El expresidente del Congreso Patxi López
El expresidente del Congreso Patxi López - ABC

La abstención nacionalista, una opción reiterada en las investiduras

Tanto los nacionalistas vascos como los catalanes han hecho uso de la abstención en varias elecciones de presidente

Madrid Actualizado: Guardar
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La abstención de los nacionalistas tampoco es nada extraño en las investiduras, incluso con mayorías absolutas. Mariano Rajoy, por ejemplo, fue investido en diciembre de 2011 y se abstuvieron el PNV, Coalición Canaria y Amaiur. José Luis Rodríguez Zapatero resultó elegido presidente en 2008 con la abstención de CiU y el PNV, entre otros, y solo 169 votos a favor. Esos dos partidos también se abstuvieron en su elección de 2004, cuando los socios preferentes del presidente socialista eran ERC y el BNG.

Convergencia i Unió votó a favor de la legislatura de José María Aznar en sus dos legislaturas: 1996 y 2000, mientras que el PNV votó a favor en la primera y en contra en la segunda.

También Felipe González contó con el voto a favor de los nacionalistas catalanes y vascos en su última legislatura, la de 1993.

El partido de Jordi Pujol había votado siempre en contra, menos en 1982, después de las primeras elecciones que ganó el PSOE con Felipe González como candidato. Ahí se abstuvieron, lo mismo que los nacionalistas vascos. CiU había votado a favor de Leopoldo Calvo Sotelo en 1981, y se abstuvo con Adolfo Suárez, en 1979.

Con González en el poder el PNV estuvo casi siempre en la abstención durante las investiduras: en 1982, 1986 y 1989, y ya en 1993 votó a favor finalmente.

Los independentistas de ERC han sido siempre mucho más viscerales a la hora de votar la elección de un candidato a la Presidencia del Gobierno. Su posición clásica ha sido el «no», y nunca la abstención, para marcar todas las distancias posibles con el Gobierno de la Nación desde sus posiciones independentistas. Solo rompieron esa dinámica en el año 2004, cuando fueron socios prioritarios de Zapatero.

La abstención, o la ausencia, siempre ha sido la posición clásica de Bildu y sus antecesores proetarras, menos este año, cuando votaron en contra de Pedro Sánchez. Precisamente, las «ausencias» en una votación de investidura también han existido, y no solo con HB. En 1979 hubo 10, y en 1986, 16.

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