Un coreano al frente del tiro con arco español

Aunque Miguel Alvariño fue uno de los artífices de que España lograra tres plazas para los Juegos, la federación decidirá en junio si el suyo es uno de los nombres que viaja a Brasil. El gallego ganó ese sitio para España junto a Juan Ignacio Rodríguez y Antonio Fernández, y son ellos los que cuentan con más opciones, pero será dos meses antes de ir a Río cuando se tome la decisión. Una de las voces que se escuchará para tomarla será la de Cho Hyungmok, el responsable de la selección nacional, un coreano que llegó a España hace nueve años para convertir al equipo español en una referencia.

Corea del Sur es la gran potencia mundial de este deporte y hasta allí se fue la federación para importar la técnica y la sabiduría de este tirador asiático.

«Me costó tomar la decisión de venir porque yo en Corea vivía bien. Allí los deportistas de tiro con arco son profesionales y se les tiene muy bien considerados, pero no me arrepiento. El choque cultural al principio fue difícil, pero soy feliz aquí», señala a ABC.

En estos ocho años al frente de la selección, el equipo ha pasado de ser uno más a ocupar un lugar en la elite, como se demostró con la clasificación del equipo masculino para Río 2016. «En Londres 2012 todo fue más precipitado. Aquí hemos tenido tiempo para trabajar. A todos los chicos que están ahora en el equipo nacional los he conocido cuando eran unos niños. Los he podido ir moldeando. Ese trabajo de cantera que hemos hecho y que muchas veces no sale a la luz, tiene que dar sus frutos en Río», afirma.

Más que una tradición

Él sabe bien de lo que habla. En Corea, el tiro con arco es una religión. Una tradición que pasa de padres a hijos y que los ha llevado a dominar este deporte con autoridad. «Hace cuatro años, ganar una medalla hubiera sido una casualidad, ahora tenemos la calidad para hacerlo. Si tenemos un día bueno en Río, podemos ganar una medalla para España», señala sin dudar. Mientras llega ese momento, Cho disfruta de Madrid. «Del jamón y del vino, pero también del clima», apunta sin perder la sonrisa. Cuando se le pregunta por Alvariño, resta importancia a su ausencia del CAR. «Miguel tiene un campo magnífico para entrenarse. Quizá un poco frío, pero está muy bien», bromea. «Con él tenemos una relación fluida. Hablo mucho con su entrenador e intercambiamos información. Es increíble que tenga ese nivel entrenándose allí él solo. Habla muy bien de su calidad», afirma, feliz de contar, por fin, con un equipo a la altura. Un equipo que buscará en Río el mejor resultado de la historia del tiro con arco español.