Juan-Velarde

Una gran depresión explicada

¿Quién ostentaba la autoridad más alta en ese periodo? He ahí una referencia que no debe hurtarse

Juan-Velarde
Madrid Actualizado: Guardar
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En el último siglo, España ha soportado dos situaciones que pueden ser calificadas como de gran depresión. La primera empieza en 1930 y, a través del caos de la II República, de la Guerra Civil, del impacto de la II Guerra Mundial y sus derivaciones llega hasta 1951. Y posteriormente, la segunda gran depresión se desarrolla de 2008 a 2014.

Lo que motivó el periodo 1930-1951 ha sido ya expuesto, de forma que hay que calificar como definitiva, por una serie de investigadores. Pero faltaba un estudio serio sobre lo que originó esa segunda gran caída, o si se prefiere, gran depresión. Por eso hay que destacar ante los españoles la importancia extraordinaria que tiene el contenido de la comparecencia del Gobernador del Banco de España, Luis M.

Linde de Castro el 12 de julio de 2007 ante la Comisión de Investigación de la Crisis financiera de España y el Programa de Asistencia Financiera, en el Congreso de los Diputados.

La importancia del documento que contiene las palabras de Linde de Castro, muestra con claridad por qué se produjo esa catástrofe en la marcha de nuestra economía. El documento expone «sobre la crisis financiera y bancaria que se produjo en España a partir de 2008, sus causas, desarrollo y resolución, con especial atención a la actuación del Banco de España».

Destaco una muestra de la magnitud de la permanencia de la crisis: «En abril de 2011, la mayoría de los organismos, el FMI, la OCDE, la Comisión Europea y el Banco de España, preveían un crecimiento para nuestra economía en torno al 0’8%, que al final de año resultó en una caída del PIB del 1’0%, el mayor error de previsión del que se tiene constancia en tiempos recientes para estas instituciones». El error de previsión también fue muy significativo en 2012: en sus previsiones de primavera de 2012, la mayoría de los organismos estimaban una caída del PIB del entorno del 1’6%, y realmente fue del 2’9%.

El haz de decisiones equivocadas queda, a partir de este documento, exhibido. En cadena, ¿quién ostentaba la autoridad más alta en ese periodo? He ahí una referencia que no debe hurtarse.

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