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Iglesias impone sus reglas al PSOE y le avisa de que si no las acepta, estará entregando el gobierno al PP

El líder de Podemos asegura que «ni por activa ni por pasiva permitirá que gobierne Mariano Rajoy», pero no aclara si dará su apoyo a otro candidato

El candidato cree que a su partido le ha «faltado una semana y un debate» esta campaña

Avisa al resto de fuerzas políticas: «El referéndum en Cataluña es imprescindible»

Madrid Actualizado: Guardar
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Con 69 diputados y algo más de un 20 por ciento de los votos, Podemos irrumpió anoche como tercera fuerza en el Congreso de los Diputados. No hubo «sorpasso» al PSOE, pero se quedó a poco más de 300 mil votos de los socialistas y consumó su remontada, ganando peso en regiones históricas frente a los nacionalistas. Y puede ser determinante a la hora de facilitar gobiernos.

En el Teatro Goya, cuartel general de Podemos en la noche electoral, Pablo Iglesias ha comparecido ante la prensa para valorar los resultados, sin rastro del tono calmado y amable que defendía durante la campaña. Mucho más serio, y definiéndose a sí mismo como un «estadista», ha asegurado que «no es el momento de hablar de investiduras», sino que «toca hablar de España».

El líder de Podemos ha dicho que iniciará contactos con «todas las fuerzas políticas con luz y taquígrafos» y que les pedirá «altura de Estado» sobre seis acuerdos de reforma constitucional: el blindaje de los derechos sociales, incluir los revocatorios por incumplimiento de programa a mitad de mandato en la Carta Magna, una reforma del sistema electoral, el reconocimiento del derecho a decidir, asegurar la independencia del Poder Judicial y poner fin a las puertas giratorias.

Pese a que en campaña basó su discurso en asegurar que si no quedaba por encima del PSOE, sería muy difícil que éste virara hacia los acuerdos que Podemos proponía, ahora, con 11 diputados menos que los socialistas, pretende insistir en que es el partido de Pedro Sánchez quien tiene que aceptar su hoja programática o, de lo contrario, estará «entregando el gobierno al PP».

Iglesias ha sacado pecho de sus resultados y ha puesto el acento en aquellas regiones en las que Podemos ha adelantado al PSOE y en el hecho de que los socialistas han perdido seis millones de votos. «Todos debemos reflexionar pero especialmente los partidos viejos», ha señalado.

Aunque ha evitado calificar como líneas rojas su hoja de ruta programática —«no son propuestas de máximos, responden a consensos de la ciudadanía», se ha enrocado—, sí ha señalado que son «imprescindibles» y ha advertido de que «España es un país diverso y plurinacional» y, «o se entiende eso, o se está entregando el Gobierno a Mariano Rajoy». Incluso ha dicho a los socialistas que si no aceptan sus condiciones, lo que estarán diciendo es que «tiene que haber una gran coalición».

Iglesias ha explicado, con mucha más claridad de lo que lo hizo la noche electoral, que el referéndum en Cataluña es «imprescindible» para alcanzar acuerdos. «No queremos que Cataluña se vaya de España, pero precisamente porque defendemos el derecho a decicir podemos garantizar la unidad de nuestro país».

Incluso ha amenzado con que si «las fuerzas del inmovilismo fuerzan» que tengan que repetirse las elecciones generales, Podemos lo aceptará «encantado». «Cada vez que hay elecciones las fuerzas del cambio avanzan», ha advertido a sus adversarios.

Iglesias ha sido muy claro, eso sí, en su idea de votar en contra de la investidura de cualquier candidato del PP: «Ni por activa ni por pasiva Podemos va a permitir que gobierne el PP», pero no lo ha sido a la hora de determinar si dará su apoyo a Pedro Sánchez para evitar que Mariano Rajoy se convierta de nuevo en jefe del Ejecutivo. «Lo que estamos planteando es que si el PSOE no entiende que España es diversa y se 'bunkeriza' en el pasado, entonces están entregando el gobierno al PP», ha repetido.

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