Estudiantes chinos salen de un centro universitario
Estudiantes chinos salen de un centro universitario - AFP

El capital chino fija su radar sobre las universidades privadas españolas

La necesidad de homologar los títulos en China está detrás del interés por algún centro en apuros económicos

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La desaceleración de China tiene en vilo a la economía mundial, aunque el flujo de inversión del gigante asiático sigue siendo uno de los más potentes de todo el planeta y está entre los más codiciados por gobiernos de todos los colores. La llegada de grandes inversores chinos a España es un fenómeno reciente, pero que ha ido creciendo año tras año a la velocidad del rayo, aprovechando las rebajas del país en tiempos de crisis y las gangas en diferentes sectores económicos, como el tecnológico, agroalimentación, logística, entretenimiento, salud e inmobiliario.

Ahora un sector más podría caer en las redes inversoras del país del dragón rojo: la educación. La diana se ha puesto en las universidades privadas españolas, una vía para lograr la codiciada homologación de los títulos después de que los jóvenes chinos concluyan sus estudios y decidan retornar a su país de origen, según fuentes consultadas por ABC.

Esta futura inversión confirma que España se está convirtiendo en un objetivo prioritario para el gigante asiático a pesar de estar lejos aún respecto al atractivo que despiertan otros países europeos entre los inversores chinos. Durante 2015 la inversión de China en nuestro país se disparó un 120%, pasando de 845 millones de euros a más de 1.880 millones. Así se refleja en el informe «Tendencias de la inversión china en Europa» elaborado por Esade, y en el que destaca que «solo en 2015, la inversión china en España fue superior a la inversión recibida en los cinco años anteriores».

Francisco Martínez Boluda, socio director del bufete Uría Menéndez en China explica que «la inversión china en España se ha multiplicado casi por tres. Se trata de inversiones claramente industriales en sectores de tecnología media, negocios agroalimentarios, logística, entretenimiento, salud y con implantación en Latinoamérica. El incremento respecto al año anterior ha sido tan grande por la operación de Urbaser. No obstante, si se compara con otros destinos de inversión en Europa son cantidades todavía modestas. Aún estamos lejos de Alemania, Reino Unido, Italia, Países Bajos y Francia», dice Martínez Boluda.

Las cifras oficiales reflejan que los inversores chinos llegan a nuestro país para quedarse. Buscan, por ejemplo, el conocimiento tecnológico en el sector de la energía renovable, especialmente la eólica, pero también el reconocimiento de marca de los productos agroalimentarios, la experiencia en el sector inmobiliario y hotelero y la ubicación privilegiada en el Mediterráneo, que goza además de unas instalaciones portuarias de calidad. Y ahora han comenzado a tantear las universidades privadas españolas. Las nuevas inversiones podrían estar mucho más relacionadas con la educación. De hecho, las mismas fuentes explican que España vive un boom de estudiantes chinos.

Más esfuerzo económico

Hay dos fenómenos paralelos que explican por qué se ha producido esa fuerte aumento de estudiantes chinos en las universidades españolas. La primera causa es la incorporación a las aulas de los descendientes de inmigrantes que han nacido en España. La segunda hay que buscarla en la descendencia de padres de jóvenes que aún residen en China, pero que están cada vez más dispuestos a hacer un esfuerzo económico mayor para que sus hijos obtengan una enseñanza superior o máster dentro de nuestras fronteras.

En las provincias del sur de China, los padres se inclinan más para que sus hijos desarrollen carreras empresariales fuera de su país y son cada vez más los que eligen España para realizar sus estudios superiores, eso sí, con la idea de volver después a casa. ¿Qué mejor negocio entonces que comprar una universidad española e impartir en ella enseñanzas superiores «made in China»?, reflexionan las fuentes consultadas por este diario.

Billetes de ida y vuelta

El problema está en que una vez realizado un máster o una carrera universitaria en España los estudiantes chinos titulados no pueden utilizarlo en su país de origen puesto que los estudios conseguidos no están homologada. Es la principal razón que argumentan las fuentes consultadas por este periódico para justificar que los inversores chinos estén a la busca y captura de alguna universidad privada española en dificultades.

«Si hasta ahora no habían comprado o invertido en universidades españolas, sí han colaborado en algun departamento de universidades españolas para atraer estudiantes chinos, que suelen ser hijos de padres adinerados», opina Liria Chen, profesora titular en la Facultad de Filología Hispánica en la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai.

Trampolín a Latinoamérica

Las mismas fuentes explican que, además, España representa para los inversores el trampolín hacia Latinoamérica, uno de los grandes frentes de negocios que tienen ahora como objetivo, la nueva tierra prometida para sus negocios. «Las universidades españolas se han transformado en incubadoras de los nuevos y futuros hombres de negocios chinos en Latinoamérica», añaden.

Cerca de 400.000 chinos salen cada año del país hacia diversos destinos del mundo para estudiar en universidades extranjeras carreras de grado o especializaciones para posgraduados. Un 1% aproximadamente lo hace en España (más de 4.000 al año) si bien en nuestro país ya son el principal contingente entre los universitarios extracomunitarios.

En China, sus universidades ocupan el puesto 39 las 200 primeras de las economías emergentes. China es la nación más representada en el ranking, mientras que cinco instituciones chinas se encuentran entre las 10 primeras, incluyendo a la Universidad de Pekín y a la Universidad Tsinghua, que ocupan los dos primeros sitios entre las instituciones chinas.

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