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Rajoy, en el último mitin de campaña del PP - ÁNGEL DE ANTONIO

El PP clama por el «voto útil» contra el cambio «a peor»

Rajoy llama a «no dividirse» para frenar políticas que pueden parar la recuperación

MADRID Actualizado: Guardar
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Bajo la sombra del Brexit; así ha terminado la campaña electoral de los populares. Rajoy completó una meteórica jornada que comenzó con una declaración institucional por el resultado del referéndum británico -en su papel de presidente en funciones-, y siguió el resto del día con el «traje» de candidato. Primero, comida en Teruel, después mitin en Valencia, entrevista televisiva y cierre de campaña en la madrileña plaza de Colón, bajo la bandera gigante de España que ondeaba como nunca. Una agenda tan apretada que el cabeza de lista popular casi no llega: al mitin madrileño de cierre lo hizo pasadas las 23.00 horas.

Varios miles de personas hacían cola desde horas antes de iniciarse el acto para coger sitio, en un acto que contó con 4.500 invitados.

«El Pulpo» amenizó la velada -lo que incluyó poner a «pinchar» discos y a bailar a los vicesecretarios Pablo Casado y Fernando Martínez-Maillo y a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría- mientras el presidente llegaba a una plaza abarrotada de público.

Como «telonera», la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que alargaba su discurso a la espera del presidente, presumía de sus políticas -como el abono joven de transporte a 20 euros- y recordaba que en Madrid «160.000 parados lo van a seguir siendo porque Podemos ha suspendido operaciones que suponían grandes inversiones solo por prejuicios ideológicos».

El voto útil y no dividir

Tras Cifuentes, llegó el turno de María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, Que insistió en los esfuerzos que su partido ha realizado en la pasada legislatura 2011-2015 por sacar a España de la profunda crisis en que se encontraba. Recordó que el voto «es fundamental y cada uno cuenta», y también que los apoyos a Ciudadanos «no han servido para nada». Pidió «no fragmentar el voto» y llevar todos los sufragios moderados al PP.

Y tras las mujeres «pesos pesados» en el partido, habló el candidato Rajoy. En su discurso, recordó que las encuestas demoscópicas apuntan a que el PP será el partido más votado, y que el segundo será Unidos Podemos; y esto último le parece «lo peor que le puede pasar a nuestro país». Criticó la gestión de estos nuevos gobiernos en ciudades como Madrid y Barcelona. Y fue muy claro en su planteamiento principal: la ley electoral perjudica a quienes están divididos y beneficia a quienes van unidos.

Rajoy siguió las líneas argumentales de los discursos que ha venido pronunciando por toda España. Como el coraje que fue necesario para tomar algunas decisiones muy difíciles durante el largo gobierno de la crisis, recordó. O la recuperación económica que se ha iniciado, frenando la sangría del paro: «Ese es el cambio en el que hay que perseverar estos cuatro años».

Habló, cómo no, del Brexit, una de las decisiones «más tristes», dijo. En este momento, añadió, hace falta un gobierno fuerte, y «no es momento para hacer prácticas, sino para que gente que se lo sepa coja el toro por los cuernos».

El líder confesó ayer que «a lo mejor nos han faltado dos días de campaña, pero tengo la sensación de que nos va a ir bien». Por eso pidió por última vez: «Apuesten ustedes, como han hecho los otros, por la unidad».

A lo largo de toda la campaña, el candidato popular apenas se ha referido a los socialistas durante estos 15 días, salvo para recordarles su propuesta -que sigue en pie- de acordar una gran coalición poselectoral que dote a España de un gobierno fuerte y capaz de sacar adelante reformas de calado.

Hacia Ciudadanos, la actitud de Rajoy ha ido variando, agriándose claramente a partir del debate por la actitud tan hostil que manifestó Albert Rivera hacia el líder popular. Desde ese momento, en los mítines se recordó insistentemente el pacto que alcanzaron la formación naranja y los socialistas, e incluso en algún caso Rajoy llegó a reunir en un mismo tripartito a Podemos, PSOE y C’s como posibilidad de gobierno alternativa al PP.

Más adelante, Rajoy ha terminado señalando directamente la inutilidad del voto a Ciudadanos. El candidato popular ha llegado a recordar que en 26 provincias españolas, el 20-D el voto a C’s «no sirvió para nada», ya que no se tradujo en escaños y le restó apoyos al PP, lo que llevó a Podemos a ganar diputados. El círculo se cerró cuando, en uno de sus últimos vídeos electorales, desde el PP se invitaba a Albert Rivera a votar al PP para no dividir el voto. Entre los dirigentes del PP son mayoría los que creen que esta estrategia ha calado, y la recuperación de votos procedentes de Ciudadanos «está ahí»

«El miedo lo das tú solito»

Pero el auténtico adversario contra el que ha combatido duramente el PP en esta campaña ha sido Podemos. La campaña ha quedado claramente polarizada entre estas dos formaciones: o se elige al PP, o -como decía siempre Rajoy- a «extremistas y radicales». La ofensiva arreció, y ayer, último día de campaña, fueron dos los vídeos del PP que tuvieron directamente como protagonista a Pablo Iglesias y algunas de sus expresiones más radicales, acompañados de la frase: «Querido Pablo, dices que usamos la estrategia del miedo. No hace falta, el miedo ya lo das tú solito».

En el PP son conscientes de que la unión de Podemos y de Izquierda Unida -el llamado «pacto del botellín»- va a reportarle muchos beneficios a esta formación, que se traducirán en escaños: el efecto de esta concentración de votos multiplicará sus resultados respecto al 20-D. Es, justamente, la misma concentración de apoyos que el PP pide en el espectro ideológico moderado.

Pero lo cierto es que el PP llega al fin de la campaña rodeado de incertidumbre sobre los resultados. La participación puede ser clave. Algunos analistas indican que existe la posibilidad de que el PP se recupere algo en porcentaje de votos, pero sin embargo esto no se traduzca en un incremento de los escaños que consiga.

Los populares están satisfechos de cómo han resuelto esta campaña, que no era fácil por el cansancio de la gente, tras seis meses continuados de actividad política desde el 20-D.El candidato ha sido bien recibido en las calles; no obstante, los actos no han estado exentos de incidentes menores: ha habido manifestantes de la Plataforma Antidesahucios, contra la corrupción, y hasta una protesta de activistas prosaharauis. .

Apoyo al mundo rural

Otra particularidad de estas dos intenas semanas ha sido el hincapié que ha hecho el líder popular en el mundo rural. Ha visitado fincas de alcachofas, explotaciones ganaderas, fábricas de quesos y decenas de pequeñas localidades -la última, Santa Olalla del Cala, en Huelva, de solo 2.000 habitantes-. Su objetivo ha sido uno: atraer el voto del mundo rural, el eterno olvidado de los programas políticos. Rajoy ha destacado la importancia que ha tenido el sector agrícola para la recuperación económica española. A partir del lunes, será la hora de los pactos. Dependiendo de cómo sean los resultados, el PP se plantea varias alternativas.

El mejor escenario para ellos pasa por alcanzar unos resultados que le permitieran gobernar con el único apoyo de Ciudadanos. Rajoy se muestra partidario de un gran pacto con el PSOE, a la manera del que funciona en Alemania, que podría ir desde compartir gobierno con ellos hasta solo un pacto de investidura. Si tampoco esta opción es posible, está dispuesto a gobernar en solitario, pero para ello necesita que le dejen PSOE y C’s. Al menos, deberá contar con su abstención.

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