Indian WellsNadal sonríe en California

A la espera de un mordisco que le validez a su notable inicio de temporada, Rafael Nadal sonríe desde el desierto de California, feliz porque Indian Wells es un torneo que le encanta y al que llega en plenas condiciones para competir ante cualquiera. Hace unos días, se le esfumó el éxito en Acapulco de manera imprevisible ( perdió la final ante Sam Querrey), pero abandonó México satisfecho, con ganas de dar continuidad a su progresión en el primer Masters 1.000 de la temporada.

Indian Wells es un torneo que encanta a los tenistas. Se disputan partidillos de fútbol en la explanada que da acceso a las pistas, se puede jugar a golf y la temperatura, alta, es llevadera.

Nadal admite que es el Masters 1.000 que mejor se le ha dado de todos los que se disputan en pista rápida y no hay que olvidar que aquí ha logrado triunfar en tres ocasiones (2007, 2009 y 2013).

Sin embargo, lleva tres ediciones menos alegres en el valle de Coachella, compitiendo contra la adversidad y las circunstancias. Es evidente que en 2017 ha encontrado la estabilidad que necesitaba desde el momento en el que ha podido trabajar exento de dolores, confiado y feliz con la raqueta.

A Nadal le ha tocado un camino de espinas en Indian Wells. Queda exento de la primera ronda por su condición de quinto cabeza de serie y debutará el fin de semana contra el ganador del duelo entre su compatriota Guillermo García-López y el argentino Guido Pella. Ya en tercera ronda podrían asomarse incómodos oponentes como el madrileño Fernando Verdasco o el brasileño Thomaz Bellucci, y sería en la cuarta donde se podría cruzar con Roger Federer, enésima versión del clásico de los clásicos y que rescataría la reciente final del Abierto de Australia. En cuartos podría cruzarse con Novak Djokovic, aunque el serbio tiene en su camino al argentino Juan Martín del Potro, y también aparecen por esa parte el australiano Nick Kyrgios y el talentoso alemán Alexander Zverev. Pura dinamita por esa parte.

Después del triunfo en la exhibición de Abu Dabi, los cuartos de final de Brisbane y las finales de Melbourne y Acapulco, a Nadal le falta un título para liberarse. Está cerca y puede llegar en cualquier momento, como en Indian Wells. Eso sí, tendrá que sudar para conquistar de nuevo el paraíso californiano.