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Atletismo

Ezekiel Kemboi, una vida superando barreras

El corredor keniano ha conquistado dos coronas olímpicas en los 3000 metros obstáculos e intentará repetir en Río

Ezekiel Kemboi, en plena carrera.
Ezekiel Kemboi, en plena carrera. - Afp

El continente africano es una reserva inagotable de atletas con una proyección mundial. Ezekiel Kemboi (Matira, 1982) es un corredor de constitución típicamente keniata, un filón en la zancada y los huesos casi a la intemperie. Especialista en una prueba que podría ser una metáfora de su vida: 3000 metros superando obstáculos. Este campeón de 34 años comenzó su trayectoria triunfal en 2001, cuando ganó el campeonato Africano Juvenil. Dos años más tarde, participó en una de las finales del campeonato Mundial más ajustadas que se recuerdan en esta disciplina. En un último tramo con la máxima emoción se vio superado en los instantes finales por Shaheen y tuvo que conformarse con la medalla de plata.

Pero el prominente poderío que exhiben los atletas nacidos en el Cuerno de África y sus alrededores, le llevó a seguir conquistando metas. En los Juegos Olímpicos de 2004 de Atenas, él partía como claro favorito ya que el rival que le había levantado el metal dorado anteriormente (Shaheen) no pudo participar por haberse nacionalizado qatarí y no cumplir los tres años desde aquel momento. Así, en estos Juegos, Kenia hizo triplete, con Kemboi comandando al escuadrón africano. Al año siguiente, Shaheen, eterno rival, se tomaría la revancha en los Mundiales de Helsinki relegando a Kemboi a una plata que le supo a poco.

Con algún torneo que otro más en sus piernas, llegó a Pekín en 2008. De esta cita solo le quedaron recuerdos que todavía querrá borrar de sus retinas. Intentó revalidar su título olímpico, pero solo pudo firmar una séptima plaza, que fue su peor actuación histórica en un gran campeonato. Tras la decepción de los Juegos, Kemboi necesitaba resarcirse. Todo campeón cuando cae, piensa la manera de levantarse con orgullo. Así llegó al campeonato Mundial de 2009, cambio de entrenador incluido. Después de tres intentos fallidos de asaltar el mejor puesto del podio (plata en 2003, 2005 y 2007), se alzó como campeón reventando la marca del torneo (8:00.43).

Con todo, Kemboi continuó entrenando con Moses Kiptanui –triple campeón del mundo en los años 90– con el objetivo de revalidar su corona en el siguiente Mundial. Así llegó 2011, donde consiguió su segunda medalla de oro al ganar en Daegu, convirtiéndose así en el tercer atleta en la historia en repetir el título de los 3000 metros obstáculos, tras el qatarí Shaheen y su compatriota Kiptanui.

Sin embargo, un capítulo muy turbio se cernió sobre sus hombros, o mejor dicho, sus piernas. En 2012 fue arrestado por la policía y acusado de apuñalar a una mujer. Cierto es que fue puesto en libertad tras negar las acusaciones e hizo una petición para aplazar el juicio pues tenía que competir en los Juegos de Londres. Y allí que fue. Pese a haber vivido pésimos momentos, ganó su segunda medalla de oro olímpica y, de nuevo, escribió su nombre en la lista de los atletas que revalidaron título olímpico en los 3000 obstáculos (además del finlandés Volmari Iso-Hollo). Después de esto se retiraron los cargos que le acusaban de haber cometido aquel delito. Pudo respirar tranquilo.

Pero el atleta keniano todavía no había saciado su hambre. Al año siguiente, acudió a los Mundiales de Moscú, quería repetir por tercera vez su hazaña. Y lo logró. Ganó otro metal dorado igualando el logro de su entrenador. Tal para cual. Así, llega a los Juegos de Río y, pese a llevar muchos kilómetros en las piernas a lo largo de su vida, ya se sabe que el instinto de campeón permitirá que a sus 34 años luche por conquistar su tercera corona olímpica.

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