Dakar

Carlos Sainz: «A veces tengo que echar el freno de mano en la vida»

El madrileño, con 55 años, disfruta del éxito y admite que será piloto de por vida, una pasión por los coches y la velocidad que inculcó a su hijo

Vídeo: Carlos Sainz: «Si tienes miedo es imposible correr» / Foto: Carlos Sainz, en su coche Vídeo: Mercedes N. Alcocer / Foto: Reuters
Laura Marta

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Carlos Sainz (12 de abril de 1962) todavía no sabe qué hará el año que viene, o al menos no lo dice. De momento, sigue disfrutando del éxito cosechado en el último Dakar, premio a una carrera esplendorosa que nunca se acaba. Esta semana, Sainz quiso compartir con ABC la experiencia de un breve entrenamiento en la base militar de El Goloso con el Peugeot 3008 DKR Maxi, el coche con el que triunfó en Suramérica. Después de la vertiginosa experiencia, se sentó para analizar la actualidad y dar un paseo por su día a día.

Un mes después de haber conseguido ganar el Dakar, ¿cómo está?

Bien. Como te puedes imaginar, contento. Ya hemos celebrado todo lo que había que celebrar. Y nada, con satisfacción y alegría. Nada más. Tanto las victorias como las derrotas hay que celebrarlas y preocuparse lo justo. Analizar, aprender, de unas y de ellas y pasar página.

¿Tiene más satisfacción por la dureza de esta edición?

Ha sido el más duro de toda Suramérica. No solo lo digo yo, lo decimos todos, y cuanto más duro, más satisfacción te produce desde luego.

¿Es una prueba a la que se llega con la madurez?

Es cierto que los pilotos del Dakar no son excesivamente jóvenes porque la experiencia es importante. Yo he conseguido ganarlo siendo el más veterano de todos, obviamente me hace ilusión.

¿Cómo se entrena el polvo, la soledad, los días más complicados?

Lo importante es estar bien físicamente, preparar bien cada carrera. Que no te sorprenda nada dentro de lo duro que es. Intentar que no te empiece a doler la espalda, el cuello.... Para eso cuentas con el trabajo del fisio, el trabajo en altura, que no te afecte. Hay que prepararse muy bien físicamente, y cuando eres más veterano pues más todavía. Sobre todo es respetar la carrera.

¿El Dakar es pasión o locura?

Una mezcla de todo. En mi caso es mucha pasión porque me encanta correr en coche, me encanta. Desde que tengo memoria. En ese sentido soy un gran afortunado de haberme podido dedicar al Mundial de Rallies y ahora al Dakar.

¿Lo hace todo tan rápido en la vida?

De vez en cuando tengo que mentalizarme y echar un poco el freno porque sí es cierto que la vida ya de por sí va suficientemente rápido para tú encima acelerar más. Sí es cierto que de vez en cuando conviene reflexionar y echar un poco el freno.

¿Qué le ha enseñado el Dakar?

Cada año te enseña algo distinto. Te enseña que las cosas hay que respetarlas, que el trabajo casi siempre tiene su recompensa. Te enseña a tener paciencia, a confiar en los demás, el trabajo en equipo… El deporte tiene muchas satisfacciones, también muchas dificultades, pero también muchas enseñanzas.

Su amigo Luis Moya sufrió tres aneurismas cerebrales y estuvo en peligro. ¿Cómo le afectó esa noticia?

Al final al escala de valores te lleva a darle la importancia que tiene cada cosa. Fue un jarro de agua fría justo el día que iniciaba enterarme de la enfermedad de Luis. La operación, la gravedad, y luego la gran alegría de que el día que acaba el Dakar él sale del hospital. Nos dio un susto importante, pero es cierto que ha salido todo genial y que está muy bien.

¿Usted cómo se siente en un atasco en la M-30 en Madrid?

Ja, ja, como todo hijo de vecino, dependiendo de la prisa que lleves, a veces desesperado.

¿Ya puede descansar tranquilo o queda todavía mucha pasión?

Yo creo que seré piloto toda la vida. Hasta que me muera. Obviamente dejaré de correr tarde o temprano, más bien temprano, pero el piloto seguirá dentro de mí y me veo sinceramente en diez o quince años corriendo en algunas carreras de coches de época o de históricos. El piloto nunca va a desaparecer de mí.

¿Se acostumbra al miedo?

Si pasas miedo, no puedes correr. No es compatible. Tienes que respetar lo que haces, pero si tienes miedo es imposible.

¿Le enseñó a conducir a su hijo?

Creo que algo al inicio, pero ya poco le puedo enseñar. Para mí, creo que lo importante es que sea buena persona, que tenga una buena filosofía de vida. Si puede ver en mí las cosas buenas que las vea, que las aprenda. Luego siento que cada uno enfoca la vida de diferente manera. Pero si ha servido para mostrarle que el trabajo tiene su recompensa, que la ilusión por conseguir los objetivo es importante, el trabajo en equipo, lo que supone correr la manera profesional respetando su profesión. Él es tremendamente joven, talento le sobra y estoy convencido de que va a darnos muchas alegrías.

¿Le ha dicho alguna vez «no corras»?

Alguna vez me lo ha dicho a mí y yo a él, claro.

¿Se siente reconocido en España por todo lo que ha logrado?

Absolutamente. Soy un privilegiado. Agradezco el cariño de la gente, de los aficionados.

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