Obama culpa a los republicanos de crear el fenómeno Trump

«Él sólo continúa lo que otros empezaron». Con esta frase el presidente Obama señaló a los responsables del Partido Republicano como culpables de la creación del fenómeno Trump. Una forma de salir al paso de quienes argumentan que su falta de habilidad política para el consenso bipartidista ha contribuido a generar el sentimiento antipolítico y antiestablishment que ahora canaliza el millonario en las urnas. Con ironía, Obama calificó de «original» esta teoría, y para desmontarla recordó que él ya sufrió en sus carnes la persecución del propio Trump, quien hace unos años, desde su propio «reality show» televisivo, puso en duda su condición de estadounidense: «Yo ya tuve que mostrar mi certificado de nacimiento».

Las declaraciones de Obama, tras su reunión con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, entran de lleno en el debate nacional del momento: cómo se ha llegado a que Donald Trump, un millonario malencarado y de discurso populista, sea hoy el favorito a la nominación republicana, y quién sabe si futuro presidente de EE.UU.

Antipolítico

Para explicarlo hay dos teorías, que para muchos son dos caras de la misma moneda: la creciente radicalización del Partido Republicano y su bloqueo permanente de las iniciativas del presidente Obama, que ha llevado a la parálisis de multitud de iniciativas, y la incapacidad política de este último de atraerse a la formación conservadora, que hoy domina las dos cámaras legislativas del Congreso. Como resultado, no sólo la campaña de Trump, sino también la de su principal competidor en la carrera, Ted Cruz, a pesar de ser senador, centran su principal denuncia en culpabilizar a «Washington», símbolo de sus proclamas contra los políticos. Un mensaje triunfante que está dejando sin opciones a todo aquel que puede representar al establishment republicano: Jeb Bush, Marco Rubio o John Kasich.

A los dos «outsiders» aludió Obama al aseverar que Trump y Cruz «representan la misma cosa» en materia de inmigración y contribuyen a que la campaña republicana parezca un «circo». Una visión que contrasta con la buena impresión que le está causando la disputa demócrata. Además de valorar que el votante de su partido «se está comportando adecuadamente», calificó de «buena conversación» el intercambio de puntos de vista que han protagonizado Hillary Clinton y Bernie Sanders en los ocho debates celebrados hasta ahora. Como es sabido, Obama ha evitado dar su apoyo expreso a uno de los dos, aunque ha sugerido que su exsecretaria de Estado garantizaría mejor su legado.