Samantha Vallejo-Nágera posa con su colorido equipo de chicas
Samantha Vallejo-Nágera posa con su colorido equipo de chicas - ISABEL PERMUY
EN LOS FOGONES CON SAMANTHA VALLEJO-NÁGERA

La alta cocina también tiene nombre de mujer

Chef, empresaria, jurado de «Masterchef», mujer y madre, Samantha Vallejo-Nágera abre las puertas de su cocina a ABC y nos presenta a su equipo de chicas

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«En mi casa siempre se ha comido muy bien y a mí de pequeña me gustaba comer, probar cosas, como hemos viajado mucho podía probar muchas cosas, especialmente quesos, ensaladas, arroces y pastas pero, a la cocina profesional, llegué por casualidad», así empieza Samantha Vallejo-Nágera a desvelar el secreto de su éxito, un éxito que empezó a gestarse «por una apuesta con el dueño de un restaurante» cuando tenía 18 años. En ese momento descubrió una pasión oculta a la que acabó dedicándose «después de formarme en varios restaurantes y en la Escuela de Cocina en Francia».

Aunque con «Masterchef», que acaba de estrenar su cuarta temporada, le llegó la fama, esta enérgica cocinera, empresaria, madre y mujer se ha labrado su presente y su futuro con tesón y mucho trabajo desde aquella primera cena para diez personas después de volver a Madrid y escribir una carta «hecha por mí, con fotos, muy divertida», a toda la gente que conocía que pudiese dar una cena en su casa para diez o más personas.

Esto fue en el 95 cuando el catering en España no iba más allá de los «típicos bodas y eventos carcas» y llegó ella con ideas nuevas de Nueva York, con sushi, camareros guapos vestidos de negro»...

«Estoy en un momento fenomenal con un gran equipo, mi familia, mi deporte...»

De esa primera cena para diez personas pasó a una de 50, que luego se convertirían en 100 y todo con ella misma «cocinando, cargando la furgoneta, montándolo todo» ha pasado a «dos naves industriales, 10 furgonetas, 40 empleados» y totalmente volcada en su nueva web – samanthavallejonagera.com– en la que refleja «todas mis pasiones y locuras, más allá de la cocina», con sus propios vídeos, sus experiencias más personales así como #downaddicts, un apartado dedicado al síndrome de Down inspirado en su hijo Roscón. «Espero que sirva de ayuda a muchas mujeres», confiesa.

La clave de su éxito en tantas facetas es su gente y la confianza que tiene en ellos, «yo hablo con ellos, les dirijo y les guío. Son en quien confío para que todo salga bien y evoluciono con ellos» aunque por supuesto no es la que manda en todo y le gusta evolucionar con su personal que «me enseña tantas cosas a mí como yo les enseño a ellos de mi estilo», desvela.

«No soy una , soy una persona normal pero que confío mucho en mis chicas»

«No soy superwoman ni nada por el estilo, soy una persona normal pero que confío mucho en mis chicas, en mi gente». Aunque veces tiene un poquito de estrés, confiesa «ahora estoy fenomenal, con un gran equipo, mi familia y mi deporte matinal, que lo necesito para sentirme bien». La clave de todo es saber dirigir, «es como un tetris en el que se encajan las piezas a diario con la ayuda de mi teléfono y los calendarios que se sincronizan, voy en moto…». Además, hacer deporte es muy importante porque «yo tengo muchísima energía, soy una persona activa, me gusta moverme, conocer gente, ir a sitios… me gusta estar siempre haciendo algo» explica mientras revisa las pruebas de unas fotografías que le trae una de las mujeres que trabaja en su equipo.

Su faceta familiar sale a relucir cuando habla de sus hijos. «El nacimiento de Roscón, con síndrome de Down, fue un momento importantísimo, me cambió la vida. La maternidad me ha hecho evolucionar muchísimo y Roscón más». A su lado, pero en un segundo plano, su marido, «al que nadie conoce ni nadie le vepero está siempre ahí». Su faceta de personaje televisivo no le hacía especial ilusión pero entendía que era parte de su desarrollo profesional y «me apoya, me quiere, me da una independencia total» y que cada día «me espera en casa despierto, me ayuda muchísimo con los niños y, cuando pasas mucho tiempo fuera, tener un padre que se ocupa de sus hijos es una garantía de familia».

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