Sucursal de Veneto Banca
Sucursal de Veneto Banca - AFP
ITALIA

La increíble crisis financiera que arruinó a 200.000 familias

La quiebra de los bancos vénetos está ligada a la dudosa gestión de dos «jefes supremos» ambiciosos y carismáticos

CORRESPONSAL EN ROMA Actualizado: Guardar
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Banqueros omnipotentes, asambleas manipuladas gracias al principio de "una persona, un voto", vigilancia ausente o miope, créditos sin control… Esta es la historia, increíble hasta hace poco, de una crisis financiera que ha destruido dos bancos vénetos en la tercera economía de la Eurozona, la Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca, rescatados el domingo pasado por el Gobierno con 17.000 millones de euros de dinero público, mientras Intesa Sanpaolo pagaba el precio simbólico de un euro por hacerse con la estructura saneada de ambos bancos.

El sistema era diabólico. Hacían aumentos de capital vendiendo acciones a quienes pedían los préstamos, con lo cual la deuda se convertía en capital. A la familia Dalla Rovere, activa en la moda, la Banca Popolare di Vicenza concedió 12,5 millones pero a condición de venderle acciones por 9,9 millones.

Los datos son de una inspección del Banco Central Europeo, donde se explica cómo muchos clientes, de todas las clases, fueron embarcados en operaciones ruinosas. Es el caso del grupo de la familia de empresarios textiles Ravazzolo-Pilan, de Vicenza, que obtuvo, con un interés del 0,8 %, una financiación de 92,5 millones pero tuvieron que comprar acciones por valor de 69 millones. Así, Silvano Ravazzolo, de 74 años, reconoció que se convirtió en importante accionista, pero "con dinero que no era mío, sino de la banca". Acabó perdiendo más de 80 millones

Acciones sobrevaloradas

Muchos clientes compraron acciones a 62,50 euros cada una, en el 2014, un precio sobrevalorado, y los títulos acabaron cayendo en picado: Dos años después valían 0,10 euros, casi nada, pero el banco pretendía que los clientes pagaran las cuotas mensuales del préstamo y los intereses. Una misión imposible para quien se había arruinado. Se explica así que el nivel de créditos tóxicos de Popolare di Vicenza y Veneto Banca alcanzara un récord absoluto: A finales del 2016 los créditos deteriorados eran el 37% en ambos bancos.

Cabe destacar que el alto precio de las acciones, muy sobrevaloradas, no lo fijaba el mercado en la Bolsa. Era la banca la que hacía su propia valoración y ponía precio a las acciones, lo que era consentido por los estatutos de las grandes bancas populares no cotizadas. La Popolare di Vicenza hasta marzo 2016, con la reforma para la red de bancos populares introducida por el Gobierno Renzi, no fue una sociedad por acciones, aunque estaba considerada entre los diez primeros bancos italianos.

200.000 clientes utilizados y «tirados»

La historia de las dos últimas décadas del Popolare di Vicenza y Veneto Banca es también, en gran medida, la de los dos hombres que guiaron ambos bancos vénetos, Gianni Zonin, 78 años, y Vincenzo Consoli (68), diversos pero unidos por su extrema ambición, cierto carisma y oratoria eficaz para calentar y manipular las asambleas de los accionistas, conduciendo a la quiebra los dos bancos de una de las regiones más ricas y productivas del país. Su poder ha durado casi dos décadas porque nunca dijeron no a quien a cambio de dinero estaba dispuesto a ayudarles. Zonin (Vicenza) dejó “tirados” a 111.000 clientes; Consoli, a 88.000. La historia más sorprendente, de película, corresponde a Gianni Zonin. Lo retrata bien el industrial Silvano Ravazzolo, todavía incrédulo, quien, ante el desastre sufrido, recordaba hace poco con infinita amargura: “Hemos sido utilizados. Este es el término más apropiado: Utilizados. Pensábamos que Gianni Zonin (presidente del banco de Vicenza) fuera un buen párroco que guiaba su rebaño”.

Zonin, el doge de Venecia y rey del vino

Claramente, Zonin no era un párroco, sino un pájaro, con pretensiones de altos vuelos, gestionando dinero, poder, relaciones y alianzas creyéndose un monarca absoluto. Se hizo coleccionista de arte y de bancos. En la región italiana donde compraba viñas, intentaba que su Popolare di Vicenza se hiciera con un banco.

Lo llamaban el Doge, que en la república de Venecia era el príncipe o magistrado supremo. Gianni Zonin fue durante casi 20 años jefe absoluto de la Banca Popolare di Vicenza. Ha arruinado a miles de familias, pero él, llamado también el “rey del vino”, con 2.000 hectáreas de viñas repartidas en once fincas en Italia, se da a la buena vida. Dos días después de que el gobierno italiano decidiera salvar el Popolare di Vicenza y Veneto Banca, Gianni Zenin dedicaba la mañana a hacer compras con su mujer en la zona símbolo del lujo de Milán, la via Montenapoleone, famosa por sus tiendas de moda y joyas. Su presencia fue inmortalizada con fotos que causaron indignación en las redes sociales. El exsubsecretario de Economía, Enrico Zanetti, un veneciano de Scelta Civica, partido de centro creado por el exprimer ministro Mario Monti, hizo una reflexión seguramente compartida por casi todos los italianos: “Las fotos de Zonin en via Montenapoleone representan la imagen de un país en el que la magistratura no hace su trabajo. Por ello se podría cerrar el Tribunal de Vicenza, porque evidentemente es como si no existiera. Una vergüenza total”. Zonin, pájaro y avispado, para evitar ser embargado, ha puesto todos sus bienes a nombre de sus tres hijos. Él aparece oficialmente como “nullatenente” (pobre). Pero hay “pobres” que viven en la gloria, y miles que por su culpa cayeron al infierno. Hace solo un año, en junio 2016, Antonio Bedin, 67 años, se pegó un tiro al ver que sus ahorros de una vida, 400.000 euros en acciones, se habían reducido a 640 euros. Fue una tragedia que conmocionó el Veneto y a toda Italia, porque suscitó un clamor popular con manifestaciones de protesta.

Las campanas de alarma sobre la solidez de los dos bancos vénetos sonaron en varias ocasiones, pero la vigilancia de las instituciones no existió o fue claramente insuficiente. El Popolare di Vicenza, con Zonin creyéndose el dux, un doge veneciano, patrocinaba equipos deportivos y financiaba películas de Oscar como “La gran belleza”, de Paolo Sorrentino. Hoy Gianni Zonin podía ser el gran protagonista de una película de terror, con la región del Veneto como escenario.

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