Feria de Fallas: homenaje de pura plata de ley a Montoliu y las cuadrillas

El ciclo valenciano rinde tributo al banderillero en el 25 aniversario de su cornada mortal en Sevilla

VALENCIA Actualizado: Guardar
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Pura plata de ley. Así se llama la campaña de la próxima Feria de Fallas. Con ella se rinde homenaje al banderillero valenciano Manolo Montoliu en el 25 aniversario de su fallecimiento en la Maestranza de Sevilla.

Montoliu (Valencia, 1954) fue hijo de picador y llegó a tomar la alternativa de manos de Julio Robles y Espartaco, pero alcanzó fama como banderillero a las órdenes del Soro, Paco Ojeda, Antoñete, Víctor Méndes, Luis Francisco Esplá y José María Manzanares.

Precisamente, en una actuación a las órdenes de Manzanares, el toro «Cabatisto» le arrebató la vida con una cornada mortal en Sevilla el 1 de mayo de 1992; fue el primero de la tarde de la decimotercera corrida de aquella feria, un festejo que fue televisado en directo.

Sus dos hijos, José Manuel y Antonio, han continuado con la saga taurina.

Ahora son las cuadrillas, y su propio hijo José Manuel Montoliu, quienes recuerdan la figura del inolvidable torero. En las sesiones fotográficas de pura plata de ley, las cuadrillas de las principales figuras que estarán en la Feria [carteles] recordaron con cariño y admiración al subalterno valenciano que marcó una época entre los banderilleros.

Recuerdo de un grande

Mariano de la Viña, banderillero de Ponce, se acuerda perfectamente de aquella tarde del 1 de mayo de 1992 cuando Montoliu recibió esa cornada mortal: «Estábamos toreando un festival y nos dijeron que un toro había matado a Montoliu en Sevilla. En ese momento te quedas parado y no te lo crees, fue una conmoción».

Barroso, picador de El Juli, tenía una estrecha relación con Montoliu, su padre era compañero en la cuadrilla de Manzanares padre: «Mi padre picó ese toro y me marcó ver a ese tío tan entero llorando como un niño. Son circunstancias, el toro es lo que da, te da la grandeza y te da lo más duro. Montoliu marcaba la diferencia con respecto a los demás por la personalidad que tenía».

En Valencia, su tierra, banderilleros como Luis Blázquez, de la cuadrilla de Manzanares, recuerdan lo que significó: «Ha dejado la estela de figura de los banderilleros muy alta. Impresionaba su carácter como profesor en la escuela con la juventud que tenía».

Las palabras más emotivas en ese recuerdo vinieron de su hijo, el también banderillero José Manuel Montoliú: «Mi padre fue mucho más que un banderillero a nivel personal y profesional. Era muy querido, tenía don de gentes y dejó huella donde fue. Esa admiración de las personas que lo conocían han sabido inculcársela a sus hijos. Me siento muy orgulloso de ser hijo suyo».

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