Rafa Nadal, adiós tempranero al US Open
Rafa Nadal, adiós tempranero al US Open - afp
US Open

Nadal desperdicia una ventaja de dos sets en una derrota histórica ante Fognini

El tenista español se despide del US Open con una dolorosa derrota ante el italiano (3-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 6-4). Será su primer año sin ganar un Grand Slam desde 2004.

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La bola se escapó por la calle derecha del dobles, después de un revés imperfecto -como otros muchos de la noche- de Rafael Nadal. El tenista español no cambió el gesto serio, caminó con decisión a saludar a Fabio Fognini -el italiano ya tiene el título oficial de ‘bestia negra’ esta temporada- y fue a meter sus raquetas en la bolsa por última vez en esta edición del US Open. Es una derrota histórica -desde 2005, no caía en tercera ronda del torneo de Nueva York- y muy dolorosa: se impuso en los dos primeros sets, y su contrincante le remontó (3-6, 4-6, 6-4, 6-3, 6-4). Era algo impensable para Nadal, que había ganado los 151 encuentros de Grand Slam de su carrera que había comenzado con dos mangas a su favor.

La derrota certifica algo que no contestaban ni los más fanáticos: 2015 será el primer año en que Nadal no se lleva un Grand Slam.

El resultado final fue una sorpresa, pero se presumía que Fabio Fognini sería un rival incómodo para el mallorquín. En primer lugar, por lo deportivo: antes de enfrentarse en la tercera ronda del US Open, el español y el italiano se habían cruzado tres veces este año, y en dos ocasiones ganó Fognini. También traían cuentas pendientes. “No me rompas más los huevos”, le increpó el italiano a Nadal en la final de Hamburgo, donde ganó el de Manacor. Fognini es un jugador temperamental, racheado, con tanto talento como capacidad para salirse del partido. Inspirado, lanza ‘palazos’ inalcanzables: ayer encadenó docena y media de ellos en la parte final del partido, erguido, de revés, como un bateador zurdo de los vecinos de los New York Mets. Pero cuando su cabeza resbala, se pierde en errores infantiles.

Los dos primeros sets, Nadal fue más consistente. No se vio la agresividad que dice haber recuperado en los entrenamientos, pero cometió pocos errores y dejó que Fognini se condenara a sí mismo. Parecía que iba a ser un partido sin grandes apuros, algo aburrido, con un público de primera semana, adormecido en el olor a palomitas de maíz, quizá pensando en que no se haga demasiado tarde para volver en metro a Manhattan. Fognini encadenaba errores de principiante -una dejada sin sentido, un ‘smash’ sencillo a la red, un 0-40 para romper el saque desperdiciado- con golpes de gran maestro.

Nadal tampoco carburaba, con un revés inofensivo, que Fognini buscaba sin descanso y una derecha muy lejos de lo necesario para mandar en un partido. Con todo, los errores de Fognini le colocaron 3-1 en el tercer set. Y aquí comenzó el descalabro: el italiano le rompió el saque en blanco y la manga acabó en remontada. En el siguiente set, las dudas se apoderaron de Nadal, que parecía incapaz de mover a Fognini. El italiano no sufría ningún ataque, solo debía controlar que los suyos entraran.

La estadística cuenta una historia parecida a la que se vio en las gradas de la pista central Arthur Ashe: Fognini falló mucho más que Nadal -57 errores no forzados del italiano por 18 del español), pero también fue mucho más exitoso en la ofensiva -70 golpes ganadores frente a los 30 de Nadal). El cierre del partido fue una montaña rusa, en la que se veía inferior al gran campeón, pero no quería resignarse a perder. Nadal y Fognini encadenaron rupturas de saque, electrizaron al público -mucho más a favor del español, un ídolo en Nueva York-, firmaron golpes inimaginables y acabaron el partido a una hora en la que la mayoría de los bares de la Gran Manzana han echado el cierre.

También caen Ferrer y Robredo

En el resto de la expedición española hubo noticias buenas, menos buenas y malas. La peor, la derrota de David Ferrer, séptimo cabeza de serie del torneo, que cayó ante un rival en teoría inferior, el francés Jeremy Chardy (7-6, 4-6, 6-3, 6-1). El alicantino no se sintió cómodo en la pista y se despide de un torneo al que acudía con dudas después de un verano lastrado por una lesión de codo. Tampoco pudo pasar de tercera ronda Tommy Robredo, que solo opuso resistencia en el primer set ante el también galo Benoit Paire (7-6, 6-1, 6-1).

Sí avanzó en el cuadro Roberto Bautista Agut, que se coloca en octavos después de que su contrincante, el belga David Golfin, abandonara por problemas físicos -una más en un torneo plagado de lesiones- en el cuarto set. La mejor sonrisa se la llevó Feliciano López, que se impuso en tres sets (6-2, 7-6, 6-3) a Milos Raonic, décimo cabeza de serie. Buena noticia para él y para el tenis español, que se asegura un representante en cuartos de final, ya que López se cruzará este domingo con Fognini, el verdugo de Nadal.

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