Una agresiva subida de tipos, posible «cisne negro» para los mercados

Una serie de agresivas subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos en 2016 es uno de los "cisnes negros", hechos altamente improbables pero no imposibles, que podrían afectar negativamente los mercados y hundir los bonos corporativos globales.

Aunque según el ensayista Nassim Taleb, que popularizó esta idea aplicada a los mercados, por definición un "cisne negro" es imposible de predecir, analistas y gestores no cejan en su empeño por tratar de anticiparse a todo lo que pueda perturbar el normal funcionamiento de los mercados.

Y así lo ha hecho un año más el banco de inversión danés Saxo Bank, cuyo economista jefe, Steen Jakobsen, detalla una decena de ideas relativamente controvertidas que podrían darle la vuelta completamente al mundo de las inversiones.

Una de ellas es la posibilidad de que l a presidenta de la Fed, Janet Yellen, asuma una postura de halcón monetario e inicie una serie de agresivas subidas de tipos, lo que provocaría una enorme ola de ventas en los principales mercados de bonos cuando las rentabilidades comiencen a subir.

El dólar sería más débil frente al euro, que podría volver a cambiarse a 1,23, mientras que, por el contrario, si la Fed sube los tipos a un ritmo inapropiadamente lento, el rublo ruso se apreciaría un 20 % frente a las divisas europea y estadounidense.

Además en 2016 el fenómeno climático de "El Niño" puede ser el más fuerte que se haya registrado nunca y provocar escasez de humedad en muchas áreas del sudeste asiático y sequías en Australia, lo que reduciría la oferta de materias primas, dispararía los precios agrícolas y añadiría una presión inflacionaria "muy necesaria".

Otros "cisnes negros" para el mercado sería una recuperación de los emergentes liderada por Brasil, que se vería impulsada por las olimpiadas, o una victoria arrolladora de los demócratas en Estados Unidos, donde conseguirían retener la presidencia y recuperar el Congreso.

En la lista de hechos insólitos pero no descartables se incluye también un ajuste a la baja y por sorpresa de la producción de petróleo por parte de los países de la OPEP, que provocaría una rápida recuperación del precio del barril de crudo, que retornaría a los 100 dólares, así como una subida del 33 % del precio de la plata, que dejaría atrás al resto de metales.