«No tiene sentido vincular pensiones a una ‘‘tasa Google’’»

Entrevista con Josep Piqué, exministro y portavoz del Gobierno

Piqué, hace unos días en Madrid. GUILLERMO NAVARRO

DANIEL CABALLERO

A Josep Piqué (Barcelona, 1955) se le nota su vocación internacional. Por eso será que Aznar le nombró ministro de Asuntos Exteriores. Sin embargo, su formación atañe más a la economía. Es doctor en esta materia y conoce los entresijos de las finanzas españolas, europeas y mundiales. De ahí que se lanzara a publicar su libro «El mundo que nos viene» (Ediciones Deusto, 2018), donde desgrana las claves de la situación mundial actual.

—Hemos conocido el freno de la economía europea. ¿Se está fraguando una nueva crisis?

—Creo que no. La economía europea el año pasado se ha comportado muy bien. Lo que sucede es que Alemania, la que está mostrando más síntomas de debilidad, está prácticamente en plena utilización de su capacidad. EE.UU. también está en plena utilización de su capacidad. A mí me preocupa más el riesgo de recalentamiento de la economía norteamericana que de la europea. Aunque es cierto que Europa es más sensible a los vientos de cola que EE.UU..

—Usted siempre ha sido crítico con la unión monetaria. ¿En qué punto se encuentra?

—Tiene un pecado original. Aunque el nombre oficial sea unión económica y monetaria, en realidad no ha sido económica. Son muchas cosas que nos llevan también a plantear el papel del Banco Central Europeo (BCE). Éste ha salvado la Unión Europea.

—¿Se podrán llevar a cabo las reformas que necesita la UE?

—Va a depender de Alemania y sus países aliados. Ahora su posición es muy reticente a avanzar en esa dirección. Como contrapeso, los europeos tenemos la suerte de que Macron está siendo muy proactivo.

—Aún está por ver cuál será la nueva City en sustitución de Londres. ¿Por qué ciudad apuesta?

—No es un tema de apuestas. La nueva City se llama Singapur.

—¿Podría alguna ciudad europea asumir el rol de Londres?

—Se abren oportunidades. Muchas empresas están disminuyendo su presencia en Reino Unido o pensando en ciudades alternativas. Tanto Fráncfort como París tienen enorme relevancia.

—Entonces, ¿descarta la opción de Madrid?

—Puede aspirar a captar una parte del negocio pero es absurdamente ilusorio que Madrid pueda sustituir a Londres, pero igual de ilusorio que pueda hacerlo Fráncfort o París.

—¿En qué punto quedará Reino Unido tras el Brexit?

—En una situación peor. Detrás del Brexit ha habido mucha mentira. Reino Unido forma parte del chascarrillo habitual en Bruselas que dice que la UE se divide entre países pequeños y los que no saben que lo son. Y Reino Unido debe tomar conciencia de que es un país pequeño.

—En la presentación de su libro dijo que nadie es imprescindible en Europa…

—Introduciría un matiz. Europa necesita de dos países: Francia y Alemania. El resto no somos imprescindibles pero eso no significa que no seamos deseables. Y España es muy deseable, sobre todo si Italia consuma su deriva antieuropeísta.

—En España, Montoro anunció un nuevo impuesto a las tecnológicas (« tasa Google ») para sostener las pensiones. ¿Significa que van a pagar las pensiones con más impuestos?

—Yo separaría las dos cosas. No tiene sentido vincular un problema estructural, el asociado a la sostenibilidad del sistema de pensiones, con la imposición de un impuesto concreto, que además no va a depender de España sino que ha de pactarse a nivel europeo. La sostenibilidad del sistema no pasa por el incremento de la presión fiscal. Hay cosas que hacer dentro del sistema: gestionar los flujos migratorios y políticas de fomento de natalidad. Sin eso no hay futuro en el sistema.

—Rajoy anunció una subida de las pensiones indexada al IPC. ¿Es esa la solución?

—En política hay que buscar un equilibrio entre exigencias sociales y lo que puede permitir la salud de las cuentas públicas. Me ha sorprendido que lo que era imposible hace unas pocas semanas, ahora pueda ser posible porque se deriva de un pacto para aprobar los Presupuestos. Ha sido una cosa que me desazona, no me tranquiliza nada.

—¿Por qué?

—Creo que el rigor y la coherencia son siempre valores muy importantes en política.

—Respecto a la situación económica en Cataluña, ¿se puede contagiar al resto de España ?

—Que Cataluña vaya mal implica necesariamente que el conjunto de la economía española queda afectada. Pero la economía española está resistiendo muy bien. Soy muy optimista en el medio plazo sobre la economía española, pero lo soy bastante menos con la economía catalana. Hay un fenómeno que aún no es perceptible: el impacto a medio plazo va a venir de la inversión, que hay una caída drástica de la inversión extranjera directa en Cataluña y una ralentización en las decisiones de inversión del sector privado. Eso no se nota en el momento pero afecta a la capacidad de crecimiento a medio plazo. Si eso no se modifica, la economía catalana va a sufrir.

—Casi 4.000 empresas han cambiado su sede de Cataluña . ¿Regresarán algún día?

—Sería deseable porque hablamos de decisiones tomadas desde una situación de excepcionalidad política. Pero ahora lo veo muy prematuro, máxime con el posicionamiento del independentismo de estos últimos días. No soy muy optimista al respecto.

—La Caixa y Sabadell son ejemplo de ello

—No hay nada más contrario al negocio bancario que la incertidumbre y riesgo excesivo. No se les puede pedir que trasladen eso a sus propios trabajadores, accionistas, depositantes… Están haciendo lo que tienen que hacer.

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