JM NIETO

La incertidumbre política puede restar más de un punto del PIB este año

Menos crecimiento, más paro, dificultades para obtener financiación y descrédito internacional... España se juega mucho más que un gobierno

MADRID Actualizado: Guardar
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Suelen definir la economía como la ciencia triste porque se basa en analizar hechos pasados y solo en contadas ocasiones consigue predecir los futuros. Los aludidos se defienden asegurando que la evolución económica de un país no es matemática pura, sino que tiene mucho que ver con el estado de ánimo de los actores que juegan la partida. Y esto es algo que no entiende de fórmulas.

La actual situación de España es el perfecto reflejo de la importancia de las emociones en la teoría económica. Todas las variables tangibles están en positivo: el petróleo continúa muy barato (el Brent está en 34 dólares el barril), la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), amable, y Europa se mantiene flexible con los ajustes fiscales.

La gran incógnita es cuánto pesará en la ecuación la alta incertidumbre política. ¿Puede dar al traste con la ansiada recuperación que tantos esfuerzos y sacrificios ha exigido a los ciudadanos?

Pérdida de 126.000 empleos

Los economistas consultados no ofrecen una respuesta unánime, aunque sí coinciden en que una situación prolongada de interinidad tendría un coste muy elevado para el país. El estudio elaborado por el catedrático de Economía de la Universidad de Pensilvania, Jesús Fernández-Villaverde, y el director adjunto del departamento de Asuntos Monetarios de la Reserva Federal de Estados Unidos, David López, sí que desvela unas concusiones claras: «Siendo optimistas la situación política se puede comer en el entorno de 0,4 a 0,7 puntos porcentuales de PIB en los próximos trimestres, generar una subida de la prima de riesgo de la deuda pública de 70 puntos básicos frente al bono alemán a 10 años y llevar a perder algo más de 126.000 empleos». En caso de que la situación de incertidumbre se prolongue, «los efectos serían consiguientemente mayores», aseveran.

España juega, no obstante, con algunos ases en la manga. La inercia de la economía gracias a los llamados vientos de cola y a los efectos de las reformas mantendrán buena parte del crecimiento del PIB en la primera mitad de año. «Pero las previsiones de crecimiento de un 3,5% en 2016 pueden venirse abajo. Hasta el verano seguiremos creciendo con fuerza, por la inercia. Además, se prevé que el año sea bueno para el turismo y este es un sector ajeno a la política. Los extranjeros vienen por el sol, gobierne quien gobierne. Pero en el segundo semestre del año sí que se notará. En vez de crecer un 3,5% podemos hacerlo un 1,5% con absoluta facilidad», asevera José Ramón Pin Arboledas, profesor de IESE.

Consumo e inversión

Los indicadores que primero dejarán sentir el impacto serán el consumo y la inversión. Por el momento, los ciudadanos han seguido consumiendo sin restricciones y los índices de confianza, a la espera de los resultados de enero, solo han reflejado una ligera desaceleración que los expertos no relacionan con la situación política, sino con el devenir, ligeramente más modesto, de la propia economía.

Suerte bien distinta han seguido los negocios. La paralización de la inversiones es una realidad sobre la que no se arrojan dudas. «Hay dos tipos de inversiones, las de mantenimiento, que las empresas siguen haciendo impulsadas por la inercia que tiene la economía, y las de nuevo cuño. Es en este segundo modelo donde está notando mucho. Las empresas tienen paralizados los nuevos proyectos, sobre todo los destinados al mercado nacional. Los relacionados con las exportaciones sí que siguen en marcha», explica Pin Arboledas. «Hay quien dice alarmado que unas nuevas elecciones podrían llegar a costar 850 millones de euros... ¡pero eso son cacahuetes en comparación con lo que nos estamos jugando! El freno a la inversión que está suponiendo todo este tiempo de incertidumbre no es tangible ahora, pero tendrá consecuencias graves dentro de unos meses», alerta el profesor.

Se trata, en realidad, de un suma y sigue. Varios fondos extranjeros ya habían congelado a mediados del año pasado algunos de sus proyectos más significativos hasta enero con la esperanza, más tarde truncada, de que el resultado de las urnas disipase los nubarrones políticos que ya vaticinaban casi todos los analistas. «En verano ya vivíamos una situación de incertidumbre, aunque entonces era difusa y ahora es concreta», apunta Javier Díaz Giménez, profesor de Economía del IESE.

También Cataluña

Para José Manuel Amor, socio de Analistas Financieros Internacionales (Afi) encargado de asesorar a los inversores internacionales, la inquietud forma parte de su día a día desde hace meses. « Preguntan mucho por Cataluña y por los efectos que tendrían las distintas fórmulas de gobierno. El mayor temor es que finalmente haya un gobierno de izquierda radical que dé marcha atrás a algunas de las reformas puestas en marcha por el Ejecutivo de Mariano Rajoy», explica. «Una solución con uno de los dos grandes partidos junto a Ciudadanos sería bien vista por los mercados», afirma Amor.

Reforma laboral

Precisamente, la derogación de la reforma laboral es una de las promesas electorales del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que más inquietud está generando. Y no solo fuera de nuestras fronteras. Fuentes empresariales aseguran que varias compañías nacionales han empezado a negociar ERE (Expedientes de Regulación de Empleo) exprés ante la posibilidad de que finalmente se eche atrás la norma. Otras se han puesto manos a la obra con la negociación de los convenios.

Sin embargo, esta posibilidad es muy improbable en opinión de Díaz Giménez. «La nuestra es una economía intervenida. La última palabra la tiene Bruselas (Comisión Europea). Por eso, en mi opinión, no hay motivos para una preocupación fundamental. Este año está prácticamente hecho gracias a que el presupuesto está aprobado, el petróleo sigue barato y las exportaciones continúan aguantando».

Menos optimista es Pin Arboledas. «Si la actual situación se resuelve pronto y de forma razonable es posible mantener la previsión de creación de entre 600.000 y 700.000 nuevos puestos de trabajo en 2016. Pero si se tarda en formar gobierno y el resultado es una fórmula que incluye a Podemos es perfectamente factible que se destruyan 100.000 empleos».

El papel del BCE

Lo cierto es que, por el momento, las variables financieras han conseguido mantenerse al margen de la polémica. La prima de riesgo, que mantuvo al país al borde de la asfixia durante los primeros meses de Gobierno de Mariano Rajoy se sitúa ahora en el entorno de los 135 puntos básicos, apenas 20 puntos por encima de su nivel previo a las elecciones del 20 de diciembre.

«Lo que pasa es que la actuación del Banco Central Europeo anula el efecto de la prima de riesgo con respecto a Alemania. Quizá el mayor riesgo es que los inversores se decanten por comprar deuda italiana frente a la española. Actualmente ningún escenario se puede descartar», advierte Amor.

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