Marcus Slaughter, en su época en el Real Madrid
Marcus Slaughter, en su época en el Real Madrid - EFE

El juez sigue el rastro de Panko y Slaughter

El exjugador del Real Madrid declarará en persona en junio; Panko, por vídeoconferencia desde Venezuela

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La Justicia española no tira la toalla y sigue el rastro de los exjugadores de la ACB Marcus Slaughter y Andy Panko, dos trotamundos del baloncesto que están siendo investigados para esclarecer si falsificaron los pasaportes con los que compitieron en 2015, año en el que militaron en el Real Madrid y el Fuenlabrada, respectivamente.

El juez de instrucción número 27 de Madrid ha citado a declarar como imputado a Slaughter -cuyos dos metros y seis centímetros de estatura deberán comparecer en los juzgados de la plaza de Castilla de Madrid- y ha cursado una comisión rogatoria para interrogar a Panko en Venezuela, en cuya liga milita ahora el alero americano. Ambos, en condición de investigados.

Tres intentos

Slaughter, que jugaba en el Real Madrid

en la temporada por la que es investigado, acudirá a declarar ante el juez en el mes de junio, según han informado a ABC fuentes jurídicas. El magistrado ha suspendido la comisión rogatoria que cursó hasta en dos ocasiones a Turquía -país donde vive y en cuya liga milita- después de que el jugador aceptara acudir en persona. Deberá presentarse asistido por abogado. Pasado el verano de 2015, al finalizar una temporada en la que Slaughter conquistó la Copa del Rey con el Real Madrid, fichó por el Darussafaka Dogus de Turquía, su club actual.

Más huidizo es el rastro de Panko. El juez ha cursado una tercera comisión rogatoria para tratar de interrogar al jugador, que ahora forma parte de la plantilla del Guaros de Lara, un club venezolano de apenas quince años de vida, campeón de la Liga de las Américas las dos últimas temporadas, en 2016 y 2017, un hito en su historia.

Si la comisión tiene éxito, el juez, la Fiscalía y las acusaciones populares de la causa podrán interrogar a Panko por videoconferencia. Esta petición del juez número 27 de Madrid es el tercer intento para cuestionar al jugador nacido en Pensilvania, Estados Unidos. El magistrado ya cursó dos comisiones rogatorias previas, tramitadas sin alcanzar su objetivo, a Francia y México, respectivamente, países donde Panko vivió cuando militó en el SLUC Nancy Basket y el Fuerza Regia de Monterrey, respectivamente. Panko jugó durante doce años en la liga española, y en la temporada 2011-2012 fue nombrado MVP, con 34 años.

El delito por el que están imputados ambos exjugadores de la ACB es el de falsedad en documento público. Slaughter y Panko consiguieron un pasaporte de Guinea Ecuatorial para evitar ocupar plaza como extranjeros en sus equipos en 2015. Los nacionales de este país africano, gobernado por el dictador Teodoro Obiang, no cuentan como extracomunitarios gracias a un acuerdo comercial internacional, que les equipara con los comunitarios, una circunstancia que alivia a los clubes a la hora de fichar.

La imputación de los dos trotamundos del basket llegó después de que el juez de Madrid recibiera los certificados de nacionalidad de ambos jugadores, llegados desde Guinea Ecuatorial, y apreciara que podría haber irregularidades. El escándalo estalló cuando se conoció que ambos jugadores compartían número de pasaporte, algo que detectó la Federación Española de Baloncesto (FEB) en mayo de 2015, quien lo comunicó al Consejo Superior de Deportes -que informó a la Policía para que investigara los hechos- y de la Asociación de Clubs de Baloncesto. El número compartido era el AA001696, como reflejan los pasaportes exhibidos en esta página, que forman parte de la documentación de la investigación a la que ha accedido ABC.

Otros jugadores en el foco

Los indicios que cuestionan la veracidad de los pasaportes van más allá. Además del número, también coincide el emisor del certificado de autenticidad de ambos documentos: el cónsul general de la República de Guinea Ecuatorial en el Archipiélago canario. Las sospechas crecen porque el pasaporte de Panko carece de las páginas 45 y 46, y los dos jugadores compartían entonces agencia de representación, dirigida por Misko Raznatovic.

Aquella temporada, Panko no fue inscrito finalmente con esta nacionalidad, después de que el Fuenlabrada desistiera por no reunir la documentación. Slaughter, en cambio, jugó tres meses con el pasaporte sospechoso. En los playoffs de la temporada volvió a figurar como norteamericano.

La adopción de la nacionalidad ecuatoguineana se convirtió en una costumbre en los equipos de la ACB: el objetivo era evitar copar las dos únicas plazas de extranjeros que pueden inscribir los equipos. Estos documentos se conocen como «pasaportes Cotonou» y se benefician de un acuerdo de la ACB que permite a los jugadores con nacionalidad de alguno de los 78 países que forman la ACP (África, Caribe y Pacífico) ocupar plaza de comunitario. Esta norma es posible porque la ACP firmó un acuerdo con la Unión Europea en el año 2000 para que sus trabajadores no sean discriminados en Europa. Para evitar abusos, el Consejo Superior de Deportes impuso como requisito en mayo de 2015 -tras el intento fallido por inscribir a Panko- la existencia de un vínculo personal, deportivo o familiar con el país.

Otras fuentes han explicado a ABC que la Policía Nacional -cuya Brigada de Extranjería y Fronteras está detrás de la investigación- ha ampliado el foco de sus indagaciones a otros jugadores en busca de anomalías similares, pero sus nombres no han trascendido. Slaughter y Panko no son, ni mucho menos, los únicos jugadores de baloncesto que utilizaron pasaportes de Guinea Ecuatorial en la liga ACB. Otros jugadores que lo adoptaron fueron C.J. Wallace en el Barcelona, Mike James en el Laboral Kutxa o Anthony Watts, en el Sevilla, entre otros.

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