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Chad Le Clos, la bestia negra de Michael Phelps

La rivalidad existente entre ambos será uno de los platos fuertes de estos juegos después de que el sudafricano le arrebatara el oro al estadounidense en los 200 mariposa en los Juegos olímpicos de Londres

Chad le Clos, durante una carrera.
Chad le Clos, durante una carrera. - efe

Chad le Clos (Durban, Sudáfrica) tiene 24 años y desde los diez supo que su vida estaría destinada a la piscina. Con unas condiciones innatas y un espíritu competitivo especial comenzó a cimentar su carrera en los Juegos Olímpicos de la Juventud, que dominó con 18 primaveras al ganar cinco medallas en Singapur (incluyendo un oro en 200 estilos). Sin embargo, su consolidación llegó poco después en los Juegos de la Commonwealth de Nueva Delhi, donde ya compitió ante los mejores nadadores del entorno anglosajón, de mayor edad y veteranía.

Ahí el sudafricano empezó a sentirse en su salsa. Sabedor de que los focos ya estaban puestos en él igualó su cosecha de preseas (ahora con dos oros, 200 mariposa y 400 libres) y completó su magnífico año de presentación meses después. Se proclamó campeón mundial de piscina corta en Dubái en la que empezaba a ser su prueba favorita: los 200 fly (mariposa).

Increíblemente, su evolución pareció estancarse en ese momento. Su paso por los mundiales de Shanghai 2011 no fue muy afortunado (5º en 200 fly) y cuando llegó a los Juegos de Londres un año después albergaba muchas dudas en su mente. Sobre todo cuando su debú en Londres tampoco le dijo nada bueno sobre su estado de forma (5º en 400 estilos). Pero fue verse cara a cara con su ídolo de toda la vida, Michael Phelps, y tener un subidón de adrenalina que le cambió su vida para siempre.

La final olímpica de los 200 mariposa parecía predestinada para la estrella estadounidense cuando en el último giro marchaba primero con 58 centésimas de ventaja sobre el veinteañero. Mas fue entonces cuando sucedió lo increíble. Una remontada espectacular del sudafricano dio la vuelta a la tortilla y le arrebató el oro su admirado Phelps por 5 centésimas. «Siempre soñé con competir junto a él en una final olímpica y, además, ganarle, fue lo máximo» declaró.

El Tiburón de Baltimore no se tomó a broma a su rival y en la siguiente final, la de 100 mariposa, ya no le dio cuartel: le relegó a la plata. El rey no estaba para bromas. Por eso, a partir de entonces la relación entre ambos se tensó un poco. Le Clos ganó los mundiales de 2013 y 2015 con Phelps a distancia y fue aumentando su ego hasta el punto de cruzarse declaraciones el año pasado. A la afirmación de la leyenda de que la mariposa se había vuelto muy lenta, el nuevo rey marcó un mejor registro mundial en el 100 y le invitó a callarse; y la respuesta de Phelps fue concluyente, días después bajó de nuevo el registro. «Siempre ha sido mi ídolo y le tengo gran admiración –dijo Chad alimentando el fuego- pero como persona no es un modelo a seguir (en relación a sus detenciones y sanciones). Cuando nos midamos en Río se verá si aguanta igual nadar en solitario que cuando me lleva a mi pisándole los talones». Phelps-Le Clos: la rivalidad de los Juegos está servida.

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