Sara Baras, en el vestíbulo del Nuevo Teatro Apolo
Sara Baras, en el vestíbulo del Nuevo Teatro Apolo - Ignacio Serrano

Sara Baras: «El verdadero éxito es disfrutar del baile»

La bailaora gaditana presenta en el Nuevo Teatro Apolo su espectáculo «Voces»

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Quienes conozcan a Sara Baras, advertirán en su mirada una madurez y una quietud que, asegura la bailaora gaditana, se ha cosido a su baile con el paso de los años. «Voces», el espectáculo que acaba de presentar en Madrid después de más de año y medio de gira, tiene mucho que ver con ello, dice. Es un homenaje a sus maestros, a los artistas que han marcado su trayectoria artística y vital; en especial Paco de Lucía. «Toda la vida he creído que era mi artista favorito, pero cuando se ha ido me he dado cuenta de que para mí significaba mucho más -confiesa la bailaora-. Nunca me había costado tanto levantar el telón como cuando Paco se fue.

Era una inspiración, una motivación para mi. Y de repente, no tenerlo... Personalmente, lo quiero mucho, he vivido momentos muy importantes para mí. Solo cuando se ha ido me he dado cuenta de lo importantes que fueron sus consejos, su forma de mirarme... Pero hasta no estando sigue dándome lecciones muy grandes. Ahora valoro cosas que antes no hacía, como no poder darle un abrazo o bromear juntos; no poder ir a verlo tocar me provoca un gran vacío, donde se mezclan lo personal y lo profesional. Fue muy duro perderlo, pero al tiempo todo lo que él me provoca siempre es positivo».

En «Voces», un espectáculo con música de Keko Baldomero, donde cuenta nuevamente con la colaboración en el baile de Pepín Serrano, se rinde homenaje, además de a Paco de Lucía, a Antonio Gades, Camarón de la Isla, Enrique Morente, Carmen Amaya y Moraíto. Lo creó, asegura, «por necesidad, Sentía una necesidad muy grande de dar las gracias a Paco y a los maestros que ya no están. “Voces” me ha enseñado a no recordarles con dolor y tristeza, a disfrutar con sus recuerdos, a dialogar con ellos a través de mi baile, en el que doy lo que soy; es una lección que nunca me imaginé recibir así. Yo estuve al menos seis meses sin poder escuchar la música de Paco. Y al principio de los ensayos, escuchar sus voces me hacía llorar; aquello era una tragedia. Ahora escucho su música y la disfruto, y sonrío y sueño».

Una imagen de «Voces»
Una imagen de «Voces»

Salir al escenario es, en este espectáculo, algo especial, confiesa Sara Baras. «Es en el que más de verdad me siento, porque quiero compartirlo con el público, pero en realidad tengo todo el pensamiento en los maestros a los que recuerdo. Tengo una entrega diferente a la que tenía en otras obras. Cuando, más allá de seguir una coreogafía, disfrutas y te dejas llevar, esos momentos son un regalo. Y aquí hay muchos momentos de estos. No me preocupo de si el paso me sale mejor o peor; No tengo nada que perder si bailo con el alma y el corazón, y en conexión con mis maestros. Esa valentía de no querer estar técnicamente perfecta, sino de poder dar las gracias de verdad desde mi baile, me hace bailar de una manera mucho más libre».

Sara Baras no para. Y cuando lo hace, dice, tampoco se queda quieta. «Siempre me estoy alimentando para después buscar o investigar. Yo no desconecto del baile, no puedo. Hasta estando jugando con mi hijo le estoy inculcando el teatro. Me hace falta estar, no puedo irme porque lo echo de menos». Ahora, sin embargo, baila más con la cabeza. «Físicamente me encuentro mejor que nunca, más fuerte que antes. Pero es que me cuido más. No tengo las giras que tenía antes; sigo los horarios del peque... Llevo una vida mucho más sana, y eso también me da mucho más fuerza; está todo un poquito más en su sitio que antes, y eso hace que cuando salgo a bailar no salga ya agotada. Salgo a dejar el alma y a matarme, pero con todo muy controlado».

Y eso le hace saborear más el baile. «Soy más consciente del día a día, de la suerte que tengo y trato de aprovecharme de ella un poquito más. No quiere decir que la responsabilidad a veces no me duela, que no me sienta cansada o que no tenga dolores y los nervios me atenacen... Pero entonces me digo a mí misma que tengo que hacer lo que sé, que he de ser quien soy... Por eso dar las gracias a los maestros es importante; no solo a los maestros, también a toda la gente que me ha ayudado, a tus amigos... Todo esto te pone los pies en la tierra de una manera diferente. El verdadero éxito es poder disfrutar del baile».

Ver los comentarios