Sin embargo, la propuesta unilateral de Junts Pel Sí en Cataluña supuso un cambio en el discurso de Podemos, después de que el PP constatara y pusiera en el centro de su propio discurso el hecho de que el referéndum unilateral supondría la ruptura definitiva del principio de soberanía nacional. La tensión que ha cobrado en las últimas semanas el desafío soberanista ha obligado a posicionarse a todos los partidos. Incluso tuvo su propio rol en las primarias del PSOE, donde los candidatos incluyeron diferentes propuestas en sus programas y discursos. Sánchez flirteó con la “nación de naciones” en varias ocasiones, aunque tras resultar elegido mantuvo una conversación con Rajoy para manifestarle su apoyo ante cualquier desafío a la soberania. Por su parte, el portavoz socialista en el Congreso, José Luis Ábalos, volvíó a reiterar durante la moción el rechazo del PSOE al referéndum y a las posiciones independentistas.

El capítulo de la soberanía en el debate de la moción es el último de la ambigüedad de Podemos, en el que quedó demostrado que sin una posición clara no se puede hacer una defensa a la altura de la de los partidos que se han decantado por una opción concreta. Contestar a la pregunta de Rajoy sobre la supresión de la soberanía nacional supondría admitir su existencia y, por lo tanto, negar de facto un referéndum unilateral, o negarla y afrontar las consecuencias de ello. En Podemos, de momento, prefieren esperar, aunque no todos están de acuerdo con la postura de Iglesias.

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