3.500 chalecos para las policías y guardias civiles

El Ministerio del Interior comprará en 2017 un total de 3.500 chalecos femeninos para la Policía Nacional y la Guardia Civil, adquisición que coincide con la demanda que en este sentido venían haciendo agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado. El departamento que ahora dirige Juan Ignacio Zoido realizará la adquisición dentro de un concurso que sacará para adquirir 5.250 unidades de esta prenda de seguridad, según ha publicado la agencia Servimedia.

La demanda de los chalecos femeninos para las policías nacionales y las guardias civiles ha sido planteada de forma reiterada por colectivos de agentes como el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). Esta situación ha llevado a que una guardia civil de Salamanca haya declarado este pasado mes de noviembre por insubordinación, después de negarse en agosto pasado a ponerse un chaleco masculino e insistir en ponerse uno femenino que había adquirido por su cuenta.

Al mismo tiempo, según los datos de Interior, entre 2012 y 2016 se han adquirido 39.500 chalecos de protección para las Fuerzas de Seguridad del Estado. En concreto, 32.681 fueron para la Policía Nacional y 5.226 para la Guardia Civil. Asimismo, dentro de esta cifra global se incluyen los 1.500 chalecos que fueron comprados para la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, cuyos agentes han sido objeto en el pasado de tiroteos y agresiones durante su labor de patrulla.

Como ya publicó ABC, la controversia en torno a los chalecos de seguridad surgió cuando se comprobó que los de «toda la vida» no tenían el mismo efecto en hombres y mujeres. «Tienen que quedar ajustados al cuerpo» para que sean «de verdad» efectivos y es «imposible» que el que se adapta a un hombre corpulento de 1,90 pueda serle útil a una mujer menuda, denunció la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) . «Tampoco se soluciona con una talla más pequeña», apunta, porque las «curvas» femeninas hacen que si estas prendas son «rectas» no «protejan» y, además, reduzcan la capacidad de movimiento para acciones como «desenfundar el arma o acceder a los grilletes». De ahí, el reclamo de que sean acordes a la fisionomía de las agentes.