Primer batacazo de Luis Enrique

Hasta ayer, los éxitos del Athletic se habían convertido en historias que pasaban de padres a hijos, de abuelos a nietos. Los más jóvenes, incrédulos, lo daban por bueno porque en casa había cintas VHS con la etiqueta de «Campeones». Ocurrió en una semana mágica de 1984. La Liga se ganó el 29 de abril, en una última jornada de infarto. Unos días más tarde, el 5 de mayo, el equipo rojiblanco doblegó al Barcelona en el Bernabéu y se adjudicó dos títulos de golpe, la Copa y la Supercopa, como doble campeón. Después llegaron 31 años de sequía, que tres finales de Copa, una de Europa League y otra de Supercopa de España no pudieron erradicar. Pero a la sexta ha ido la vencida y el Athletic vuelve a ser campeón.

El éxito se gestó en San Mamés, con una actuación soberbia de los hombres de Ernesto Valverde, con la dosis adecuada de suerte que necesita todo campeón. Pero también se fraguó en el Camp Nou, donde tocó sufrir de lo lindo, una forma de que las mieles del triunfo sepan un poco mejor. El estadio azulgrana, repleto de turistas al tratarse de un partido de pago, no registró ni gritos de «independencia» ni presencia masiva de esteladas, desmintiendo el pensamiento único que algunos otorgan a la afición azulgrana.

El Barcelona lo intentó de todas las maneras pero no hubo forma ante el gran planteamiento del Athletic. Luis Enrique puso en liza a su once más reconocible pero en pleno agosto las piernas no están para desgastes del calibre que exigía la gesta de anoche.

Otra vez Velasco

El gol de Messi al filo del descanso hizo renacer las esperanzas del Camp Nou, pero todo acabó a la hora de juego, cuando Velasco Carballo decidió expulsar con roja directa a Piqué por protestar un claro fuera de juego al juez de línea. Bonita historia de amor la que mantienen central y árbitro desde hace años. En marzo de 2012, en circunstancias similares, el central azulgrana acusó al colegiado madrileño de actuar con «premeditación» después de expulsarle en un Barça-Atlético de Madrid. La roja de ayer tendrá consecuencias para Piqué, que como mínimo se perderá el duelo liguero del próximo domingo después de la cambio de reglamento. La sanción se cumplirá en el siguiente partido, no en la próxima Supercopa de España.

El Barcelona vio así cómo se esfumaba de golpe su sueño de lograr seis títulos en 2015 y ahora deberá centrarse en el inicio de la Liga y la «Champions» antes de afrontar el Mundial de Clubes en diciembre. Es el primer gran fracaso de Luis Enrique desde que aterrizó en el banquillo azulgrana. La exigencia este curso será máxima y lo ocurrido ante el Athletic dejará huella y despierta las primeras dudas, aunque el crédito aún es amplio.