Albert Rivera durante una reciente entrevista con ABC.
Albert Rivera durante una reciente entrevista con ABC. - ignacio gil

El futuro de Rivera pendiente de Mas y Rajoy

Ciudadanos convocará hoy oficialmente primarias para el 4 de julio, con la incertidumbre de saber si el líder del partido concurre a uno o a los dos comicios

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Cuenta atrás para Albert Rivera. Ciudadanos convocará un proceso de elecciones primarias para el próximo 4 de julio para elegir a sus candidatos a las elecciones generales y a las autonómicas catalanas, en el caso de que estas sean convocadas. La Ejecutiva del partido aprueba hoy los plazos de este proceso, y a Rivera se le acaba el tiempo para decidir si se presenta o no a los comicios que Artur Mas ha anunciado para el 27 de septiembre.

Y es que nadie duda de que el candidato a la presidencia del Gobierno será Rivera, pese a que el discurso oficial se esfuerza en recordar que el partido tiene que celebrar primarias para elegir a sus candidatos. Uno de los objetivos que tenía el partido en las recientes eleccciones era seguir construyendo el partido y dotar a la formación de más líderes a lo largo del país.

Al contrario que sucede en el resto de partidos políticos, en Ciudadanos la cuestión del liderazgo no es un problema. El liderazgo de Rivera es incuestionable. Por eso es casi imposible encontrar entre los dirigentes de la formación y sus cuadros medios alguien que se desvíe una coma del discurso oficial. «Albert y su gente más cercana tienen que tomar una decisión y a partir de ahí empezaremos a funcionar», señala un dirigente de la formación. Nadie se imagina a ningún miembro del partido compitiendo contra Rivera. En Ciudadanos, de momento, no hay corrientes internas. A los cuestionamientos de si el partido sufre «Riveradependencia», se tira de tópico. «Preferimos un líder fuerte a uno que se esconde tras un plasma».

Pero más allá de la ausencia de confrontaciones, sí existen dos visiones de cómo debería resolver Rivera su dilema. Según se aproximaba el 24-M cada vez eran más voces las que dentro del partido apostaban porque el presidente se centrase en la carrera de las elecciones generales. Había confianza en la fuerza que la marca podía inspirar por si misma, y el propio Rivera parecía dejarlo entrever cuando afirmaba que «la misión de un líder es encontrar nuevos líderes». ¿Los ha encontrado? Ciertamente la visibilidad mediática de otros miembros del partido se ha incrementado en los últimos tiempos. Uno de los principales objetivos del partido era reforzar su fuerza institucional en Cataluña, hasta ahora solo circunscrita a sus nueve diputados en el parlamento de Cataluña. En ese objetivo el partido otorgó un papel privilegiado a tres personas durante la campaña: el eurodiputado Juan Carlos Girauta y los diputados Carlos Carrizosa e Inés Arrimadas. Es a esta última a quién se dirigen todas las miradas cuando se imagina una candidatura en Cataluña sin Albert Rivera. Solo empezar a comentar esa posibilidad desata un punto de nerviosismo. «Aunque no fuera el candidato se le vería mucho en campaña. Sigue siendo el líder del partido», apunta un miembro de la dirección.

La lectura de las elecciones municipales y auntonómicas que muchos hacen se centra en que el partido venía prácticamente de cero. Pero no se oculta que se han quedado algo por debajo de las expectativas. En las plazas en las que más se ha notado ha sido en las grandes ciudades, donde han sido ámpliamente superados por las candidaturas de unidad popular en las que se integra Podemos, con cabezas de lista muy populares. Y es ahí donde entran quienes siempre han pensado que lo mejor es que Rivera se presente también a las catalanas, para pelear con todas las garantías en caso de que una candidatura como la de Barcelona en Común que ha liderado Ada Colau en la capital pueda plantearse a nivel autonómico.

Con las últimas encuestas apuntando al desgaste de CIU y situando a Ciudadanos a la zaga de ERC, a punto de convertirse en la segunda fuerza política, muchos dirigentes creen que sería bueno presentar «el mejor resultado posible de cara a las generales». Poder presentarse ante los españoles como el principal partido anti independentista de Cataluña. Las encuestas le otorgan más apoyo que a PSC y PP juntos. La parte negativa es el desgaste personal que pueden suponer dos campañas tan seguidas para Rivera, pero especialmente el coste político de presentarse a unas elecciones con intención de dejar el escaño a las pocas semanas para dedicarse a la campaña de las generales.

Sin embargo, en el partido prima la cautela. Las elecciones están anunciadas pero no convocadas para el 27-S. Para cumplir con ese calendario, Mas tendría hasta el 3 de agosto para realizar la convocatoria. Por lo que el partido cuenta con que es posible que vaya a iniciarse ese proceso de primarias sin que se produzca la convocatoria. Cuenta incluso con que esta no se produzca. «De Mas ya nos lo esperamos todo». También puede condicionar la decisión si se conoce pronto la fecha de las elecciones generales. En una semanas Ciudadanos decidirá su alineación para esos dos partidos, y si Rivera capitanea al equipo en esas dos finales.

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