Fórmula 1 | GP de Gran BretañaHamilton está lanzado

Gana en Silverstone y ya está a un punto de Rosberg, sancionado con diez segundos. Carlos Sainz, octavo. Fernando Alonso, decimotercero

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A las gentes de la Fórmula 1 les molesta sobremanera la indolencia, esa protección racional del sistema hacia un deporte que evoca velocidad y riesgo. El sistema se llama Charlie Witting, el árbitro de la Fórmula 1 que no cambia, sino que está presente en cada carrera. Y el comisario inglés decidió que la prueba de Silverstrone comenzase con el coche de seguridad.

Llovía en el centro de Inglaterra en esa especie de orbayu permanente que viven en el país del brexit. No había agua a cántaros sino esa fina cortina húmeda que molesta especialmente. Con ese elemento presente, se decretó que la carrera eliminase su mejor condimento, ese que convoca a personas en todo el mundo. La salida en la F1.

No hubo salida, sino coche de seguridad. Ese afeitado privó de emoción a un deporte que se empeña en convertir el espectáculo de los coches en ballet. Hamilton, tan inquieto como los aficionados al otro lado del televisor, casi se come al coche de seguridad, tan ansioso como iba antes de empezar.

La carrera se dirigió hacia esa habitual ronda de dudas entre neumáticos de lluvia y de seco en función de la tormenta y la naturaleza. Y también hacia la curva 1, el final de recta donde se salieron la mitad de los pilotos en Silverstone.

Uno de ellos fue Fernando Alonso, quien condenó su opción a puntuar (iba décimo persiguiendo a Massa) con un trompo de varios giros que él mismo arregló con astucia. Desde la gravilla volvió a la pista por el mismo surco que había dejado su error. La pena fue que entregó su pequeño botín en ese desliz. Del décimo al decimotercero.

La carrera, no es noticia, fue para Hamilton, la cuarta en su casa de Silverstone. Está intratable el inglés, que empezó fatal el campeonato, metido en cien problemas, pero que empieza a recomponer el puzzle. «Hoy me acuerdo de toda la gente que trabaja en la fábrica, dijo Hamilton. Es mejor que Rosberg, quien ha perdido pie a medida que ha crecido su enemigo.

Rosberg tuvo un duro hueso en Verstappen, que parece cada día mejor piloto con solo 18 años. Aguantó el holandés al alemán con una entereza encomiable hasta que, por motor Mercedes, le superó. Luego Rosberg fue sancionado con diez segundos por preguntar a su ingeniero por la radio sobre la caja de cambios del coche y perdió la segunda posición que había logrado en pista. Acabó tercero.

Para Carlos Sainz fue un buen domingo. También se salió en la curva 1, pero se rehizo de todfas las adversidades, peleó contra coches superiores y acabó en un magnífico octavo puesto.

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