Leo Messi y Luis Suárez durante el partido ante el Eibar
Leo Messi y Luis Suárez durante el partido ante el Eibar - AFP
Barcelona

La mala gestión condena al Barça

El triste final de curso ha evidenciado las múltiples carencias que sufre el club catalán

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El Barcelona deberá conformarse esta temporada con una Copa del Rey, si gana el sábado al Alavés, que pasará desapercibida después de que el Madrid ganara la Liga. La temporada culé puede ser aún peor si el equipo de Zidane conquista la próxima semana la Champions League, la tercera en los últimos cuatro años. La trayectoria del equipo catalán a lo largo de la temporada ha permitido vislumbrar el final que se avecinaba y que está fundamentado en una mala planificación deportiva y en una dudosa gestión desde las oficinas del Camp Nou.

Joan Laporta, ex presidente, ex candidato y persona muy crítica con la actual junta directiva, no tardó en manifestarse a través de las redes sociales. «¿Contentos hoy? Va.

No jodamos. La mentira, la intoxicación y la manipulación tienen secuestrado al club. ¿Dónde vas, Barça?», tuiteó el ex dirigente con un mensaje que enseguida se viralizó, lo que confirma el sentir y la preocupación del barcelonismo en estos momentos. El equipo ha dejado de ser un referente en Europa y su imagen se ha resquebrajado esta temporada. La plantilla necesita una sacudida, empezando por el banquillo y continuando por el equipo. Es sólo alguna de las causas que explican el desmoronamiento de un proyecto que en 2015 toco el cielo con la consecución del triplete.

El adiós de Luis Enrique, efecto negativo en la plantilla

Desde que el pasado 1 de marzo el técnico anunciara que no iba a seguir en el banquillo la próxima temporada, una sensación de desgobierno se ha ido adueñando poco a poco del vestuario. El ejemplo más claro fue el encontronazo que tuvieron hace dos semanas Juan Carlos Unzué y Neymar. El técnico le recriminó la forma como estaba entrenando y el tipo de vida que estaba llevando. Lo que en otro momento habría sido un toque de atención al jugador, se revirtió y acabó con un ultimátum del futbolista.

Jugadores con demasiado poder en el club

La sensación que se ha transmitido este año es que los jugadores tomaban sus propias decisiones por encima de lo que estipulase el club, que en más de una ocasión ha tenido que salir al paso para cubrirles. En otro momento hubiera sido impensable lo que sucedió el pasado mes de enero cuando los pesos pesados del vestuario decidieron que no iban a acudir a la gala de la FIFA en la que se entregaban los premios «The Best» y donde se había confirmado la presencia de Iniesta, Piqué, Messi y Neymar. Sin consultarlo con el club tomaron la decisión la misma mañana de la gala, obligando al club a emitir un comunicado. «Con el objetivo de priorizar la preparación del partido con el Athletic Club, el Barcelona ha decidido que los jugadores reconocidos en la gala FIFA The Best Awards, que se celebra esta tarde en Zúrich, no se desplacen», explicaron. La decisión fue muy criticada incluso por los medios afines y puso en una situación controvertida a la entidad ante el organismo mundial.

Mala planificación y pésima política de fichajes

El Barcelona se gastó 150 millones de euros (entre fijos y variables) este verano en futbolistas que no han tenidoningún protagonismo en el equipo. Es más, excepto Umtiti, el resto han fracasado. El ejemplo más flagrante es el caso del lateral. Tras la salida, gratis, de Dani Alves, se le confía el lateral derecho a Sergi Roberto, que es interior, por delante de Aleix Vidal, que no convence a Luis Enrique. El surrealismo puede alcanzarse en la final de Copa, en la que el interior André Gomes puede ser titular en esa demarcación ante la falta de especialistas. Además, se ha confiado todo a la calidad de Messi y al poder del tridente. La Masía también ha perdido protagonismo con Luis Enrique. Recuperar el valor de la cantera es uno de los objetivos que han llevado a pensar en Ernesto Valverde.

Espejismos que han ocultado la realidad

Esta temporada, el juego del Barcelona ha sido irregular, con escasa fiabilidad defensiva y con la desidia por bandera en momentos clave como en el Villamarín, Riazor, París, Turín o La Rosaleda. Pero ha ido sobreviviendo alimentado por espejismos que tapaban la cruda realidad. La victoria en el Bernabéu (2-3) o la remontada ante el PSG (6-1) han acallado las críticas y retrasado el batacazo que se adivinaba.

Escaso poder de reacción de la directiva de Bartomeu

Josep Maria Bartomeu se ha visto obligado a ir navegando en aguas revueltas y capeando temporales. Debe acertar con el nuevo entrenador. Todos los caminos llevan a Valverde aunque asegura que aún no ha hablado con nadie. La renovación de Messi sigue encima de la mesa y los problemas se han extendido a la sección más importante del club, la de baloncesto, donde el fracaso es la palabra que define el primer año de Bartzokas.

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