Fórmula 1 | GP de RusiaCaras de vinagre en Ferrari

Comentaba Fernando Alonso estos días en Sochi que le resultaba estresante «correr para Ferrari y no ganar». Se refería a la presión que ejerce el público y los medios de comunicación italianos sobre la escudería que es un poco de todos, una parte más del sentimiento italiano. Y las cosas no van bien este año en Ferrari. Tanto es así que la jornada de entrenamientos del viernes dejó muy malas caras en el garaje rojo.

Vettel se quedó parado en la recta de meta en la segunda sesión y los operarios del circuito lo remolcaron hasta el garaje. Otra vez problemas de fiabilidad en el coche italiano y para Vettel el tercer motor de la temporada. Y solo estamos en la cuarta carrera.

El Ferrari ha sufrido dos roturas de motor en las dos primeras carreras, Australia y Bahréin. Y en la última, China, Vettel impactó contra su compañero Kimi Raikkonen anulando cualquier posibilidad del finlandés. El alemán le echó luego la culpa a Kvyat, el ruso de Red Bull.

En Rusia el asunto no ha ido mejor para Ferrari. Raikkonen decía antes del GP que ojalá tuvieran un fin de semana normal, sin complicaciones. Pero no ha sido así. Vuelven los problemas a Ferrari.