Imagen de un cable de fibra óptica
Imagen de un cable de fibra óptica - abc

Las grandes «telecos» invierten en España casi 10.000 millones en tres años

Tras un intenso proceso de concentración del sector, nuestro país se ha situado a la cabeza del despliegue de fibra óptica en Europa

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La apuesta por España no es sólo cosa de «caza gangas» extranjeros. Las tres grandes operadoras de telecomunicaciones, Telefónica, Vodafone (incluyendo Ono) y Orange, invirtieron en nuestro país casi 10.000 millones de euros entre 2012 y 2014, lo que supone casi un punto del PIB anual español en estos tres años.

Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la inversión de las tres compañías se ha mantenido en el entorno de los 3.000 millones de euros cada año (2.960 millones en 2012, 2.900 en 2013 y 3.300 en 2014). Una cantidad que supone casi el 75% del total de las inversiones del sector y que crecería hasta el 80% si se contabiliza también a Jazztel, aún pendiente de recibir la autorización europea para la compra por Orange.

Este esfuerzo inversor es consecuencia directa del profundo cambio que está viviendo el sector de las telecomunicaciones en los últimos años. El «boom» de las telecos provocó una auténtica proliferación de compañías que ahora, tras varios años de desplome del consumo, guerras de precios y cambios en la regulación, han vuelto a concentrarse en tres grandes grupos.

Desde el sector defienden que tan malo es una concentración excesiva como la falta de alternativas. Y es que las críticas a la menor competencia se rebaten con que sólo los grandes operadores tienen el músculo suficiente como para acometer las inversiones que exige el despliegue de infraestructuras ultrarrápidas, como la fibra óptica y el 4G. Es decir, la modernización del país sólo es posible con unos operadores potentes financieramente, que puedan poner sobre la mesa las inversiones milmillonarias que requiere.

Cambio en el mapa

Durante los años de competencia feroz, los operadores vieron cómo se agotaban poco a poco los ingresos por servicios tradicionales como la telefonía, tanto fija como móvil. La crisis agudizó aún más esta tendencia y las operadoras tuvieron que reinventarse y buscar nuevas fórmulas con las que aumentar su facturación. Según un estudio de la consultora McKinsey, el 60% de los usuarios europeos buscan paquetes de hasta cinco servicios integrados. Es decir, vender un solo servicio ya no vale.

Esta nueva demanda llevó a los operadores a una lucha por intentar convertirse en proveedores únicos de todos los servicios, una tendencia imparable que ya ha recorrido toda Europa y que ha obligado a las compañías a abordar un proceso de concentración con el que generar economías de escala. El resultado en España es que los tres grandes operadores acaparan tanto el grueso de las ofertas a los consumidores, como de la inversión del sector y el empleo. Telefónica, Vodafone y Orange (incluyendo Jazztel) dan trabajo a casi 41.000 personas, frente a las menos de 1.000 que emplean Euskaltel, Telecable y Yoigo en su conjunto.

A la cabeza en fibra óptica

Como fuere, el impulso inversor del sector durante esta fase de competencia y concentración ha dado sus frutos. Según un análisis de la consultora Analysys Mason, España se encuentra a la cabeza del despliegue de fibra óptica de Europa y hoy en día es el país que más unidades inmobiliarias cubre. Lo mismo ocurre, a nivel corporativo, con Telefónica.

Nuestro país se posiciona igualmente en la parte alta del ránking, sólo por debajo de Suecia, si hablamos de clientes conectados, es decir, los que ya han contratado la fibra, que superaban en diciembre de 2014 los 1,3 millones. En 2011, España ocupaba el octavo lugar en clientes conectados con fibra, por lo que, de continuar al mismo ritmo de crecimiento, nuestro país será el primero de Europa en pocos meses.

Ver los comentarios