Saúl y Asensio, líderes de la selección sub 21
Saúl y Asensio, líderes de la selección sub 21 - AFP

Europeo sub 21 | España-AlemaniaLa ilusión de la España que viene

La selección de Albert Celades se mide a Alemania en busca del quinto título para consagrar a una generación estupenda con un futuro alentador

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Como en España hay tantos entrenadores como habitantes, en estos días de veraneo se repite un comentario exagerado, pero que despierta ciertas inquietudes e incluso apetece confirmar si la comparación es real. «La sub 21 juega mejor que la selección absoluta», se escucha a modo de tertulia tabernera, casi siempre con el viento a favor porque se suelta después de una victoria. En el campeonato de Europa de la categoría, van cuatro triunfos en cuatro citas, y hoy, a las 20.45 horas de un viernes, justo en el primer día de vacaciones para muchos, se juega el título continental contra la competitiva Alemania, que está en todas sin que importe la edad, la disciplina, la competición o el escenario.

Pocos países son tan fiables cuando le dan a la pelota.

Uno de ellos, al menos en estos tiempos de bonanza, es España, cuna de enormes futbolistas que ahora, por fin, tienen continuidad cuando se quitan el chupete. España tiene cuatro Europeos sub 21, a un peldaño de alcanzar hoy a Italia –líder en esa tabla con cinco–, y hay motivos para pensar en el mañana con una sonrisa de oreja a oreja, pues al equipo que dirige Albert Celades le sobra talento y desparpajo. Aunque falta por ver cómo se comportarán en las citas adultas, todos los nombres de esa plantilla tienen ya su historial en la máxima categoría, varios de ellos incluso titulares en equipos poderosos. Hay futuro.

España estrenó palmarés en 1986, cuando Luis Suárez era el entrenador y a Ablanedo le dio por amargarle la vida a los italianos en los penaltis, y luego llegaron los títulos de 1998 –Iñaki Sáez mandaba a la generación de Guti y Valerón–, y los de 2011 y 2013, en ambos casos con la base de la absoluta de hoy en día. Mata, Herrera, De Gea, Javi Martínez, Isco, Thiago, Koke, Morata, Bartra o Carvajal lideraron ese equipazo. El de ahora, sin embargo, tiene una pinta magnífica.

Para llegar a la final, la selección ha dibujado un trazado excelente. Superó a Macedonia, Portugal y Serbia en una fase de grupos sin manchas, y en semifinales cabalgó a lomos de los goles de Saúl para terminar con el ímpetu de la Italia de Donnarumma. Ya ha salido el nombre de Saúl y sirve para presentar a un conjunto estupendo, con argumentos desde la portería hasta el área contraria.

Kepa Arrizabalaga se ha destapado como un soberbio guardameta, curtido entre los palos de San Mamés. La defensa cuenta con los prometedores Bellerín, Jorge Meré, Vallejo, Jonny o Gayá, y de ahí para adelante la melodía suena de maravilla. En el centro del campo está Marcos Llorente, que dignifica el apellido con unas prestaciones asombrosas, y trabaja con la ayuda del estupendo Saúl, dicho está, y del bético Ceballos, en boca de todos por un jugadón espectacular ante Italia y porque lleva el nombre del Real Madrid en la frente.

Para colofón, Deulofeu parece que por fin quiere ser lo que se esperaba de él, Sandro ya se ha destapado este pasado curso en el Málaga y se termina con Asensio, el superlativo Marco Asensio. Es el chico de moda y el madridismo celebra la eclosión de un muchacho que lo tiene todo para comerse el mundo. Por si no fuera suficiente, en el banquillo esperan Grimaldo, Oyarzábal, Carlos Soler, Denis Suárez, Mayoral o Iñaki Williams, entre otros. Sobra calidad.

Se encarga de administrarla Albert Celades, técnico que trabaja la base desde hace años y que mantiene línea directa con Julen Lopetegui, quien estará hoy, al igual que Mariano Rajoy y otras personalidades, en Cracovia. Celades se congratula porque la promoción es de las buenas y encima se intuye ese buen ambiente imprescindible en todo equipo campeón. «Es una experiencia magnífica, estamos disfrutando mucho con nuestro trabajo con jóvenes talentos. Esperemos poder ganar el título», comentó ayer en la víspera, satisfecho con la capacidad de sus muchachos de sobreponerse a la cantidad de piropos que reciben. «En algunos medios nos dieron como favoritos desde antes de empezar. Con la buena trayectoria con la que empezamos ha habido euforia alrededor del equipo, pero hemos hablado internamente esto. Soy pesado contando la misma película, pero los jugadores saben lo que nos ha costado llegar aquí, somos conscientes de nuestra realidad».

De Alemania, muchos jugadores de los que ahora se sabe poco, pero que serán temibles como lo son siempre en unos años, pues va en los genes. Se planta en la final después de vencer a la República Checa y a Dinamarca en la fase de grupos, que cerró con derrota ante Italia, y superó en las semifinales a Inglaterra al tener más acierto en la tanda de penaltis. Aunque siempre es más temible la absoluta, no deja de ser Alemania.

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