El AVE en España
El AVE en España - ABC / MINISTERIO DE FOMENTO

Rechazo generalizado al «frenazo» del AVE como medida electoral de ahorro

Regidores de capitales con y sin alta velocidad se oponen a la propuesta de Ciudadanos

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Ciudadanos, el partido de moda, presenta este martes la segunda parte de su programa después de dar a conocer su propuesta más polémica, el «frenazo» a la alta velocidad por considerar que es un despilfarro. «Vamos a detener el programa del AVE», aseguró tajante Luis Garicano, el profesor de la London School of Economics y consejero de Albert Rivera, en una entrevista a ABC. Y eso que los servicios AVE ganaron el año pasado 9 millones de euros, consolidando la tendencia hacia la rentabilidad. Son datos que Renfe hizo públicos ayer.

ABC ha consultado a varios alcaldes de las regiones que podrían verse afectadas por el parón si el partido de Rivera logra condicionar mayorías parlamentarias tanto en autonomías como en el Gobierno de la nación, y todos coinciden en valorarlo negativamente; también regidores de aquellas ciudades a las que ya llegó la alta velocidad.

Consideran que, más allá del debate sobre el gasto, frenar obras que se ha demostrado vertebran el territorio y aportan PIB influiría negativamente en sus economías.

El rechazo es de todo color político, como prueba la coincidencia del alcalde de Bilbao, el peneuvista Ibón Areso, con el de Burgos, Javier Lacalle, del PP. Areso es contundente: «Bilbao ya está perjudicada por la ausencia del AVE, en el sentido de que resta competitividad. Si no hubiese en muchos sitios de España, no nos molestaría tanto. Nuestro turismo es de fin de semana y puentes cortos, por lo que resulta fundamental». A su juicio, es importante en tres aspectos: «Nos uniría con toda la Península Ibérica, especialmente con Madrid y el Mediterráneo. También con Europa. La Y vasca nos pone a 35 minutos de Vitoria y San Sebastián».

Piden «sentido común»

El alcalde de Burgos, Javier Lacalle, del PP, es también rotundo: «Parar el AVE en Burgos (a esa ciudad está previsto que llegue este año) sería un monumento al absurdo». Aunque se «revise» algún proyecto, la conexión de Burgos con la frontera debe ser «prioritaria». En su opinión, debería haber sido de las primeras en ejecutarse y, 25 años después del primer AVE Madrid-Sevilla no puede darse ahora una «doble penalización»: retraso y trazado incompleto. Lacalle reclama a Ciudadanos «sentido común» en sus propuestas e insiste en que paralizar el proyecto supondría «cercenar el desarrollo y el futuro de Burgos para las próximas décadas».

Otras grandes perjudicadas de ese hipotético «parón» serían las capitales gallegas. El primer edil de Santiago de Compostela, Agustín Hernández, lo tiene claro: «No podemos perder la oportunidad histórica que supone estar conectada con Madrid en menos de tres horas. Cualquier propuesta que pretenda paralizar el AVE es una propuesta contra los intereses de Santiago y de Galicia». Hernández cree que «seríamos una ciudad menos competitiva desde muchos puntos de vista: turismo, relaciones comerciales y empresariales, accesibilidad, movilidad ciudadana... Es, sencillamente, implanteable (...) Provocaría una España hemipléjica. Es muy fácil criticar el AVE desde una comunidad que cuenta con él desde hace casi una década», dice el regidor santiagués en alusión al origen catalán de Albert Rivera.

Lo mismo que el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, quien avisa: «Bastante castigo ha sido que Galicia haya tenido que esperar más de 25 años con respecto a otras comunidades para que ahora que está tan cerca se siembren dudas sobre su necesidad (...) Hay asuntos que deberían estar por encima de las demagogias electorales, de los intereses partidistas y de ocurrencias. El bienestar de los gallegos, el desarrollo económico y el progreso de Galicia no admiten estos juegos malabares».

Oposición catalana

Pero ni siquiera en Cataluña la propuesta de frenar el AVE tiene eco. Ángel Ros, el alcalde socialista de Lérida, es rotundo: «Es una propuesta demagógica. Un país como España, tan dependiente del turismo, no puede renunciar al AVE. Es un factor de competitividad esencial. Entiendo que se pueda replantear el futuro de algunos trayectos que no sean en absoluto rentables, pero plantearlo de manera genérica no es adecuado». Por contra, el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, que cree que debe primar el criterio de rentabilidad, concluye: «Que llegue el tren donde haya gente que lo quiera y lo pueda utilizar y que genere riqueza».

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, cree que para su ciudad «fue una oportunidad que llegó en el peor momento de la crisis económica y nos ha permitido estimular la demanda cruzada con Madrid y acceder a mercados lejanos, con especial énfasis en los que presentan un potencial crecimiento de turistas».

Desde Andalucía, las dos capitales que más reclaman el AVE, que pasó de largo hace 25 años, Huelva y Almería, lo tienen claro. Pedro Rodríguez, el alcalde onubense del PP, dice que no teme el «parón» que promueve Ciudadanos porque el Gobierno de Mariano Rajoy ha mostrado su compromiso con la Alta Velocidad para Huelva y confío plenamente en que se hará». «Francamente», añadió, «no creo que eso vaya a ocurrir. He leído que algunos nuevos partidos proponen dejar de invertir en el AVE. No estoy de acuerdo porque las buenas comunicaciones son esenciales para nuestro futuro».

Similar opinión maneja el edil de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador. «El gran cambio de la Almería del siglo XIX fue la llegada del tren, pues supuso el fin de un aislamiento geográfico secular. Y para la Almería del siglo XXI la llegada del AVE supondrá otro salto cualitativo». Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, cree que «no se trata de frenar sino de ir al ritmo lógico». Algo en lo que hace hincapié Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza. Cree que se ha invertido muy rápido cuando «llevamos siete años de grandes dificultades económicas que nos obligan a endeudarnos para financiar las grandes inversiones, que nos hipotecan con programas plurianuales, y obligan a subvencionarlas para mantenerlas operativas». Sin embargo, el primer edil salmantino, Alfonso Fernández Mañueco apunta a un «error monumental». «Quien ha planteado esta propuesta tiene una falta de visión para articular España», señala.

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