El claustro de Santiago estará en la reconstrucción 3D científica de la ciudad medieval

La noticia del hallazgo de un claustro gótico olvidado en el centro de Santiago de Compostela, que ABC publicó ayer en exclusiva, ha tenido un gran impacto. El arqueólogo gallego José Suárez Otero, responsable del descubrimiento, presentó su trabajo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, institución para la que la investigación y puesta en valor de este nuevo monumento olvidado es de máxima prioridad.

Suárez Otero declaró a este periódico que, a pesar de encontrarse en los primeros momentos de la investigación (aún no ha tenido lugar la excavación del lugar, tan solo el control arqueológico de las obras junto a la iglesia románica de Santa María Salomé) es de esperar que las instituciones gallegas valoren positivamente la noticia y colaboren con el proyecto.

El arqueólogo ha recibido confirmación de los responsables del gran proyecto internacional de reconstrucción científica en 3D de la Compostela medieval, que lidera la UCLA, y en el que él ha participado, para incluir el hallazgo, ese claustro gótico olvidado de la iglesia de Santa María Salomé, en esa versión navegable y exacta de lo que se sabe de Santiago entre los siglos XIII (la catedral románica se consagra en 1211) y XIV, fecha de datación del claustro.

Suárez Otero incide en que el hallazgo es importantísimo porque «la mayor parte del urbanismo y la arquitectura del siglo XVI y XV fueron barridos por cambios históricos. Este edificio permitirá iluminar esa parte desconocida de una ciudad en la que convivían la enorme riqueza que venía con los peregrinos y la actividad constructiva con graves tensiones y conflictos sociales».

Barrido por la historia

Para empezar, la catedral de Santiago tenía aspecto de fortaleza imponente, con ocho o nueve torres. Los arzobispos Rodrigo de Padrón y Berenguel de Landoira fueron quienes buscaron esa imagen de poder y la protección en un tiempo conflictivo. El primero con un caracter defensivo de la propia basílica frente a cualquier adversidad. El segundo, y sus sucesores, dotando de estructuras ofensivas a sus construcciones. La torre Berenguela, la del Tesoro, la del Ángel, la del Cimborrio y más tarde la de los Manrique y las del palacio episcopal. La catedral era un verdadero alcázar que sumaba las dos torres de la catedral románica (hoy los campanarios) y la torre de la Plazan en la entrada de la muralla por la Puerta de la Trinidad.

En el final del siglo XIV ya ha cambiado el gusto y la estructura social no admite fácilmente esa relación feudal con la ciudad, comenta el arqueólogo. Es la época del claustro recién hallado, un momento en el que se construye mucho en Santiago pero del que apenas quedan restos. Porque al finales del siglo XV, cuando llegan los Reyes Católicos, se decreta el derribo de todas aquellas torres y se modifica drásticamente la fisionomía de la ciudad.

Coincide con la necesidad de primar el hecho religioso y los problemas derivados de la salud de los peregrinos, que solían pernoctar en el templo, algo que pensaban que les ayudaba en su fe. Los Reyes Católicos construyen el hospital porque «ay mucha necesydad de un ospital donde se acojan los pobres peregrynos e enfermos que allí vinieren e por falta de tal edificio han perecido e perecen muchos pobres enfermos e peregrinos por los suelos de la dicha iglesia e otras partes». Ahora Suárez Otero solo espera que el Arzobispado y las instituciones permitan continuar el trabajo.